La cita con la médica fue muy bien, aunque ella se percató de mis golpes, pero no dijo nada, solo me miró con lástima. Ya estamos otra vez en casa y él me dice que me arregle, que me quiere lista en una hora. Así fue, en una hora ya estaba vestida, maquillada y peinada. -Estás bellísima - me dice Izac mientras se acerca y me intenta dar un beso, pero yo me niego, así que él toma con fuerza mi mentón y me besa a la fuerza. -Espero que te comportes, no querrás que pase lo que pasó ayer - pienso, cada día te estoy odiando más. -Como sea, ya vamos - dice Izac mientras maneja hasta llegar a un salón enorme. Durante este tiempo, Izac se la ha pasado hablando con un hombre de unos 50 años, y se nota que tiene cara de malo. -Izac, voy al tocador, ya regreso - tomo su mano y me da una mirada de advertencia. Llego al baño, hago mis necesidades y siento unas patadas en mi vientre. Sonrío al pensar que tengo vida dentro de mí. -Las amo tanto - susurro. -Y yo a ustedes, mi ángel... Paolo N
Veo fotos de Paolo y mías en el baño teniendo la conversación y hay otras donde él me estaba dando un beso. - ¿Me crees estúpido? - me toma más fuerte del cabello. - Izac, ese hombre vino y me dijo cosas. Yo no sé quién es. - ¿Qué m****a te dijo? - Que no me llamo Penélope, que no eres mi esposo y tampoco padre de mis hijas. - Este hace que lo mire y veo en sus ojos ira. - Con que eso te dijo... pues sí, tienes razón en todo lo que dijo, pero tú eres mía y antes te prefiero muerta que verte con él. - Él tenía razón, Izac me mintió. Por eso nunca logré sentir nada por él. - ¿Por qué lo hiciste? - Varias lágrimas salen mientras lo golpeo en el pecho, pero este levanta su mano y me da una cachetada que me deja aturdida. - Eres mía y solo mía. Ahora te enseñaré a respetarme, m*****a perra. - Este me tira al suelo y comienza a darme golpes. Siento un tirón fuerte en mi vientre y de inmediato pienso en mis bebés. - ¡Basta, Izac, me duele el vientre! - Este está fuera de sí, no escuch
Un mes después... Creo que la muerte de un hijo es la peor sensación que uno puede experimentar. Cuando la doctora nos informó que una de las bebés había muerto, sentí como si algo dentro de mí se quebrara en mil pedazos. Ese mismo día sacaron a mi bebé de mi vientre y luego me cerraron para que la otra bebé siguiera formándose. Ahora ha pasado un mes y creo que ha sido el mes más duro de todos. Desde que llegamos a Francia, me encerré en mi habitación y no dejé que nadie entrara, ni siquiera Paolo. No tolero la presencia de nadie y comer se ha convertido en una tarea difícil, ya que no siento hambre, pero tengo que comer por el bien de mi bebé. -Ángel, ¿puedo pasar? - Veo entrar a Paolo con una bandeja llena de comida. Después de un mes, decido ver a Paolo a la cara y al verlo, me sorprendo por el estado en el que se encuentra. Ha perdido kilos y tiene unas ojeras terribles. -¿Cómo estás? -Pone su mano encima de la mía y la acaricia. -Bien -Le dedico una media sonrisa, pero esa so
-Pronto serás la señora Lombardi - me dice mientras me atrae hacia él y une nuestros labios en un tierno beso. Pero mi hija se hace presente dando varias pataditas, lo que nos hace sonreír a los dos. Paolo se agacha y toca mi vientre mientras pega sus labios a él. -Hola, mi princesa. Ahora sí, papá y mamá van a estar juntos y nunca más se van a separar - dice. Varias lágrimas empiezan a caer de mis ojos y Paolo rápidamente las quita. -¿Por qué lloras, mi amor? -Sabes que el embarazo me pone muy sensible. Todo esto es maravilloso, amor. Quiero que estemos así para siempre". -Yo me encargaré de que eso suceda -Esa noche, mis suegros nos felicitan y acordamos que la boda se realizaría dos meses después del nacimiento de mi pequeña. Llegamos a casa y Paolo me dice -Amor, mañana voy a hacer una pequeña reunión en la casa para informar a nuestros allegados que nos vamos a casar -Oh, claro, me parece perfecto -respondo. Siento cómo Paolo me toma de la cintura y me pega a su cuerpo. -¿Qu
Mía, ¿por qué demoras tanto? Odio cuando Paolo me acosa, más aún cuando él sabe lo difícil que es para mí arreglarme estando embarazada. -¡Paolo, deja de joder! Me termino de maquillar y luego me echo un poco de perfume. Bajo las escaleras con cuidado y veo que todo está perfectamente decorado en el jardín. Todos ya están sentados y muero de vergüenza porque debería estar sentada en este momento. -Hola, buenas noches - digo con algo de pena. -Hola, Mía - todos saludan formalmente. -Disculpen la tardanza, pero sabrán que en mi estado es una misión arreglarse - todos se ríen mientras yo me siento. -No te preocupes, querida, suele pasarle a todas. La noche la pasamos entre risas y anécdotas de todos, hasta que Paolo se para y da pequeños golpes a la copa para llamar la atención de todos. -Bueno, quise hacer esta reunión porque Mía y yo queríamos darles una noticia - Paolo extiende su mano para ayudarme a parar. Lo veo con nerviosismo, pero él me sonríe para que me tranquilice. -Y
2 días después del parto Llevo dos días con mi princesa en casa, Paolo y yo estamos felices con su presencia. Fue como si ella se hubiera encargado de llenar de luz nuestro hogar. Ahora sí puedo decir que valió la pena el dolor, porque dolió y mucho, pero ella lo valió. Acabo de bañarme y tengo en mis brazos a mi hermosa Julieta. Sí, como lo escuchan, Paolo y yo la llamamos Julieta. Es tan hermosa, es muy calmada, solo llora cuando tiene hambre, sueño o cuando su pañal está sucio, pero por lo demás es muy dormilona, así que nuestras noches son medio tranquilas. Igual, Paolo me ha apoyado mucho, ya que tengo que reposar por el parto, ya que, por ser de alto riesgo, tuvo que ser por cesárea. -No puedo creerlo, Dios, esta imagen la tengo que tener en mi celular - veo a Paolo sacar su celular mientras yo sonrío con Julieta en mis brazos. -Mira, Julieta, mira a papi - Julieta, a pesar de tener días de nacida, es muy auditiva, cada vez que escucha la voz de su padre mueve sus manitas y su
Me meto a la ducha despues de hablar con paolo trato de pensar en lo que le voy a decir y en como se lo voy a decir , salgo de la ducha y busco que ponermeSalgo del baño
Dos meses después Dios mío, mi boda es en dos días y estoy súper nerviosa pero a la vez muy feliz. Estos dos meses con Julieta han sido los mejores de todos, cada día aprendo algo nuevo de ella y me hace sentir que ambas tenemos una bonita conexión. Hoy iré con ella a visitar a papá a la oficina y luego a la tienda para adelantar unas cositas. Me arreglo y luego me visto a ella. -¡Pero qué hermosa estás, mi bebé! - le doy varios besos y luego la cargo. -Vamos a ver a papá. El chofer nos lleva hasta la oficina y como siempre todos están maravillados con Julieta. -Hola Lina, ¿Paolo está? -Claro, señorita mía, pase - le doy las gracias y paso, pero él no se da cuenta ya que está hablando por teléfono. -¿Qué dijeron, Matías? ¿Ya soy libre? - ¿De qué habla? -¡Eso! Mia estará más que feliz con esta noticia - entro del todo y le pregunto. -¿Qué noticia, amor? - este se voltea y cuelga la llamada. -Pero mira quién tenemos aquí, la princesa de papá - Paolo toma a Julieta en brazos y e