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—¡Matías es mi hijo! ¡Lo quieras o no es mi hijo! Y no me lo quitarás —sentenció Felipe con furia, y odio. La mujer sonrió, feliz de como el hombre perdía los estribos. —Si quieres que me detenga, aún hay cosas que puedes hacer para evitar este escándalo. Felipe frunció el ceño confuso. —¿Qué es lo que quieres, Sarah? La mujer cruzó las manos, las puso sobre la mano, y empujó su cuerpo hacia adelante, para estar más cerca. —Divórciate de Anne, déjala, toma a mi hijo, y volvamos a Nueva York, dame el acceso a toda tu fortuna, y listo. Nunca tendrás que temer que te quite a Matías. Felipe la miró con decepción, no podía entender la maldad que habitaba dentro de esa mujer. —¿Por qué lo haces? Nunca me has amado, entonces, ¿Por qué haces esto? —Ya lo expliqué, ¿Acaso eres tonto? Quiero que seas infeliz, nada más porque me da la gana, me divierte verte sufrir, y seguramente en el futuro también seré feliz viendo sufrir a ese escuincle —dijo con una sonrisa en su cara. —¡Eres perve
Alex Donovan escuchaba atento las palabras de Clara. —Ruggero se está enamorando de Jazmín. Las palabras de Clara hicieron sentir a Alex un miedo rotundo, una angustia abrumadora. —¿Y Jazmín? —exclamó con angustia al escuchar sus palabras. —Bueno, ella aceptó estar con él. Ambos sabemos que tu rechazo tuvo que ver, pero, también ha encontrado en Ruggero un sostén de vida, un amor para ella, alguien que la comprende. Alex bajó la mirada con dolor al escucharlo. Más tarde, él fue a visitar a su psicólogo. —¿Y como te sentiste en ese viaje? —preguntó —Bueno, es duro saber que Jazmín ya no confía en mí, y de algún modo, me he vuelto algo sin importancia en su vida —dijo aferrándose al respaldo del sofá. —Dices que tuvieron un acercamiento. —Sí, pero, luego me rechazó. —¿Qué es lo que quieres tú, Alex? Porqué por un lado dices que no quieres herirla, pero ahora dices que su rechazo de tu duele —preguntó el psicólogo —Yo… quiero verla feliz —dijo con la voz débil —¿Y no crees qu
Llegaron a la sala, Felipe y Anne tuvieron que separarse, pues él debía estar en un asiento especial junto a su abogado.Ella le brindó una mirada dulce, y Felipe caminó hasta ahí.Estaba al lado de su abogado, fingió todo el tiempo una tranquilidad que no tenía, pero que debía tener.Ni Leonel, ni Ana estuvieron ahí, era lo mejor, para que no consideraran algún tipo de favoritismo.Sin embargo, estaban al pendiente.El primer testigo de Sarah subió al estrado, un hombre que afirmó que hace unos días Felipe se acercó a ella y la violentó verbalmente. —Yo vi al infante Felipe Anjou gritar y ofender a la señora Sarah, mientras ella lloraba y suplicaba porque la dejaran ver a su hijo.El abogado de la defensa se levantó y miró al testigo.—¿Puede indicarnos que día fue?—Hace dos días.—¿En qué hora?El hombre titubeó.—Entre las cuatro y cinco.—Que quede claro, señoría, que mi cliente Felipe Anjou estuvo hace dos días entre las cuatro y cinco en una reunión conmigo, en mí despacho, don
—La prueba de paternidad ha confirmado con un noventa y nueve por ciento, que el señor Felipe Anjou es padre del niño Matías Anjou, por lo tanto, podremos seguir con el juicio —dijo el juez. Los ojos de Sarah se abrieron enormes. —¡No puede ser! ¡No es verdad! Esas pruebas fueron manipuladas, él no es el padre de mi hijo, deben hacerse otra vez. —¡De ninguna manera! —dijo el juez—. Abogado, explique a su cliente, que cada prueba que sea hace por medio de nuestros juzgados se hace conforme a derecho y legalmente, aquí no hay ninguna trampa o algún tipo de error, señora, eso es inaudito. —¡Él no es el padre! —Parece que la única que no lo tiene claro es usted —dijo el juez—. Mañana a primera hora deberán llevar al menor Matías Anjou a las pruebas psicológicas que dictaminarán como está su salud mental, así también podremos verificar como se siente con respecto a su padre y madre, obviamente, tomando en cuenta su edad y su modo de lenguaje. Además, ambos, tanto el señor Felipe como l
Jazmín caminó hasta volver con Ruggero y le contó todo sobre Alex. —Siento que él nunca olvidará Larissa. —Pero, ¿Y si dijo la verdad? No lo sé, Jazmín, creo que debes luchar por lo que amas, sobre todo porque realmente, él no tiene ni una sola oportunidad con esa mujer —dijo Ruggero con honestidad —Sí, pero, yo no puedo vivir a la sombra de otra mujer, ¿Entiendes? Quiero saber si él la olvidó. —Pues, traigámosla. —¿De qué hablas? —Sí, si fingimos que nos casamos ya, y solo mandamos a traer a las personas que más queremos, fingimos que nos casamos, y veremos que hace Alex. —Podríamos arruinar nuestra vida, Ruggero. —¡Claro que no! Mira, ¿Qué puede pasar? Yo soy gay y tú amas a Alex, punto final, esto se soluciona, en caso de que nos casemos, pues nos vamos de luna de miel, nos divertimos, luego volvemos, decimos que no funcionó y nos divorciamos, tan amigos como siempre, pero, podría ser lo contrario, que tal si Alex no resiste que te cases y lucha por ti, delante de la misma L
—Háblenos sobre ese día, ¿Qué fue lo que pasó? —exclamó el abogado de Felipe. —Ese día, la señora Sarah perdió el control, enloqueció. Flashback: «—¡Dame a mi hijo! —exclamó Sarah con una voz grotesca y rabiosa, dejando perplejos a todos en la sala, por aparecer de esa manera. Matías miró a la mujer, incluso si habían pasado muchos días sin verse, el niño parecía recordarla, comenzó a llorar, histérico, asustado. —¡Bruja! ¡Bruja! ¡Mami, que se vaya la bruja! —gritó, sollozando entre los brazos de Anne, aferrándose bien fuerte a ella, temblando de miedo. La terapeuta incluso pudo ver el pavor que el bebé tenía de esa mujer y se sorprendió de verlo. —¡Señora, Cálmese! ¡por favor! —exclamó la psicóloga, al ver la violencia brillar en los ojos de la mujer. —¡Es mi hijo! ¿Con que derecho me lo quitan? ¡Yo lo parí! Dile, yo soy tu mami, ¡Matías! ¡Soy tu única madre! —gritó tan fuerte. Matías negaba, con las manitas en sus oídos, llorando asustado, negando. —¡Mami! ¡Bruja! Que se v
Alex saludó a todos, no pudo evitar encontrarse con la mirada de Larissa, pero Jazmin pudo ver, había algo en la mirada de ellos, algo en el ambiente, cuando en el pasado siempre fue incómodo, difícil, incluso hasta compasivo, ahora el ambiente entre ellos aprecía tranquilo, suave, como si todo fuera tan claro.Eso le dio más temor a Jazmin.«Pero, ¡¿Qué demonios pasa aquí?!», pensó con desesperación—¿Y cuando es la boda?—¿Cuál boda? —exclamó Jazmin ante las preguntas de Lana Greene, luego recuperó la cordura—. Ah, ¡Sí! ¡Mi boda! Pasado mañana, aún podemos tener tiempo para un nueva despedida de soltera, como al que tuvo Anne.Anne miró a Jamzin, no estaba feliz por ella, porque ssabái que no se casaba con el hombre que amaba, y no quería algo creul para ella.—Me alegro tanto que ahora la custodia de Matías será solo de Felipe. 1bueno, no hemos podido deshacernos del todo de Sarah, elal es madre de Matías, y siempre podrá verlo —dijo Anne, sus palabras incluso sonaron amargas, Lana
Jazmín se alejó de él, lo miró sorprendida. —¿Qué te pasa, Alex? Soy una mujer comprometida —dijo mostrándole su anillo—. No puedes besarme solo porque quieras, ahí tienes a Larissa, inténtalo con ella, conmigo se terminó, no soy más tu tonta que tomas cuando quieras. Jazmín dio la vuelta, dejándolo desolado, Alex la miró alejarse, cada paso que daba lejos de él, lo frustraba, lo asustaba, no lo soportaba. «Ya veremos, Jazmín, no permitiré que te cases con un hombre que no amas» Al día siguiente, Jazmín despertó antes del amanecer, en realidad no podía dormir, caminaba de un lado a otro por su habitación. Miró su vestido, sintió nostalgia, recordó el día de su boda. «Alex, pudimos ser felices por siempre, ¿Qué nos pasó? Lo hemos arruinado», pensó y una lágrima rodó por su rostro. Alex estaba también despierto, al igual que ella, tampoco pudo dormir. Sentía una desesperanza en su corazón. Salió a caminar, pudo ver el amanecer iluminar el lugar, cuando miró a un lado, Larissa est