Alexander ríe, mirándola después con fascinación.—Le haces bien a mi vida, mala influencia—.—Si me sigues haciendo el amor de esa manera, acabaremos presos por desorden público—.—Jajaja, Podría pasar una eternidad a tu lado y tus ocurrencias me sorprenderían a cada momento, eres increíblemente asombrosa—. Se voltea de nuevo de costado y sujeta la cara de ella entre sus manos, pasa su pulgar por sus labios hinchados y sonrosados.—Con gusto cumplo condena, me encanta escucharte, trato de no ser tan bestia...—.—Me gusta, aunque los primeros días...— Le sonríe cálidamente. —Igual no hubiese querido, ni quiero algo diferente— Ella besa cálidamente sus labios, él por otro lado responde con ansias.Estaba de regreso a la casa, se encontraban en la habitación de Alexander, subieron a darse un baño y se quedaron ahí pues él deseaba conversar un rato.—¿Nos podemos casar antes de que me vaya?—.Eso la tomó desprevenida.—¡Cielos! me llevas a las carreras, tu familia hasta ahora me está co
—Bianca— Dijo con tono de advertencia.—Siempre te he amado...—¿Está hablando la mujer que teniendo mi anillo en el dedo se metió en la cama con otro y encima le dio un hijo?— Se ríe incrédulo —Nunca lo hicimos sin protección, que fácil fue con ese idiot4—.—Te ibas por meses, llegaba la noticia de que mori4n marines todos los días, que explot4ban asentamientos militares— Ella lloraba desconsolada. —Te lo he dicho, cuando se perdió comunicación con tú unidad, pensé que no regresarías, estaba destrozada y él apareció como un amigo nada más, no me iba a casar con Diego, mis padres se enteraron de mi embarazo y me obligaron. Esos miedos ahora no existen, él puede ver a su hijo siempre que quiera, pero yo quiero estar contigo—.—Eso no es posible—.Bianca intenta acercarse, él sin pensarlo dos veces, se aleja, ella se sentía dolida por su rechazo.—Puedo darte la familia que tanto querías.—No vuelvas a entrar aquí de nuevo...— Está conteniéndose para no perder la paciencia.—Mi amor...
Subieron a la habitación de Alexander, ella lo había dejado en la misma bolsa donde lo colocaron cuando lo compró, tenía que plancharlo. Era una pieza larga y elegante, para una ceremonia discreta estaba bien.—Te verás bonita con lo que te pongas, espera...Sale por un rato y cuando regresa, viene con un vestido en una delicada funda para protección de trajes.—Este era mi vestido cuando me casé con Angel—.Lo saca cuidadosamente y lo tiende en la cama, Audra pasa los dedos por la delicada tela blanca, del perfectamente conservado vestido.corte princesa con pedrería exquisita, su velo intacto, era como un sueño hermoso, materializado delante de sus ojos.—Es precioso, una fantasía, me hubiese gustado encontrar algo como esto—.—¿Y si te lo pones?—.—Esto... Esto es algo demasiado valioso—.—¿Te gusta?— Dice con una sonrisa maternal.—Mucho, pero...—Solo hay que hacerle unos retoques—.—¿De verdad lo puedo usar?— Las lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas.—Por supuesto que sí,
*Alexander: «Vi a mí futura esposa entrar del brazo de mi papá, eso le brindó calidez a mi corazón, no solo la estaba cuidando yo, también mi familia estaba para respaldarla, antes de mirarla a ella, pude vislumbrar el orgullo en los ojos de él, llenos de afecto hacía Audra. No estaba preparado para lo que sentí al verla, el corazón lo tenía desbocado, mi princesa estaba muy hermosa, no pude dejar de mirarla».—Aquí te entrego a mi hija— Una lágrima resbaló por la mejilla de Audra, al escuchar eso. Angel besó con ternura la frente de la joven. —Sé que serás una esposa maravillosa para él y que, como miembro de nuestra familia, nosotros ya te amamos—.—Gracias papá— Alexander y Audra estaban más que conmovidos, Ángel le dio varias palmadas en la espalda a su hijo antes de colocarse al lado de su esposa, sacó su pañuelo del bolsillo y se lo tendió pues tenía el rostro lleno de lágrimas.Alexander tomó las manos de Audra y las besó, sin despegar los ojos de ella.—Estás preciosa, nena—
*En otra casa, de la misma calle...Sube rápido las escaleras, entra a su habitación y cierra de un portazo la puerta, un rato después, alguien entra.—¿Por qué me dejaste en el hotel?— Diego estaba entre confuso y enojado.—¿No era suficiente ir a la boda? ¿Para qué querías ir también a esa fiesta?— Gritó molesta, paseándose de un lado a otro.—Bianca, baja la voz, el niño ya tiene que estar durmiendo—.Ella había tomado un taxi a casa, si no es porque él la había visto salir, hubiese pensado que continuaba en el hotel.—¡Que me importa! ¿No está con la nana?—.Diego realmente estaba exasperado, no podía entender los cambios de Bianca, trató de calmarse y hablar tranquilamente con ella. —¿Qué es lo que te pasa?—.—Me obligaste a ir a esa boda— Habló con los dientes apretados. —Te dije claramente que no deseaba ir—. —No te obligué, solo te dije que ellos son mi familia, que deberías entender, además, quieres que los visitemos a menudo, me repites hasta el cansancio que los quieres
Carmen estaba visiblemente sorprendida, puesto que no esperaba esa pregunta, bajó la cabeza y no contestó.—No se preocupe Carmen, está conversación no saldrá de este cuarto—.La empleada levantó la cabeza, nunca habría dicho nada en otras circunstancias, pero quería mucho al niño y aunque perdiera su trabajo, pensó que debería contestarle a su jefe.—Es muy fría señor, no suele entrar aquí y no quiere que él niño esté donde sea que ella se encuentre—.Diego le hizo un ademán para que continuara, trató de que su rostro no tuviera ninguna expresión para que ella fluyera. —En general, no pregunta nada ni me da indicaciones—.Después de hablar un poco más con la empleada, sobre la escuela del niño y comprobar que Bianca se encontraba en otro lugar de la casa, Diego regresó a su habitación, media hora después, Bianca entró.—¿Vienes de ver al niño?—.—Sí, aunque estaba dormido me quedé un rato en su habitación—. Ella tomó su bata y se disponía a entrar al baño, él la detuvo sosteniendo s
—¿Llegaste?— El nudo en su voz la delató.—Sí ¿Estás llorando?—.—Tendré que acostumbrarme es todo— Se amonestó mentalmente, porque se supone que no iba a preocuparlo.—También tendré que hacerlo nena, estaré pensando en ti—.—Por favor quiero que te cuides—.—No te preocupes por nada princesa. Tengo que irme—.—Te amo, Alexander—.Ella terminó la llamada primero, no iba a soportar que él no le respondiera igual, en ese momento.Audra se preparó para irse a trabajar, cuando salió, Leonardo la esperaba frente a la casa, ella supo de inmediato lo que pasaba.—Buenos días Leo, puedo irme como antes, no es necesario causarte tantas molestias—.—Ni hablar, no es ninguna molestia, me queda de camino y siempre me voy solo al trabajo, no seas aguafiestas cuñada, además mi hermano me matari4 si me negaba—. Su sonrisa se hizo francamente más amplia.El camino se hizo ligeramente corto, para Audra era muy agradable y fácil hablar con él, eran temas random sobre todo, cargados de risas, ella no s
En el trayecto a casa, luego de las clases, Audra se quedó dormida nada más iniciar el viaje, a Leonardo le dio pena despertarla porque parecía agotada, así que, al llegar, se parqueó frente a la casa y la tomó en brazos, su madre escuchó la puerta y salió de la cocina.—Se quedó dormida en el camino— Se adelantó a explicar, para que su madre no se asustara.—Pobre de mi niña, estará muy cansada. Llévala a su habitación, le subiré algo más tarde para que coma—.Eleonor subió con una bandeja, pero Audra continuaba durmiendo, dejó la bandeja a un lado y se sentó en la cama.—Hija— La movió ligeramente hasta que la despertó.—Cariño ¿Estás enferma?— Tocaba con preocupación su frente y cuello. —Tienes varios días que te noto diferente, no comes casi nada.—Ahora mismo tengo todo revuelto, no he podido retener nada en el día... Cubrió su boca de repente, se paró corriendo al baño a vomitar, un rato después bajó la tapa y se sentó exhausta, Eleonor que entró detrás de ella, le recogió el p