La conversación cesa de forma repentina, haciendo que mis nervios estén a flor de piel. Trago saliva con dificultad y me pongo a jugar con mis dedos de forma nerviosa, esperando a que la señora se vaya, no tengo valor de verla a la cara en estos momentos y quizás nunca lo tenga, da bastante miedo. —Deja tranquila a mi hembra, sigo firme en mi decisión y no voy a cambiar, te guste o no— El tono de su voz es algo alto, se nota que se está empezando a desesperar. —Ahora, si no te importa, iré a ducharme y quizás busque tener otro hijo. Escucho como unos pies son arrastrados seguido de un fuerte portazo, esto hace que salte de mi lugar al tiempo que se me escapa un chillido de sorpresa. Enseguida me levanto del suelo y asomo un poco la cabeza por la puerta, enseguida busco a Reese. —¿Estas bien? — Pregunto desde mi posición, todavía tengo un poco de miedo de salir. —No, realmente no— Camina en mi dirección y se detiene frente a mí. —Ya sabes lo que opina mi madre y no piensa quitar el
—Madre, deja de pelear con la señora, lo que menos quiero es tener problemas. —Y no los tendrás cielo, te lo aseguro. La sonrisa que me dedica no me da para nada buena espina, sólo espero que ella no se meta en problemas ni que los cause, suficiente tenemos con estar dentro de una tribu que no nos quiere y para echar más leña al fuego, su matriarca nos detesta. —Como digas— Le contesto un poco dudosa. —En fin, hemos venido a dejar a nuestros cachorros, pero... —Pero nos preocupa uno de ellos. Reese le enseña a mi madre el cachorro que tiene entre sus manos, ella enseguida lo toma y una expresión muy maternal se dibuja en su rostro, acaricia con delicadeza su cabeza y luego deposita un pequeño beso sobre ella. —Me recuerda mucho a ti, cielo.... cuando eras una bebé, también eras muy tranquila, apenas hacías ruido— Un ligero suspiro se le escapa. —Tu padre y yo estábamos muy preocupados por tu salud, creímos que no ibas a sobrevivir, así que tuvimos que buscar ayuda, fue difícil, p
A mí se me sale una risa nerviosa, el día de hoy he pasado por un carrusel de emociones, hace unos instantes estaba triste por saber lo que mi suegra piensa de mí, antes de eso estaba avergonzada por lo que escuchó mientras estaba afuera de la habitación, después me sentía triste por dejar a mis cachorros y ahora me siento angustiada por la forma en como esas dos mujeres se llevan. —Le ruego a Gaia de que mantenga en paz a esas mujeres mientras estén aquí. Sin poder hacer nada más, salimos del lugar con cierta angustia. Mientras caminamos de regreso, tomo su mano y la aprieto con suavidad, unas lágrimas se deslizan por mis mejillas y repentinamente me pongo a llorar de forma desconsolada, Reese me toma entre sus brazos con delicadeza y deposita un pequeño beso sobre mi cabeza. —Tranquila Donna, va a estar bien. —Reese, es mi cachorro.... no quiero que por mi culpa se vaya al Bosque de la caza. —No será así, al menos no de momento— Puedo notar como su cuerpo se tensa, al parecer no
Apenas abro un poco la puerta, la brisa fría me estremece haciendo que me frote mis brazos con algo de fuerza para tratar de recuperar un poco del calor que he perdido con ese vientecito. Cuando abro la puerta de par en par, efectivamente veo a mi padre del otro lado, también quiero preguntarle cómo nos ha encontrado, pero también sería un absurdo que lo haga, parece ser que todavía sigo perturbada por lo de mi herencia.—Hola papá, ¿Necesitas algo?—Darren está aquí y quiere verte.Mi corazón late con fuerza y una enorme sonrisa se dibuja en mis labios, estoy por salir corriendo de la casa, pero luego recuerdo que no tengo mi sudadera, así que regreso a la sala para buscarla mientras le digo a mi padre que me espere. Mientras me alejo, escucho una pequeña carcajada a mis espaldas.Apenas llego a la sala, tomo mi sudadera y regreso sobre mis pasos, pero me veo detenida de forma brusca y abrupta por un poderoso agarre que hace que me vaya para atrás, casi cayendo al suelo. La forma en
Mientras andamos por el pueblo, las personas nos miran de una forma extraña, esto hace que me aferre al brazo de mi hermana con fuerza y mi cuerpo no deja de temblar del miedo, sentir todas esas miradas me estresan demasiado.—Tranquila Donna, es a mí a quien ven raro, soy la que trae el olor nuevo.—Quizás, pero de igual forma no me gusta, ya sabes cómo me pongo con esas miradas.Ella se ríe levemente y me abraza con fuerza, soltando pequeños bufidos divertidos, como cuando éramos niñas; me gusta llevarme bien con mi hermana. Una vez que llegamos al lugar donde se encuentran le preguntamos a alguien por mi madre, ella al escuchar su nombre suelta una pequeña risa mientras niega con la cabeza, parece ser que mi madre ha estado haciendo de las suyas.La mujer nos lleva hasta donde se encuentra mi madre, ella está hablando con una de las nodrizas y mi suegra la mira de forma reprochadora, pero no le veo nada de malo ya que ellas están haciendo su trabajo mientras hablan, parece ser que
Al escuchar lo que ha pasado, ella suelta un fuerte resoplo y se soba las cienes, diciendo algunas palabras entre dientes, para al final calmarse y dejar salir un fuerte gruñido, nosotras preferimos mantenernos al margen, esperando a que se tranquilice, aunque sea un poco. Una vez que se ha recuperado, le cuenta a mi hermana que iremos a ver a mi abuelo en dos días, en ese momento la interrumpo, diciéndole que según lo que había dicho el alfa, iríamos a verlo mañana temprano en compañía de Reese y muy probablemente de sus amigos. —Hubo un cambio de planes, parece ser que su equipo de reconocimiento llega mañana y quiere recibirlos, sus informes son urgentes, además también me ha dicho que quiere presentarnos de forma oficial como familia, así que quiere matar dos pájaros de un tiro. —¿Cómo que presentarnos como parte de su familia? Creí que eso ya era oficial. —Es una presentación formal a la familia, cariño, es verdad que el alfa y su mujer ya lo saben, al igual que el Beta, pero
—Entiendo.... ¿Podemos hacer algo?—¿Qué quieres hacer?Suelto una pequeña carcajada y vuelvo a golpearle la cara mientras muevo un poco la cola de forma divertida, él me pica la nariz suavemente y esto hace que estornude. Acomodo mi cara sobre su pecho y lo miro de forma fija.—Ya, entiendo.... hay mucho que hacer en la aldea, pero son trabajos de los que no conoces y no me van a permitir quedarme contigo.—¿Por ser el hijo del alfa?—Sí, mi trabajo no es hacer las cosas de la aldea, mi trabajo es mantenerla a salvo, me toca hacer rondas alrededor de nuestro perímetro, estar al pendiente de las anomalías, además de entrenar con el resto.—¿El resto?—Sí, somos un grupo de la nueva generación.—¿Lo que ocuparan el lugar de sus padres?—Eso se espera.—No me imagino la presión que debe sentir Gabriel con todo esto.El arquea una ceja y me mira con incredulidad, luego resopla con fuerza, no puedo evitar reírme por su expresión, no me puedo creer que le ponga celoso que me preocupe por m
Estando en la casa de sus padres, le sigo hasta la cocina, en donde su madre se encuentra preparando todo con la ayuda de unas sirvientas. Al ver a su hijo con la presa, ella se muestra bastante complacida y emocionada.—Como siempre, mi hijo escogiendo lo mejor— Me voltea a ver con desprecio. —CASI siempre.—Siempre escojo lo mejor madre, ya que fue Donna quien ha elegido la presa, ella tiene buen ojo para eso.Ella bufa de forma incrédula y se cruza de brazos arqueando su ceja derecha; la señora Margo definitivamente no siente ni una pisca de empatía por mí y parece ser que va a tardar en sentirlo, la verdad no me sorprende, sólo... me duele.—No le des tanto crédito, pero en fin... no quiero pelear contigo porque hoy es un día especial, así que deja la presa sobre la mesa.—Por cierto, Donna te quiere ayudar.—Tiene boca para hablar.Ella me mira con severidad, esperando a que hable, pero lo cierto es que se me han quitado todas las ganas de decir alguna palabra y ahora me cuesta b