Nikolai
—¿Está seguro de lo que va a hacer esta noche, Alteza?
—Por supuesto que sí, Darryl, no me lo cuestiones y más bien, asegúrate de que no se den cuenta de que me fui. Esta noche voy a divertirme un rato en el palacio de Miridian.
Darryl, mi Beta y mano derecha, asiente con solemnidad y se retira mientras yo termino de arreglar la máscara que cubre mi rostro.
Me enteré de la fiesta de despedida de soltera que harán en el reino de Miridian para mi futura esposa, y es la oportunidad perfecta para buscar un poco de diversión antes de que me condenen al matrimonio. El hecho de que le hayan preparado una fiesta de soltera me hace sospechar que tal vez no es tan pura como dicen. De todos modos eso es algo que le importa más a mi madre que a mí.
Yo solo quiero pasar un buen rato con alguna humana, tal vez mis últimas horas de soltería con un cuerpo caliente a mi lado complaciéndome hasta el hartazgo.
Salgo a través de la ventana con mi transformación en lobo, dejando que el viento helado erice mi pelaje. Mis patas golpean el suelo con gran velocidad mientras el bosque se convierte en un tumulto negro y borroso.
Llegar al lugar me toma poco menos de una hora, cosa que a caballo llevaría mucho más tiempo, pero mi velocidad sobrenatural sobrepasa la de cualquier otro animal común.
Debo decir que siento un poco de lástima por la pobre desgraciada que se convertirá en la Luna de mi reino sin saber lo que somos en realidad, pero mi madre insiste en que las humanas son más puras y menos fáciles que las lobas del reino.
El gran castillo de Miridian me recibe con las puertas abiertas. Al ser un baile de máscaras puedo mantener mi identidad oculta, así nadie se percata de mi presencia y podré jugar cuánto quiera. Los humanos con sus mentes limitadas y vidas cortas realmente no tienen idea de lo que existe más allá de sus narices. Un mundo sobrenatural que se esconde delante de sus mismos ojos.
Me paseo entre las faldas de las damas y los trajes de los caballeros buscando a alguien con quien divertirme cuando de pronto capto un aroma particular que pone a mi lobo interno a rugir.
“¿Lo hueles? Nos está llamando, ¡búscala!”, me ordena. Mi lado animal tiene consciencia propia, cuando somos uno solo en cuerpo, también lo somos en mente, pero mientras mantengo mi forma humana, somos seres diferentes. Aun así, mi lobo se debe a mí como yo a él. No puedo declinar su orden porque siento el mismo magnetismo que me atrae a ese delicioso aroma.
El rastro me guía hasta un balcón, donde una señorita con un vestido negro y una máscara con detalles dorados que resalta sus ojos marrones. Un humano no se daría cuenta, pero yo sí. Esta mujer está realmente excitad4, puedo oler sus feromonas a metros de distancia y ahora que la tengo delante de mí, el aroma intenso despierta el instinto depredador en mí. Buscaba una presa, pero no creí que fuese a regalarse a mí en bandeja de plata.
Le saludo con picardía, y no espero que ella se acerque, pero de pronto, se arroja a mis brazos como si fuésemos amantes de toda la vida.
Yo no voy a rechazar a una humana dispuesta a entregarse a mí, en especial si está tan necesitada porque apague su deseo.
Le tomo entre mis brazos ahí mismo y busco su boca con desesperación. Tengo que obligar a mi lobo a mantenerse a raya porque el aroma de esta mujer es tan fuerte que incluso él desea emerger, pero si hago algo así, la mataría.
Sin que nadie lo note, consigo llevármela lejos del balcón, nos metemos en la primera habitación disponible y entonces destrozo su vestido sin importarme dejarla desnuda. Su cuerpo me llama, aunque estoy seguro de que se trata solo de las feromonas.
No hay palabras entre nosotros, pero no hace falta, porque mis manos y mi boca harán todo lo que necesita sentir. Su pequeño cuerpo de piel de porcelana blanca es delicioso. Nunca había visto a una mujer tan delicada como ella. Le quito la máscara y ella hace lo mismo conmigo.
Nuestros ojos se encuentran por un breve instante, su respiración agitada hace que su pecho suba y baje aceleradamente. Ella atrae mi cabeza hacia su pecho, así que enseguida calmo el ardor de su piel con los azotes de mi lengua en sus pez0nes.
Sus gemidos son como música para mis oídos. Abro sus piernas y deslizo mis dedos en su interior, está tan empapada que me introduzco con una facilidad que no creí conseguir. Sus piernas envuelven mis caderas, puedo sentir su pelvis levantarse y buscar desesperadamente que la penetr3.
No pretendo alargar su sufrimiento, mi miembr0 endurecido se introduce en ella, tomo sus caderas y la embisto con fiereza dejándome llevar por las sensaciones tan placenteras que me provoca. Mi lobo aúlla en mi interior y por un breve momento mis ojos se tornan rojos liberando al animal salvaje que acaba de llegar a un orgasm0 increíble.
Pero esta mujer no parece haberse saciado lo suficiente con esto. Su cuerpo tiembla debajo del mío y sus manos se aferran a mi espalda deseando más. De pronto, toma el control y me pone debajo de su cuerpo.
Su mirada llena de lujuria se clava en la mía, sin vergüenza, solo dejándose llevar por el placer. Esparce besos por mi pecho y vuelve a subirse sobre mi pelvis. Los hombres lobo no necesitamos descansar, podría complacerla toda la noche si le hace falta.
La chica misteriosa mueve sus caderas con destreza sobre mí, mientras yo tomo su cabello y le jalo con fuerza. Ella vuelve a gemir, sus jadeos se convierten en un vaho espeso a causa del frío de la habitación que se mezcla con el mío.
Pronto siento una oleada que envuelve mi masculinidad llevándome a un segundo orgasm0, mientras ella no para de gemir en mi oído.
Su cuerpo cae agotado sobre el mío, tembloroso y caliente; tal como anhelaba. No conocí a mi futura esposa, pero esto fue muchísimo mejor.
Después de un tercer ataque en el que me encargué de hacerla gritar y morder la sábana, finalmente se queda dormida.
Me quedo unos minutos más contemplando su cuerpo perfecto, esta humana ha sido la mujer más pasional con la que he estado jamás. Y puedo decirlo con mucha certeza con mis más de ciento cincuenta años.
Es la primera vez que una parte de mí no quiere alejarse de la chica, pero por supuesto, sé que no puedo quedarme.
—Fue una buena noche, hasta nunca, chica misteriosa.
Salgo por la ventana faltando algunas horas para el amanecer, debo volver a Stormwolf antes de que se den cuenta de que no estoy. Después de todo, más tarde conoceré a mi prometida.
CAPÍTULO 7: YA NO ERES VIRGEN, HERMANITAGaiaUn fuerte dolor de cabeza me hace despertar de mi letargo. Cuando abro los ojos mi visión se ve borrosa, pero poco a poco comienzo a recuperarla. Me siento en la cama, adolorida y con una sensación extraña en mi cuerpo. Volteo a mi alrededor y entonces caigo en cuenta de que me encuentro en una cama.Es en este momento que realmente despierto, observo la cama echa un desastre, mi ropa hecha trizas en el suelo y yo… observo mi cuerpo desnudo, cubierto solo con las sábanas blancas y la sensación de mi entrepierna húmeda y ultrajada.—No… no, esto no puede estar pasando —digo entrando en pánico.Me levanto de un salto de la cama y rebusco en la habitación, pero no hay nadie conmigo.—No puede ser, no puede ser, ¿qué diablos pasó anoche? ¿Qué hice?Mi corazón late acelerado, llena de pánico y miedo. Corro al baño y me echo el agua fría de los baldes sin importar que me congele la piel. Mientras tallo con insistencia los recuerdos llegan lentam
CAPÍTULO 8: LA PRUEBA DE VIRGINIDADGaiaEl sol del mediodía incide con furia sobre nuestras cabezas. El carruaje finalmente se detiene frente al imponente palacio de Stormwolf y si antes creía que Miridian tenía un gran castillo, ahora sé que es una choza en comparación a esta monstruosidad.Las torres son tan altas que se pierden al mirar hacia arriba con el reflejo del sol y el terreno se extiende hasta atrás por tantos kilómetros que pareciese que no tiene fin.Un sirviente abre la puerta de mi carruaje y me ofrece la mano para bajar. Mi corazón late desaforado, estoy muy nerviosa, en especial por lo que dijo Parisa. ¿De verdad me harán una especie de prueba de virginidad? ¿Cómo podrían saberlo?—Bienvenida al reino de Stormwolf, señorita Gaia —dice con solemnidad.—Gracias —respondo con una sonrisa nerviosa.—Antes de conocer al Rey, deberá pasar por nuestro ritual de luna para saber si es apta —explica.—¿Ritual de luna?—Así se llama a la tradición, la Luna del reino debe ser u
CAPÍTULO 9: ¿CUÁNTAS CASUALIDADES PUEDEN SUCEDER EN UNA NOCHE?NikolaiUn par de hermosas lobas se encuentran a mi lado complaciéndome, las dos mujeres tienen buena destreza con la lengua en mi fal0, provocando que tense mis músculos. Cierro los ojos y de pronto la imagen de la humana de la noche anterior aparece en mi mente sin que lo pueda controlar; lejos de que eso sea un problema, acaba por excitarm3 más… sim embargo, de la nada, mi madre irrumpe en la habitación abriendo las puertas de par en par y arruinando por completo mi momento privado. Las dos chicas se levantan de mi entrepierna con vergüenza y cubren sus rostros, apresurándose a ponerse algo de ropa. —Madre, ¿es que acaso no sabes tocar? —Saca a tus perr4s de aquí ahora mismo —ordena mientras yo me levanto de la cama y cubro mi cuerpo con una bata negra. Le hago una seña con la cabeza a ambas lobas para que se vayan, no sin antes guiñarles un ojo para recordarles que pronto tendrán que volver. —¿Qué necesitas, madre?
CAPÍTULO 10: ¿SOY TU CONCUBINA? GaiaNo puedo salir de mi asombro, esto es mucho peor que una pesadilla. No puede ser que el hombre al que me entregué anoche sea el mismo con el que debía casarme. Todo lo que dice carece de sentido para mí, ¿cómo es posible que esté embarazada? Y sobre todo ¿Cómo es que él lo sabe? ¿Y por qué se refiere al supuesto bebé como un cachorro? Nada de esto tiene sentido, estoy aterrada y todo lo que quiero es huir de este lugar ahora mismo. Sus ojos azules que anoche me miraron con deseo hoy me ven con un desprecio que no creo merecer.—No puedes encerrarme aquí, por favor, yo no he hecho nada malo —suplico intentando apelar a algún lado bueno de él. Sé que éramos unos desconocidos anoche, pero sé que él sintió la misma conexión que yo, al menos debería tenerme algo de compasión.—Te quedarás aquí porque yo lo ordeno. Y te lo advierto, no te conviene que nadie se entere de esto. No voy a matarte si es lo que crees, serás… mi placer culposo si es que hay
CAPÍTULO 11: BUSCA OTRA ESPOSANikolaiLa pequeña lubina es un problema con el que no contaba. No solo es la mujer con la que estuve hace dos noches, sino que además lleva en mi vientre a mi primogénito. Sé que tal vez es un error mantenerla cautiva y en secreto, pero si mi madre descubre la verdad sobre el cachorro en su vientre, enloquecería. Haría que la chica lo abortase y luego la mataría. Yo en cambio tengo otros planes para Gaia.Ese cachorro debe nacer, todo lo que me importa es tener un heredero y quién sabe cuándo mi madre podrá encontrar otra Luna apta.Sin embargo, para el resto del palacio, Gaia debe desaparecer.Llego al ala de descanso donde mi madre y mi padre se encuentran conversando. Ambos viven y mi padre fue Rey de estas tierras por muchos años, pero ya es un viejo lobo que no podría dar batalla si algún otro Alfa de reinos rivales quisiera reclamar este reino. Por eso ahora yo soy el gobernante, el Rey Alfa de todos los lobos de Stormwolf.—Madre, padre —saludo c
CAPÍTULO 12: AL COSTO QUE SEAParisaHan pasado varios días desde que la tonta de Gaia se fue a Stormwolf para casarse con el Rey, sin embargo, creía que regresaría con la vergüenza de haberlos engañado y sería desechada como lo que es, una bastarda que no vale nada.Pero eso no ha ocurrido, de hecho, no sabemos nada de ella y eso me pone nerviosa. No puede ser que haya logrado salirse con la suya y casarse con un Rey de otro reino, sobre mi cadáver dejaré que algo así suceda.Mi padre ha estado tranquilo pues recibió la dote que le prometieron y ahora el reino podrá pasar bien el invierno. No obstante, yo no puedo quedarme de brazos cruzados. He escuchado que en tierras más lejanas existen cosas que escapan de nuestra comprensión, magia, criaturas sobrenaturales. No creo en nada de eso y nunca he visto algo parecido, pero estoy desesperada y necesito encontrar una solución; Gaia no puede ser quien se case.—Princesa, ¿está segura de lo que va a hacer? Es muy peligroso internarse en
CAPÍTULO 13: YO SERÉ LA ELEGIDAParisaEl camino hacia el reino de Stormwolf es largo, pero voy confiada en que conseguiré mi objetivo. Mi padre no quiso darme su bendición pensando que lo que voy a hacer es una locura, pero le aseguré que Gaia no se ha casado aún con el Rey y que la traeré de vuelta demostrándole que la bastarda le mintió. El carruaje me lleva a buen ritmo y al parecer llegaremos para el atardecer. Mi dama, Wise, me acompaña.—No puedo creer que sea real, que lo haya conseguido —me dice.La rosa blanca que me dio la bruja ahora hace parte del tocado de mi cabello, la mantendré siempre cerca para asegurarme de que funcione.—Bueno, eso lo veremos al llegar.—¿Y si Gaia ya se casó con el Rey?No le contesto enseguida, dirijo mi vista hacia la ventana para observar el paisaje. Si la bastarda ha logrado su cometido, entonces tendré que inventar alguna excusa para quedarme en el palacio y arruinarle el matrimonio de alguna forma. —No tiene idea de lo que soy capaz, me r
CAPÍTULO 14: NOCHE DE LUNA LLENAGaiaYa he perdido la cuenta de cuántos días he pasado aquí encerrada. Solo la sirvienta, que luego supe que se llama Karine, viene a traerme comida y agua durante el día, mientras que en las noches Nikolai se acerca a mi prisión y se dedica a verme durante toda la noche. No entiendo su comportamiento, no me toca, no se acerca, simplemente me mira dormir, o al menos el cree que estoy dormida, porque lo único que hago es fingir. El miedo me paraliza y la incertidumbre de no saber si esa noche me hará algo o no, no me deja conciliar el sueño.Aun así, he tratado de seguir el consejo de Karine. Mantenerme sumisa y callada al menos me ha librado de que Nikolai me tome por la fuerza, pero no sé cuánto tiempo más me va a durar la suerte.Hoy puedo ver el sol ocultarse en el horizonte y después con el paso de los minutos, la oscuridad cubre el cielo y la luna llena emerge desde el otro lado, redonda y perfecta. Siempre me ha llamado la atención mirarla, per