Desde que me casé con Reese, han pasado tres años y me impresiona todo lo que hemos vivido en este tiempo y de cómo ha crecido nuestra relación; pensar que antes quería disolver este enlace, ahora me siento tan feliz de que Reese se haya negado. Miro con atención el libro que tengo entre mis manos y tomo un pequeño respiro para luego dejarlo salir con suavidad.

Un fuerte resoplo se escucha por toda la sala seguido de un fuerte gruñido gutural, es la sexta o séptima vez que hace eso. Bajo el libro y volteo a ver a Rowan, que está sentado en uno de los sillones a mi izquierda, su mirada es penetrante y llena de aburrimiento, no puedo evitar reírme por la expresión de su rostro.

Resignada, bajo el libro y lo dejo a un lado, me cruzo de brazos y lo miro directo a los ojos, esperando a que suelte lo que me tiene que decir, pero él simplemente se limita a resoplar con fuerza. Arqueo una ceja y al ver que no dirá nada, vuelvo a tomar el libro, pero antes de que retome mi lectura, vuelve a re