Mía, ¿por qué demoras tanto? Odio cuando Paolo me acosa, más aún cuando él sabe lo difícil que es para mí arreglarme estando embarazada. -¡Paolo, deja de joder! Me termino de maquillar y luego me echo un poco de perfume. Bajo las escaleras con cuidado y veo que todo está perfectamente decorado en el jardín. Todos ya están sentados y muero de vergüenza porque debería estar sentada en este momento. -Hola, buenas noches - digo con algo de pena. -Hola, Mía - todos saludan formalmente. -Disculpen la tardanza, pero sabrán que en mi estado es una misión arreglarse - todos se ríen mientras yo me siento. -No te preocupes, querida, suele pasarle a todas. La noche la pasamos entre risas y anécdotas de todos, hasta que Paolo se para y da pequeños golpes a la copa para llamar la atención de todos. -Bueno, quise hacer esta reunión porque Mía y yo queríamos darles una noticia - Paolo extiende su mano para ayudarme a parar. Lo veo con nerviosismo, pero él me sonríe para que me tranquilice. -Y
2 días después del parto Llevo dos días con mi princesa en casa, Paolo y yo estamos felices con su presencia. Fue como si ella se hubiera encargado de llenar de luz nuestro hogar. Ahora sí puedo decir que valió la pena el dolor, porque dolió y mucho, pero ella lo valió. Acabo de bañarme y tengo en mis brazos a mi hermosa Julieta. Sí, como lo escuchan, Paolo y yo la llamamos Julieta. Es tan hermosa, es muy calmada, solo llora cuando tiene hambre, sueño o cuando su pañal está sucio, pero por lo demás es muy dormilona, así que nuestras noches son medio tranquilas. Igual, Paolo me ha apoyado mucho, ya que tengo que reposar por el parto, ya que, por ser de alto riesgo, tuvo que ser por cesárea. -No puedo creerlo, Dios, esta imagen la tengo que tener en mi celular - veo a Paolo sacar su celular mientras yo sonrío con Julieta en mis brazos. -Mira, Julieta, mira a papi - Julieta, a pesar de tener días de nacida, es muy auditiva, cada vez que escucha la voz de su padre mueve sus manitas y su
Me meto a la ducha despues de hablar con paolo trato de pensar en lo que le voy a decir y en como se lo voy a decir , salgo de la ducha y busco que ponermeSalgo del baño
Dos meses después Dios mío, mi boda es en dos días y estoy súper nerviosa pero a la vez muy feliz. Estos dos meses con Julieta han sido los mejores de todos, cada día aprendo algo nuevo de ella y me hace sentir que ambas tenemos una bonita conexión. Hoy iré con ella a visitar a papá a la oficina y luego a la tienda para adelantar unas cositas. Me arreglo y luego me visto a ella. -¡Pero qué hermosa estás, mi bebé! - le doy varios besos y luego la cargo. -Vamos a ver a papá. El chofer nos lleva hasta la oficina y como siempre todos están maravillados con Julieta. -Hola Lina, ¿Paolo está? -Claro, señorita mía, pase - le doy las gracias y paso, pero él no se da cuenta ya que está hablando por teléfono. -¿Qué dijeron, Matías? ¿Ya soy libre? - ¿De qué habla? -¡Eso! Mia estará más que feliz con esta noticia - entro del todo y le pregunto. -¿Qué noticia, amor? - este se voltea y cuelga la llamada. -Pero mira quién tenemos aquí, la princesa de papá - Paolo toma a Julieta en brazos y e
**El gran día: la boda** Me levanto al sentir unas manitas en mi cara, luego de unos balbuceos. Abro mis ojos y lo primero que veo es a mi princesa, que está cargada en los brazos de su padre. - Buenos días, futura esposa. - Buen día, futuro esposo - este me da un beso fugaz y luego me pasa a la nena para alimentarla. - Ya está bañada y cambiada. - Wow, qué milagro tú haciendo eso - este se ríe. - Quería ayudarte un poco. Ya me tengo que ir, por favor, no me dejes esperándote mucho tiempo. - Claro que no, te amo - me da un beso. - Yo a ti. - Bueno, mi amor, lista para ponernos bellas, hoy se casan mami y papi - me meto a la ducha y al salir me coloco una bata para estar cómoda. A los 15 minutos llega Matilda junto con un grupo de estilistas. - ¿Lista? - pregunta Matilda. - Más que lista - los estilistas comienzan arreglando mi cabello. Les dije que quería tener mi pelo suelto pero con algunas decoraciones en él. Mi suegra aparece con Julieta en brazos y esta llora. - Tiene
Paolo pasa sus manos por todo mi cuerpo mientras me besa el cuello y la espalda. Siento cómo baja el cierre de mi enterizo y comienza a quitármelo, dejándome en ropa interior de encaje. —Dios, mi amor, estás preciosa. Me encanta cómo se te ve esa ropa interior, pero sabes cómo me gustas más... desnuda —me volteo y comienzo a quitarle el traje. Luego, con manos temblorosas, desabrocho su camisa y él, con un rápido movimiento, se la quita. Pongo mis manos sobre su pantalón, bajo la cremallera y luego se lo quito, dejándolo solo en boxers. En un momento de atrevimiento, lo tumbó en la cama y me subo encima de él, moviendo mis caderas sobre su miembro, que ya está duro. Acaricio su pecho mientras muerdo mi labio inferior. —¿Me deseas, esposo? —digo, gimiendo. Él se levanta y hace que lo bese, devorando mis labios con desesperación. —Sí, y mucho, mi amor. Me vuelves loco —quita mi sostén y acuna mis senos en sus manos, dando masajes en ellos. Luego, se mete un pezón a la boca, haciéndom
Cuatro años después Hoy celebramos nuestro aniversario de bodas, Paolo y yo cumplimos 4 años de casados y estoy ansiosa porque me dijo que tenía una sorpresa preparada, aunque yo también le tengo una sorpresa super especial. - Mami, ¿podemos dar una vuelta al parque? - mi preciosa Julieta aparece en la entrada de la habitación con un muñeco de la suerte. - Claro, mi amor, ven, vamos a bañarnos y luego salimos. - ambas nos metemos en la ducha y luego salimos y nos arreglamos. - Mami, quiero vestirme igual que tú. - Creo saber qué pintas nos quedan. - saco ropa de mi cuarto y luego voy a la de ella. - Vamos, mi amor. - tomo su manita y bajamos las escaleras encontrándonos con Marta. - ¡Abuela! - grita Julieta mientras corre hacia ella. - Hola, mi princesa. - Marta ahora vivía con nosotros, ya que hace unos meses Roberto, el padre de Paolo, murió y Paolo no soportó verla mal, así que decidimos traerla a casa, con la ayuda de todos, pero especialmente con la de Julieta, logramos sa
Mi nombre es Mia Jones, tengo 19 años y vivo en Italia con mi amiga Lucy. Aunque ambas somos estadounidenses, por cosas del destino terminamos aquí y ahora trabajamos en un restaurante muy reconocido en Italia. - ¡Mia! - salto de mi cama como un resorte al escuchar los gritos de mi amiga. Cuando llego donde está, la veo sonriente. - Hola, amiga - Lucy sonríe y juro que la quiero matar por el susto que me dio. - Lucy, ¿cuál es tu m*****a manía de gritar como loca? - Lo siento, Mia, pero te tengo un plan. - A ver, ¿cuál será? - Arréglate, nos vamos de rumba a una discoteca muy buena que me recomendaron. - Lucy, no quiero ir, mis ánimos están en el piso - ella hace un puchero y se acerca. - Vamos, Mia, te lo suplico, no quiero ir sola, porfis - me causa risa verla rogando, así que me río. - Está bien, pero solo un rato - Lucy grita emocionada. - Amiga, ¿ya estás lista? - pregunta Lucy. - Sí, Lucy - salgo del cuarto y veo a Lucy con un vestido bastante revelador. - Vaya, tú sí