Día de la boda en Japón...

Narra Iker

Está hermosa, y no solo por el hecho de que sea la primera vez que la vemos en un vestido, si no, porque está radiante, feliz, iluminada.

No dejo que nadie opacara su brillo hoy, su grandioso vestido gris la hace ver cómo la mejor de las princesas, pero a su estilo.

Sin llamar mucho la atención, vimos el vestido que Sasha había elegido, nunca se va a usar, eso está claro.

Era enorme, muy enorme, tenía una cola kilométrica, mucha pedrería llamativa, demasiadas capas de tela para hacer doler su espalda y blanco.

Ese color y ese vestido ni por asomo sería del estilo de mi bonita. Es más sencilla, según ella, menos es más.

No veo cómo aplicar eso a nuestra relación, somos bastantes, aunque viendo a la de la enana o mi madre, es menos y claro, ese va a ser su punto de vista.

Pero eso no me importa, si ella es feliz con uno, dos o cinco ¿Quién soy yo para no cumplirle eso?

Tengo un trozo de su corazón para mí, y es tan grande que hasta me sobra.