―Ya bastante buena fue la vida de paternidad contigo. ―Se burló. ―Tenía que nacer una distinta, Tanik es tu karma, padre. ―Tanok resopló. ―Y para colmo a tu jodid4 madre le da por ponerle mi nombre. ―Se rio de sí mismo. ―Ahora no para de recordarme que ella es yo en versión mujer. ―Y lo es. ―Se en
―Siempre te he dicho que no traigas tus mierd4s aquí. ―Aluhe deseaba arrancarle la cabeza. ―Llévatela de aquí, ¡Ahora! ―La chica se tensó por completo, esa voz tan gruesa deja helado a cualquiera. ―Tranquilo hombre. ―Le sonrió acomodándose su enloquecido pelo rojo. ―Yo he aceptado venir aquí, quier
―¡No! ―Chilló luchando para que la bajara. ―¡Auxilio! ―Pataleó sobre el hombro de Aluhe quien no dejaba de vociferar maldiciones. ―¡Cállate! ―Gritó estremeciéndola. ―No te soporto. ―Bufó furioso con él mismo. ―Eres patética, mujer, patética. ―Eso la hizo sentir mal, justo las palabras que le dijo s
―Ya, para, te lo suplico. ―Aluhe no le hizo caso, perdió totalmente la razón y sin miramientos se hundió en ella de una estocada que también le dolió a él. ―Dios… ―Gazania lloró por el terrible dolor. ―Pasará. ―Susurró temblando por completo. ―El dolor se irá, lo prometo. ―Su voz la calmó un poco,
Aluhe se miró al espejo, su corazón está cada vez más débil y odia sentirse así, pensó que con su poder de semidiós nada de eso podría afectarle, pero se equivocó y a lo grande. Aun cuando dejó de sentir a su destinada desde hace ya un tiempo todo en él empeora. ¿Por qué le jode si la hizo suya? Se
―Odio ir a esa parte de la ciudad. ―Le tendió las llaves de su deportivo. ―Pasas por mí después, de todos modos, no está lejos. ―Tahiel tomó las llaves, desde luego le sacará todo a ese deportivo. Aluhe dejó que su hermano se marchara y decidió coquetear con la chica que los estaba atendiendo, es h
Gazania inició a hiperventilar, ¿Por qué había dos de ellos? ¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Por qué el hombre que le arrebató su inocencia y después la echó como si no valiera nada tiene un doble? Aluhe, en cambio, dejó de sentir todo a su alrededor, él no sentía su olor, ella estaba cerca y él no
―¡Pero es como si no! ―Le gritó molesta. ―Ni siquiera me consideran como uno de ellos, ¿Por qué odiarme a mí cuando yo ni siquiera existía? ―Miró a Enola. ―Prefiero morir con mi hijo a estar con él. ―Se negó iniciando a llorar. ―Por favor… quiero irme de aquí, por favor. ―Imploró. ―Llevas a mi hijo