Al otro día en China...Narra AlessandraMi hija durmió todo el vuelo a mi lado y lo prefiero, antes que ver las caras hambrientas de estos cerdos. Estamos en la mansión wáng, Jian Wáng es el líder de la traída y desde siempre han tenido problemas con la Yakuza. Némesis camina tomada de mi mano, indiferente a todos los hombres que están aquí, yo observo todo, veo si hay algún punto ciego por dónde nos podamos escapar. Un hombre ya bastante mayor se presenta frente a nosotras sentado en una especie de trono. Ruedo los ojos, otro idiota arrogante de m****a. Jian: Me dijeron que eran hermosas, pero esas palabras se quedan cortas. Alessandra: ¿Puedo saber quién? Jian: Me dijeron que vendiste tu cuerpo, ¿Qué te ofreció el heredero Shimizu? Te ofrezco el doble. Arlene: Respeté, a mi madre no se la compra imbécil. Alessandra: Némesis —Siseo entre dientes— haz silencio, por favor. Chino: Tiene una boca tan sucia, muero por probarla. Alessandra: Inténtalo y en verdad te mueres. Jian
Horas más tarde en China...Narra AlessandraDespués de decirle que sí lo haría nos pusieron a ambas en un calabozo, lo que no evitó que me toquetearan sin permiso mientras nos llevaban ahí. Si me dio asco, pero solo los mire a los ojos, estoy resignada, es una posibilidad que ellos vayan a tenerme, pero no sin luchar. Él primero en "tenerme" tiene que ser el líder y se está tomando su tiempo, lo cual agradezco, así puedo hacer un plan y poder escaparnos. No quiero que vuelvan a hacer de mi cuerpo lo que quieran, intentaré poder sacar a Arlene, sin ella aquí nada evita que mate matando a cualquiera que se me cruce. Pero con ella aquí presente, no puedo correr el riesgo de que salga lastimada. Arlene: ¿Llegarán? Alessandra: Por supuesto que sí, fuego, pero si no llegan a tiempo me voy a asegurar de que estés muy lejos de aquí, dónde nada pueda pasarte. Arlene: No queremos dejarte. Alessandra: Si llega el caso de hacerlo, lo hacen, no importa que pase, se van y buscan a sus padre
3 horas después del escape de Arlene...11 horas después de la llamada en Sicilia...Narra IkerTuvimos que aterrizar en Rusia dónde nos esperaban Samuel, Junior y Kaori. Después cruzamos con varias camionetas de hombres a China, hasta llegar a la esquina de la mansión Wáng. Massimo: ¿En serio se va a dejar hacer esas cosas? Tom: Si cree que la niña corre algún peligro si, lo hizo por mí, lo va a hacer por su hija. Massimo: Si Arlene no estuviera ahí ¿Ella pelearía? Izan: Sin ninguna duda. Massimo: ¿Sola, contra todos esos hombres? Iker: Lo haría, y si tuviera que volar toda la mansión para asegurarse de que ninguno se va a escapar lo haría, aunque esté adentro. Por desgracia, sigue adentro. James: Lucien me está llamando. Isaac: Atiende antes de que salgamos, puede estar llamando para avisarnos que le pasó algo a la enana. Imposible ser tan pesimista. Akio: En altavoz. Lucien: Hola. James: Estamos todos escuchando. Tom: ¿Le pasó algo a mamá? Lucien: No, Acaban de llama
Un rato antes...Narra AlessandraHui vuelve media hora después y me saca de la jaula en silencio. Mis ojos ya están acostumbrados a la oscuridad de los calabozos, así que veo perfectamente la seña de silencio que me hace y cómo me dice que hay dos hombres afuera. ¿Cómo saco a los niños si había gente afuera? Me pasa dos navajas. Perfecto. Abre la puerta de un tirón, cómo si no pesará doscientas toneladas, he de admitirlo, con la ropa suelta da la apariencia de flacucho y débil, pero se ve que tiene fuerza. Vamos a ver si tiene valor cuando tenga que matar a su padre. Por qué de aquí vivo no sale, se atrevió a meterse con mi familia y eso no se hace si quieres vivir. Agarra a uno de los hombres y le tapa la boca antes de que grite y alerte a toda la mansión, hago lo mismo con el otro con la diferencia que no le tapo la boca. Directamente le clavó la navaja en la garganta. Cuando cae, lo reconozco como uno de los que entró a manosearme. Asqueroso. Voy a tener que bañarme con
Narra AlessandraSeguimos por ese pasillo hasta el fondo, cuando llegamos ahí asomamos la cabeza para ver si había alguien. Cuatro hombres. Están un poco lejos, así que si doblamos para matarlos, nos verán mucho antes y gritarán, toda la mansión se enterará y de nada serviría lo que estoy haciendo. Ellos le ponen silenciador a las armas. ¿Los tenía escondidos en el culo o cómo? Por qué no los vi. Saco dos shuriken y se los lanzó a la frente de dos, caen cómo saco de papa al suelo, seguido de los otros dos con una bala en la frente. Hui: ¿Quieres ser mi amiga? O ¿La madrina de mi hijo? —Bastian lo mira mal y él se encoge de hombros— ¿Qué? No puedo desaprovechar la oportunidad. Me río y me acerco a los muertos. Tres de ellos posaron sus manos en mí. Le hago una seña a Bastián para que venga con el bolso, mientras cortó las manos, para cuando termine de hacerlo la sangre goteaba de mis manos. Me limpio con mi pantalón, una mancha más al tigre no le va a hacer nada. Bastián: ¿Ti
Narra AlessandraEntramos yo con mis shuriken y navajas en la mano, Bastián con el arma en lo alto. Nos acercamos a él que sigue sentado con confianza en su m****a de sofá. Pero el seguro de varias armas siendo desactivado nos hace detenernos. Jian: Quietos. Frenamos y los hombres a nuestra espalda nos sacan las armas. Jian: Me dijeron que eras un problema, pero no tenía idea de cuánto, ¿¡Dónde está mi nieto!? Dónde le dijiste a este traidor que lo dejara. Apunta al rubio. Alessandra: No sé de qué habla. Hace una seña a un hombre a mi espalda y me patean la pierna para que me caiga hacia adelante. Y con un demonio que les voy a dar el gusto de ver desde arriba. Trastabillo un poco, pero sigo en pie. Bastián: Diosa, ¿Estás bien? Asiento. Esto no es nada. Por una puerta al costado entra Hui y la bruja La última está con una sonrisa de oreja a oreja. Hui: Ustedes, se llevaron a mi hijo, mi heredero. Bastián: ¿De qué hablas? Hui: Me traicionaste por una, una puta. Hace u
Narra AlessandraNo, no, no. No me van a meter en sus dramas de macho alfa. Tengo cosas más importantes que hacer, cómo ver a mi hija. Massimo: ¿Estás bien? Alguien se acuerda de mí, al fin. Alessandra: Bien, solo tengo un pequeño corte. Tom: Aless, no es pequeño, es profundo, vamos así te curo. Samuel: Niña, ¿Segura que está todo bien? Junior: ¿Necesitas algo de nosotros? Alessandra: Quiero ver a mi hija y conocer a mi ahijado. Hui: Yo quiero lo mismo. Bastian: Vamos, la rojita debe estar preocupada por la diosa. Este se está ganando todos los boletos para un derechazo y no de mis esposos. Akio: Puedes explicarme cómo es que mi mujer desapareció hace dos días y ahora tiene novio. Kaori: Me regreso a casa, hijo, me avisan en qué quedó esto, saludos, niña, lamento mucho lo que tuviste que pasar por mi esposa. Oh, cierto. Alessandra: ¿Quieres su cabeza? Kaori: ¿La trajiste? Alessandra: Claro, está en el bolso, también sus manos, tómalas si quieres te las regalo, a las p
Narra BastianLa diosa se fue con su hermano y el otro chico Massimo que aún no sé exactamente quién es, a la cocina con la rojita y Bao, el hijo de Hui. Mi mejor amigo se quedó conmigo. Bastian: ¿Quién es el otro hombre que se fue con ella? ¿Otro esposo? Iker: ¿Y eso a ti qué te importa? Hui: Vamos a calmarnos, ya son grandes, solucionen sus problemas hablando, Aless sufrió algunas cosas... feas, cuando estuvo en la mansión, no creo que se tome bien que se agarren a trompadas aquí. James: ¿Puedes contarme? Sí sé que le pasó voy a poder ayudarla como lo necesite. Mi mejor amigo asiente y le hace una seña para que lo siga hacia los sofás. James: Es su hermano por cierto, y no te lo digo porque tengas derecho a saberlo, sino porque en donde le tocas uno solo de sus cabellos te va a torturar. Bastian: Casi me mata con una navaja, no creo que sea mucho peor a qué te mate. Akio: Es militar, sus torturas son militares. Sí... ni al caso, no iba a tocar a nadie de aquí, no le haría e