Narra Izan

Cuando los senos de nuestra mujer ya están rojos de tanto besarlos, morderlos y apretarlos, Isaac se retira, sé semi acuesta, entra el cabecero y la cama con una sonrisa orgullosa en su rostro.

Todo por haber dejado sus dientes marcados en la zona entre el cuello y el hombro.

Mi preciosa se sube a horcajadas en él, mi hermano ubica con su mano la polla en la entrada a su coño, pero no hace más, está dejando que nuestra esposa se tome su tiempo.

Disfruta del momento.

Como todos haremos, adoraremos y amaremos su cuerpo por dos días enteros hasta que tengamos que volver a la realidad y a Sicilia.

Isaac: Ángel, ¿Quieres que usemos condón?

No lo hizo la primera vez conmigo y es raro que no esté embarazada, suerte supongo, no es el momento aún, pero quiero tener hijos antes de que agarremos el mandato de las mafias.

Tal como la enana, para cuando nuestra madre quiera "jubilarse" ella ya va a tener a los niños entrenados, o por lo menos iniciados.

Nuestros padres nos dijero