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CAPÍTULO 6: LA CURIOSIDAD MATÓ AL LOBO

CAPÍTULO 6: LA CURIOSIDAD MATÓ AL LOBO

Nikolai

—¿Está seguro de lo que va a hacer esta noche, Alteza?

—Por supuesto que sí, Darryl, no me lo cuestiones y más bien, asegúrate de que no se den cuenta de que me fui. Esta noche voy a divertirme un rato en el palacio de Miridian.

Darryl, mi Beta y mano derecha, asiente con solemnidad y se retira mientras yo termino de arreglar la máscara que cubre mi rostro.

Me enteré de la fiesta de despedida de soltera que harán en el reino de Miridian para mi futura esposa, y es la oportunidad perfecta para buscar un poco de diversión antes de que me condenen al matrimonio. El hecho de que le hayan preparado una fiesta de soltera me hace sospechar que tal vez no es tan pura como dicen. De todos modos eso es algo que le importa más a mi madre que a mí.

Yo solo quiero pasar un buen rato con alguna humana, tal vez mis últimas horas de soltería con un cuerpo caliente a mi lado complaciéndome hasta el hartazgo.

Salgo a través de la ventana con mi transformación en lobo, dejando que el viento helado erice mi pelaje. Mis patas golpean el suelo con gran velocidad mientras el bosque se convierte en un tumulto negro y borroso.

Llegar al lugar me toma poco menos de una hora, cosa que a caballo llevaría mucho más tiempo, pero mi velocidad sobrenatural sobrepasa la de cualquier otro animal común.

Debo decir que siento un poco de lástima por la pobre desgraciada que se convertirá en la Luna de mi reino sin saber lo que somos en realidad, pero mi madre insiste en que las humanas son más puras y menos fáciles que las lobas del reino.

El gran castillo de Miridian me recibe con las puertas abiertas. Al ser un baile de máscaras puedo mantener mi identidad oculta, así nadie se percata de mi presencia y podré jugar cuánto quiera. Los humanos con sus mentes limitadas y vidas cortas realmente no tienen idea de lo que existe más allá de sus narices. Un mundo sobrenatural que se esconde delante de sus mismos ojos.

Me paseo entre las faldas de las damas y los trajes de los caballeros buscando a alguien con quien divertirme cuando de pronto capto un aroma particular que pone a mi lobo interno a rugir.

“¿Lo hueles? Nos está llamando, ¡búscala!”, me ordena. Mi lado animal tiene consciencia propia, cuando somos uno solo en cuerpo, también lo somos en mente, pero mientras mantengo mi forma humana, somos seres diferentes. Aun así, mi lobo se debe a mí como yo a él. No puedo declinar su orden porque siento el mismo magnetismo que me atrae a ese delicioso aroma.

El rastro me guía hasta un balcón, donde una señorita con un vestido negro y una máscara con detalles dorados que resalta sus ojos marrones. Un humano no se daría cuenta, pero yo sí. Esta mujer está realmente excitad4, puedo oler sus feromonas a metros de distancia y ahora que la tengo delante de mí, el aroma intenso despierta el instinto depredador en mí. Buscaba una presa, pero no creí que fuese a regalarse a mí en bandeja de plata.

Le saludo con picardía, y no espero que ella se acerque, pero de pronto, se arroja a mis brazos como si fuésemos amantes de toda la vida.

Yo no voy a rechazar a una humana dispuesta a entregarse a mí, en especial si está tan necesitada porque apague su deseo.

Le tomo entre mis brazos ahí mismo y busco su boca con desesperación. Tengo que obligar a mi lobo a mantenerse a raya porque el aroma de esta mujer es tan fuerte que incluso él desea emerger, pero si hago algo así, la mataría.

Sin que nadie lo note, consigo llevármela lejos del balcón, nos metemos en la primera habitación disponible y entonces destrozo su vestido sin importarme dejarla desnuda. Su cuerpo me llama, aunque estoy seguro de que se trata solo de las feromonas.

No hay palabras entre nosotros, pero no hace falta, porque mis manos y mi boca harán todo lo que necesita sentir. Su pequeño cuerpo de piel de porcelana blanca es delicioso. Nunca había visto a una mujer tan delicada como ella. Le quito la máscara y ella hace lo mismo conmigo.

Nuestros ojos se encuentran por un breve instante, su respiración agitada hace que su pecho suba y baje aceleradamente. Ella atrae mi cabeza hacia su pecho, así que enseguida calmo el ardor de su piel con los azotes de mi lengua en sus pez0nes.

Sus gemidos son como música para mis oídos. Abro sus piernas y deslizo mis dedos en su interior, está tan empapada que me introduzco con una facilidad que no creí conseguir. Sus piernas envuelven mis caderas, puedo sentir su pelvis levantarse y buscar desesperadamente que la penetr3.

No pretendo alargar su sufrimiento, mi miembr0 endurecido se introduce en ella, tomo sus caderas y la embisto con fiereza dejándome llevar por las sensaciones tan placenteras que me provoca. Mi lobo aúlla en mi interior y por un breve momento mis ojos se tornan rojos liberando al animal salvaje que acaba de llegar a un orgasm0 increíble.

Pero esta mujer no parece haberse saciado lo suficiente con esto. Su cuerpo tiembla debajo del mío y sus manos se aferran a mi espalda deseando más. De pronto, toma el control y me pone debajo de su cuerpo.

Su mirada llena de lujuria se clava en la mía, sin vergüenza, solo dejándose llevar por el placer. Esparce besos por mi pecho y vuelve a subirse sobre mi pelvis. Los hombres lobo no necesitamos descansar, podría complacerla toda la noche si le hace falta.

La chica misteriosa mueve sus caderas con destreza sobre mí, mientras yo tomo su cabello y le jalo con fuerza. Ella vuelve a gemir, sus jadeos se convierten en un vaho espeso a causa del frío de la habitación que se mezcla con el mío.

Pronto siento una oleada que envuelve mi masculinidad llevándome a un segundo orgasm0, mientras ella no para de gemir en mi oído.

Su cuerpo cae agotado sobre el mío, tembloroso y caliente; tal como anhelaba. No conocí a mi futura esposa, pero esto fue muchísimo mejor.

Después de un tercer ataque en el que me encargué de hacerla gritar y morder la sábana, finalmente se queda dormida.

Me quedo unos minutos más contemplando su cuerpo perfecto, esta humana ha sido la mujer más pasional con la que he estado jamás. Y puedo decirlo con mucha certeza con mis más de ciento cincuenta años.

Es la primera vez que una parte de mí no quiere alejarse de la chica, pero por supuesto, sé que no puedo quedarme.

—Fue una buena noche, hasta nunca, chica misteriosa.

Salgo por la ventana faltando algunas horas para el amanecer, debo volver a Stormwolf antes de que se den cuenta de que no estoy. Después de todo, más tarde conoceré a mi prometida.

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