Gaia
Las tres semanas previas a la boda pasaron tan rápido que ni siquiera lo noté. Durante ese tiempo han estado preparándome con todo lo que se supone que debí aprender durante dieciocho años. Es demasiado para aprender en tan poco, pero al menos creo que he logrado captar lo básico.
Por otro lado, mi hermana se ha estado comportando… como se supone que debería ser una hermana, pero, es que Parisa nunca me ha tratado así.
Ha organizado una gran fiesta para mí, invitó a gente de todos lados, excepto, por supuesto, al reino de Stormwolf. Se supone que me voy mañana para no volver a verlos nunca más, y esta noche será la fiesta.
Ahora mismo me encuentro en la habitación preparándome para bajar. La fiesta es con temática de máscaras, así que me pongo una que Parisa ha dejado para mí con plumas negras y detalles dorados realmente preciosos.
A veces pienso que todo esto no es más que una trampa de su parte, pero ¿qué podría hacer al respecto? Quizá solo está feliz de que por fin se deshará de mí como tanto ha querido.
Me coloco la máscara que cubre mi rostro y suspiro profundamente. Salgo de la habitación con una especie de revoltijo en el estómago, estoy nerviosa, no solo por la fiesta, sino por lo que ocurrirá conmigo después de esta unión. Solo espero que sea un buen hombre.
Cuando llego al salón de fiestas, ya hay algunos invitados danzando al ritmo de los violines y el piano y los sirvientes que antes habían sido mis únicos amigos, ahora están sirviendo para mí. Uno de ellos se acerca y me ofrece una copa con una bebida de color rosado.
—Para usted, señorita —dice con amabilidad.
Él no parece reconocerme, así que tomo la copa con timidez y le doy un sorbo. El líquido dulce y frío se desliza por mi garganta.
De pronto siento un toque en mi hombro.
—¡Gaia! Te ves espectacular. —Reconozco a Parisa enseguida.
—Gracias, tú también te ves muy bien.
—Espero que disfrutes la fiesta, esta será tu despedida, hermanita.
Le sonrío y acabo de tomar la bebida en mis manos. El tiempo pasa y más personas llegan, cada una más misteriosa que la otra con esas máscaras que cubren los rostros. Se supone que a las doce hay que revelar la identidad.
Varios me ofrecen salir a bailar, pero yo declino las invitaciones dándome el lujo del anonimato.
Sin embargo, empiezo a sentir que algo extraño sucede en mi cuerpo. Un fuego abrazador arde en mi vientre y desciende hasta mis muslos enviando un cosquilleo incontrolable que me obliga a apretar los muslos. Tengo calor y ganas de arrancarme este vestido de una vez. Necesito que alguien apague este deseo que crece dentro de mí.
No entiendo qué me sucede. Busco alejarme de allí, salgo al balcón para tomar algo de aire, pero mi mente parece nublarse con la idea de tener un encuentro íntimo con alguien. ¿Qué me pasa?
De pronto escucho pasos detrás de mí. Giro y entonces mi corazón se paraliza y al mismo tiempo las pulsaciones se aceleran tanto que puedo escuchar mis propios latidos. Un hombre alto, fornido e imponente y sobre todo, con una aura seductora y misteriosa aparece de la nada.
¿Quién es este sujeto? ¿Y por qué de pronto siento que el deseo dentro de mí se ha multiplicado por mil?
—Buenas noches, señorita —saluda con voz profunda.
El fuego en mi interior es como si el bosque se estuviera deforestando por completo. Aprieto mis muslos con más fuerza, pero eso solo empeora la situación.
—Buenas noches —digo tragando grueso.
No puedo evitar mirar hacia abajo, un bulto grande sobresale de sus pantalones y juro por Dios que solo quiero que ese miembr0 se introduzca en mí y me calme.
—¿Se encuentra bien? Pareciera que está a punto de estallar —dice y no sé si lo hace en doble sentido o qué, pero no puedo controlarme. Una mujer diferente se apodera de mí.
Camino hacia él con actitud seductora, me acerco demasiado, acaricio su pecho sin pudor ni vergüenza.
—Tal vez sí, estoy a punto de estallar —susurro acercando mi boca a su oído.
Sin esperar tal reacción, él me toma de la cintura y me carga en sus brazos. Mis piernas se enrollan en sus caderas y nuestras bocas se funden en un beso intenso y apasionado.
No sé qué estoy haciendo, pero no quiero parar.
CAPÍTULO 6: LA CURIOSIDAD MATÓ AL LOBONikolai—¿Está seguro de lo que va a hacer esta noche, Alteza?—Por supuesto que sí, Darryl, no me lo cuestiones y más bien, asegúrate de que no se den cuenta de que me fui. Esta noche voy a divertirme un rato en el palacio de Miridian.Darryl, mi Beta y mano derecha, asiente con solemnidad y se retira mientras yo termino de arreglar la máscara que cubre mi rostro.Me enteré de la fiesta de despedida de soltera que harán en el reino de Miridian para mi futura esposa, y es la oportunidad perfecta para buscar un poco de diversión antes de que me condenen al matrimonio. El hecho de que le hayan preparado una fiesta de soltera me hace sospechar que tal vez no es tan pura como dicen. De todos modos eso es algo que le importa más a mi madre que a mí.Yo solo quiero pasar un buen rato con alguna humana, tal vez mis últimas horas de soltería con un cuerpo caliente a mi lado complaciéndome hasta el hartazgo.Salgo a través de la ventana con mi transformac
CAPÍTULO 7: YA NO ERES VIRGEN, HERMANITAGaiaUn fuerte dolor de cabeza me hace despertar de mi letargo. Cuando abro los ojos mi visión se ve borrosa, pero poco a poco comienzo a recuperarla. Me siento en la cama, adolorida y con una sensación extraña en mi cuerpo. Volteo a mi alrededor y entonces caigo en cuenta de que me encuentro en una cama.Es en este momento que realmente despierto, observo la cama echa un desastre, mi ropa hecha trizas en el suelo y yo… observo mi cuerpo desnudo, cubierto solo con las sábanas blancas y la sensación de mi entrepierna húmeda y ultrajada.—No… no, esto no puede estar pasando —digo entrando en pánico.Me levanto de un salto de la cama y rebusco en la habitación, pero no hay nadie conmigo.—No puede ser, no puede ser, ¿qué diablos pasó anoche? ¿Qué hice?Mi corazón late acelerado, llena de pánico y miedo. Corro al baño y me echo el agua fría de los baldes sin importar que me congele la piel. Mientras tallo con insistencia los recuerdos llegan lentam
CAPÍTULO 8: LA PRUEBA DE VIRGINIDADGaiaEl sol del mediodía incide con furia sobre nuestras cabezas. El carruaje finalmente se detiene frente al imponente palacio de Stormwolf y si antes creía que Miridian tenía un gran castillo, ahora sé que es una choza en comparación a esta monstruosidad.Las torres son tan altas que se pierden al mirar hacia arriba con el reflejo del sol y el terreno se extiende hasta atrás por tantos kilómetros que pareciese que no tiene fin.Un sirviente abre la puerta de mi carruaje y me ofrece la mano para bajar. Mi corazón late desaforado, estoy muy nerviosa, en especial por lo que dijo Parisa. ¿De verdad me harán una especie de prueba de virginidad? ¿Cómo podrían saberlo?—Bienvenida al reino de Stormwolf, señorita Gaia —dice con solemnidad.—Gracias —respondo con una sonrisa nerviosa.—Antes de conocer al Rey, deberá pasar por nuestro ritual de luna para saber si es apta —explica.—¿Ritual de luna?—Así se llama a la tradición, la Luna del reino debe ser u
CAPÍTULO 9: ¿CUÁNTAS CASUALIDADES PUEDEN SUCEDER EN UNA NOCHE?NikolaiUn par de hermosas lobas se encuentran a mi lado complaciéndome, las dos mujeres tienen buena destreza con la lengua en mi fal0, provocando que tense mis músculos. Cierro los ojos y de pronto la imagen de la humana de la noche anterior aparece en mi mente sin que lo pueda controlar; lejos de que eso sea un problema, acaba por excitarm3 más… sim embargo, de la nada, mi madre irrumpe en la habitación abriendo las puertas de par en par y arruinando por completo mi momento privado. Las dos chicas se levantan de mi entrepierna con vergüenza y cubren sus rostros, apresurándose a ponerse algo de ropa. —Madre, ¿es que acaso no sabes tocar? —Saca a tus perr4s de aquí ahora mismo —ordena mientras yo me levanto de la cama y cubro mi cuerpo con una bata negra. Le hago una seña con la cabeza a ambas lobas para que se vayan, no sin antes guiñarles un ojo para recordarles que pronto tendrán que volver. —¿Qué necesitas, madre?
CAPÍTULO 10: ¿SOY TU CONCUBINA? GaiaNo puedo salir de mi asombro, esto es mucho peor que una pesadilla. No puede ser que el hombre al que me entregué anoche sea el mismo con el que debía casarme. Todo lo que dice carece de sentido para mí, ¿cómo es posible que esté embarazada? Y sobre todo ¿Cómo es que él lo sabe? ¿Y por qué se refiere al supuesto bebé como un cachorro? Nada de esto tiene sentido, estoy aterrada y todo lo que quiero es huir de este lugar ahora mismo. Sus ojos azules que anoche me miraron con deseo hoy me ven con un desprecio que no creo merecer.—No puedes encerrarme aquí, por favor, yo no he hecho nada malo —suplico intentando apelar a algún lado bueno de él. Sé que éramos unos desconocidos anoche, pero sé que él sintió la misma conexión que yo, al menos debería tenerme algo de compasión.—Te quedarás aquí porque yo lo ordeno. Y te lo advierto, no te conviene que nadie se entere de esto. No voy a matarte si es lo que crees, serás… mi placer culposo si es que hay
CAPÍTULO 11: BUSCA OTRA ESPOSANikolaiLa pequeña lubina es un problema con el que no contaba. No solo es la mujer con la que estuve hace dos noches, sino que además lleva en mi vientre a mi primogénito. Sé que tal vez es un error mantenerla cautiva y en secreto, pero si mi madre descubre la verdad sobre el cachorro en su vientre, enloquecería. Haría que la chica lo abortase y luego la mataría. Yo en cambio tengo otros planes para Gaia.Ese cachorro debe nacer, todo lo que me importa es tener un heredero y quién sabe cuándo mi madre podrá encontrar otra Luna apta.Sin embargo, para el resto del palacio, Gaia debe desaparecer.Llego al ala de descanso donde mi madre y mi padre se encuentran conversando. Ambos viven y mi padre fue Rey de estas tierras por muchos años, pero ya es un viejo lobo que no podría dar batalla si algún otro Alfa de reinos rivales quisiera reclamar este reino. Por eso ahora yo soy el gobernante, el Rey Alfa de todos los lobos de Stormwolf.—Madre, padre —saludo c
CAPÍTULO 12: AL COSTO QUE SEAParisaHan pasado varios días desde que la tonta de Gaia se fue a Stormwolf para casarse con el Rey, sin embargo, creía que regresaría con la vergüenza de haberlos engañado y sería desechada como lo que es, una bastarda que no vale nada.Pero eso no ha ocurrido, de hecho, no sabemos nada de ella y eso me pone nerviosa. No puede ser que haya logrado salirse con la suya y casarse con un Rey de otro reino, sobre mi cadáver dejaré que algo así suceda.Mi padre ha estado tranquilo pues recibió la dote que le prometieron y ahora el reino podrá pasar bien el invierno. No obstante, yo no puedo quedarme de brazos cruzados. He escuchado que en tierras más lejanas existen cosas que escapan de nuestra comprensión, magia, criaturas sobrenaturales. No creo en nada de eso y nunca he visto algo parecido, pero estoy desesperada y necesito encontrar una solución; Gaia no puede ser quien se case.—Princesa, ¿está segura de lo que va a hacer? Es muy peligroso internarse en
CAPÍTULO 13: YO SERÉ LA ELEGIDAParisaEl camino hacia el reino de Stormwolf es largo, pero voy confiada en que conseguiré mi objetivo. Mi padre no quiso darme su bendición pensando que lo que voy a hacer es una locura, pero le aseguré que Gaia no se ha casado aún con el Rey y que la traeré de vuelta demostrándole que la bastarda le mintió. El carruaje me lleva a buen ritmo y al parecer llegaremos para el atardecer. Mi dama, Wise, me acompaña.—No puedo creer que sea real, que lo haya conseguido —me dice.La rosa blanca que me dio la bruja ahora hace parte del tocado de mi cabello, la mantendré siempre cerca para asegurarme de que funcione.—Bueno, eso lo veremos al llegar.—¿Y si Gaia ya se casó con el Rey?No le contesto enseguida, dirijo mi vista hacia la ventana para observar el paisaje. Si la bastarda ha logrado su cometido, entonces tendré que inventar alguna excusa para quedarme en el palacio y arruinarle el matrimonio de alguna forma. —No tiene idea de lo que soy capaz, me r