Estaba agotada y mi respiración se encontraba muy agotada, respiro profundo varias veces para controlar mi respiración. Miro a Jason a los ojos y él estira su mano hasta mis brazos para pasarlos sobre ellos. Había un sentimiento extraño subiendo por todo mi cuerpo e inconscientemente le sonrío ante su gesto y su mirada. Tampoco pude evitar acercarme a él para abrazarlo y apoyar mi cabeza en su pecho. Inmediatamente, él se tensa por completo por mi acción, pero poco a poco se iba calmando. Nos quedamos callados durante un buen rato y cuando veo que la agitación de hace un momento se había controlado, hablé antes de quedarme dormida.— No olvides que dijiste que me ayudarías con la tarea.— No lo he olvidado.El cansancio se apodera de mí y con la manera en la que acariciaba mi espalda hace que me duerma muy rápido. Cuando desperté eran más de las tres de la tarde, me levanto con mucha hambre y con mi cuerpo aún tembloroso. Me doy un baño y me decido por ir por algo de comida, pero ante
Nos encontrábamos a solas y lo que esa mujer piense sobre mí me tenía sin cuidado, no me importaba en lo absoluto. Intento levantarme de su regazo, pero él no me deja.—Suéltame, tengo cosas que hacer.—Luego.Una sola palabra usa para detenerme y después besarme.—Aquí no.—¿Por qué?—Estoy segura de que ella está detrás de la puerta escuchando.—No me importa si escucha.—A mí sí.A él no le importa en absoluto y me levanta para sentarme en el escritorio después de correr los documentos que allí había. Me besa con fuerza y comienza a quitarme la ropa.—Jason... Para...—¿Me estás rechazando?—Es que...—¿Qué?Por un lado, quería estar con él, pero, por otro lado, recordaba lo que me hizo. Agaché la mirada para evadir la suya, pero él me agarra la barbilla con su mano y me obliga a mirarlo.—Habla.Me debato sobre decirle lo que me ha molestado o callarme.—No me hagas repetirlo.—Tú... Quiero algo.Por su mirada sabía que no estaba entendiendo lo que yo quería decir. Después de todo
En todo el día, Jason no apareció. Cuando salí de la habitación con Mía para comer algo me crucé con la tal Madame, quien, por cierto, no era de mi agrado en lo absoluto.—¿Cómo lo consiguió?—Debe ser más específica para entender qué es lo que quiere saber, no soy adivina.Dejo a Mía sobre una silla para bebés que no había antes y tomé algo de comida para bebés que había sobre la mesa y procedo a alimentarla e ignoro a la mujer.—¿Por qué el joven amo ha escogido a una mujer tan vulgar como usted? E incluso tiene una bastarda por hija.—Pregúntele a él y se lo advierto, si vuelve a decir que mi hija es una bastarda, no dudaré en cortarle la lengua.—¡¿Cómo se atreve a amenazarme?!—Protegeré a mi hija de quién deba hacerlo, no me importa de quién deba protegerla, lo haré.—Haré que el joven amo la desprecie y la expulse de esta mansión, sin olvidar que conseguiré que se divorcie de usted, le diré que se atrevió a amenazarme y estoy segura de que la echará de aquí.—Puede decirle lo q
Escucharle llamarme, señora White fue tan incómodo en ese momento. Odié que me llamará así, pero sabía que debía acostumbrarme a eso, no tenía escapatoria alguna, por lo menos durante un buen tiempo.—Déjenos a solas.—Sí, señor White.Jason no parecía muy alegra de querer dejarme con su abuelo, pero no tiene más opción que obedecer.—Encárgate de Mía por nosotros.—No es mi hija.—No necesitas encargarte de ella, yo lo haré.Expresé enojada. Me puse de pie y cargué a Mía para evitarle a él la molestia de encargarse de ella.—No dije que no lo haría.—No me importa, yo soy su madre. Tú no eres su padre.He usado el mismo tono de voz que él, claro está que su voz era más grave que la mía, pero me refiero a que he usado el mismo rechazo que él usó hacia Mía al recordarnos que no era su hija.—Dámela.—No.—Zoe...—Muy bien es suficiente, estoy agotado de tantas peleas por el día de hoy. Vete Jason, deja que la niña se quede.Jason se va azotando la puerta y yo dejo a Mía en la cama.—Ma
Haber hablado con el señor White de lo sucedido hace que me sienta de cierta manera en paz. Él me promete no hacer nada en contra de Jason, quería olvidarme de todo lo que había pasado con él aquel día. Quería pasar esa página de mi vida para siempre y hacer de cuenta que jamás sucedió.Durante la cena con el señor White me sentía extremadamente incómoda por haberle revelado algo tan íntimo y nada podía ser peor que la llegada sorpresa de esa mujer.—Habla.Exige Jason cuando ve que el mayordomo regresa tras abrir la puerta con una horrible expresión en su rostro. Automáticamente, dejo los cubiertos sobre el plato y miro a Jason sin entender qué sucedía.—Mi nieto ya te dijo que hables, ¿qué pasa?Pregunta el señor White con poca paciencia, pero con un tono de voz bajo.—Lo siento mucho, yo...Él se calla por unos segundos y me mira extraño.—La señorita Lily...Él no termina de hablar con Jason se levanta tan rápido que tira el asiento hacia atrás. El señor White mira a Jason, luego
Seguí hablando con mi abuela durante un rato más hasta que la señora Clarisa se une a nosotras y aprovechamos para charlar como solíamos hacer cuando vivíamos en aquella pequeña casita. Vivir de nuevo esos momentos fue gratificante para mí. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que Mía tenía el mismo lunar que esa mujer y también la similitud de ella con Jason. Mi intuición me decía que era extraño y que debía averiguar.—Zoe, ¿escuchaste lo que dije? Tierra llamando a Zoe.La señora Clarisa mueve su mano frente a mis ojos para hacer que reacciones y me avergüenzo de haberme perdido en mis pensamientos.—¿Qué? Lo siento, estaba distraída con algo que pasó por mi mente.—¿En qué piensas?—Hija, ¿estás bien? Te ves un poco pálida, ¿Verdad, Clarisa?—Así es. ¿Quieres algo? ¿Te sientes mal?—No. Estoy bien, tranquilas. Estoy en mis días y por eso estoy tan pálida.Miento. Me llevo mi mano a mi rostro para dramatizar y hacer que mi mentira sea creíble.—Lo siento mucho, cariño.—Descuid
Los dos nos quedamos mirándonos fijamente, en total silencio. Hasta que decido que es hora de romper con este momento incómodo.—Debo irme. Mi abuela es muy vieja para cuidar de Mía, debo volver con ellas.Camino muy alerta e intento pasar por su lado para salir de la habitación, pero él me lo impide.—Déjame pasar, por favor.No dice nada y tampoco me deja pasar, retrocedo un paso y me quedo mirando enojada.—Si no piensas darme una explicación, entonces déjame ir.Esta vez no lo piensas dos veces y se hace a un lado. El que haga eso, me duele, pero no se lo demuestro con lágrimas sino con enojo. Paso por su lado sin tomarme la molestia de dejar de fruncir el ceño. Estaba bajando las escaleras cuando él grita mi nombre.—Zoe.En el momento en que me doy media vuelta para mirarlo a la cara termino pisando mal y me voy hacia atrás para luego terminar rodando por las escaleras.—¡Zoe!Esta vez su grito no era aterrador, sino uno de preocupación. Las escaleras eran muy largas o al menos
La incertidumbre de qué va a pasar me preocupa demasiado. Jason no regresó a visitarme ni una sola vez durante mi estadía. Mi abuela y la señora Clarisa se encargaron de cuidar de Mía hasta que me dieron de alta. Ellas se turnan para venir a visitarme y he tenido que insistir en que no hay de qué preocuparse porque pronto me darían de alta y así fue. Nada más duré tres días hospitalizada por órdenes del viejo señor White.—Debes estar más atenta por dónde pisas.Mi abuela sigue regañándome por haber sido torpe.—Seré más cuidadosa, abuela.—Pudiste matarte en esa caída.—No lo creo, tal vez pude haberme fracturado algún hueso, pero por suerte mi cuerpo es muy resistente y no fue la gran cosa.—Aun así...—Aun así, tendré más cuidado. Quiero ver a Mía y estar con ella, por favor.—Está bien. Iré por ella, está con Clarisa almorzando.—Gracias, abuela.Mi abuela sale de la habitación para buscar a Mía. Unas horas antes llegamos a casa del hospital, exactamente hace dos horas y cuando ll