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Alex conducía, mientras Jamin iba en el asiento trasero, estaba atada de manos con el propio velo de novia. ¿Cómo llegaron a esto? Flashback: «Él la cargó en sus brazos, y ella comenzó a patalear. Él la bajó al instante, mientras el chofer corría a ayudarla. —¿Qué es lo que pasa? —No habrá boda, vaya a decirles en la fiesta, ella se viene conmigo. Jazmín le pegó tal bofetada a Alex que lo dejó impactado. —¡Jazmín! —Vete con Larissa, ¿Crees que seré solo un reemplazo? Pues, no, me voy —exclamó rabiosa. La mujer intentó volver al auto, y él chofer también lo hizo, pero Alex fue por ella, la cargó al hombro y la llevó al auto, al asiento trasero, encerrándola, cerrando las puertas ara que no pudiera escapar de su lado. El chofer miró la escena, sorprendido. —¡Vete! —Pero, señor Donovan. —¡Largo! El hombre retrocedió y se fue, luego Alex abrió la puerta, ella intentó manotear, escapar, pero él tomó su rostro entre sus manos, besó sus labios, por un instante ella no pud
Ruggero se acercó a Victoria, ella era tan agradable, platicó con él, le dio ánimos como si fuera un novio abandonado, pero sintió tristeza en su corazón, por tener que romper el de ella. En el momento en que vio sus ojos lo supo, que mentirle y dejarla en la ignorancia, era la crueldad más grande de su vida, y sería también su peor error. —No estoy triste, en realidad, soy muy feliz por Jazmín y Alex, se amaban, solo eran un par de atolondrados, les di el empujón para hallar su camino, en la vida a veces eres el puente que une. Ella sonrió. —Eso es bueno. —Pero… a veces, también eres el que destruye el puente, cuando sabes que una buena persona encontrará detrás un abismo. Victoria frunció el ceño, confusa. —Eso debe ser duro. Ruggero tragó saliva, se puso tan serio, sus ojos brillaron cristalinos, tomó su teléfono, y se lo mostró. Victoria se tensó, con gran duda, fue como si de pronto, sintiera que algo malo estaba por pasar, cuando miró esas fotos, sus ojos azules se ensanc
Jazmín y Alex entraron por la puerta de la casa, y lo primero que recibieron fue un gran abrazo de Ruggero. —¡Estoy tan feliz por ustedes dos! Me han dado una gran felicidad, y me han vuelto valiente, de verdad, estoy feliz. —Ruggero, lamento… —¡Nada de lamentaciones! Soy muy feliz, me tienen que convertir en padrino de su primer hijo. Jazmín y Alex rieron de sus palabras. Cuando Clara apareció, Jazmín la abrazó. —Nunca lo hubiera logrado sin ti, ¡Gracias por ser mi segunda madre! Clara tenía lágrimas en los ojos con sus palabras, se abrazaron más fuerte. Pablo apareció en el salón y los miró, se encogió de hombros. —¡Muy bonito espectáculo! ¿Ahora me dirán que fue lo que pasó? Clara y Jazmín rompieron el abrazo. Jazmín y Alex tomaron sus manos, miraron a Pablo. —Yo debo explicarlo —dijo Alex—. Antes que nada, debo pedirles perdón, he causado dolor a todos con mis actos, nadie merecía esto, sobre todo esta familia que me abrió las puertas, y me acogió en mi peor momento. P
Quince días después. Anne y Felipe miraban a Sarah, la trabajadora social y Matías. Estaban sentadas sobre una manta, en aquel jardín de ese parque, haciendo un picnic, y jugando. Anne tenía una mirada nostálgica, Felipe estuvo seguro de que le dolía, él quería cambiar su tristeza, la abrazó. —Tú eres muy importante para Matías, él te ama. —Lo sé, es solo que, bueno, no sé, hay algo en mí. Llámame loca, pero siento como si tuviera miedo, una ansiedad que me consume respecto a Sarah, quisiera creer que son mis celos, pero no lo sé. Felipe besó la frente de Anne, Sarah los veía, sin que nadie se diera cuenta. Fingía jugar con Matías, quien, gracias a los regalos de la mujer, cedió a convivir con ella, pero estaba más cerca de la trabajadora social que de Sarah. Felipe miró alrededor. —¿Dónde hay un baño en este parque? Anne le señaló a unos pasos de él. —Ya vuelvo, amor. Ella asintió, mientras lo veía irse. Anne volvió la mirada hacia Matías, pero sintió los ojos de Sarah clava
Anne y Felipe llegaron al hospital, Felipe tenía al niño en brazos que lloraba, asustado, entraron a urgencias ambos se quedaron con él. Debían coser su herida, aunque era pequeña. Anne comenzó a cantarle y poco a poco el niño fue olvidando todo mientras sonreía a Anne. Pronto Matías estuvo mejor, Anne lo cargó, lo colmó de besos. —¡Anne! Salvaste a nuestro hijo, eres mi heroína, gracias, mi amor. La voz de Felipe se rompió en llanto, ella acarició su rostro, él los abrazó. Si los hubiese perdido, solo pensarlo fue como si alguien golpeara su corazón. Leonel llegó, junto a Ana quien cargó a Matías Leonel salió con Anne y Felipe hasta el pasillo. —¿Qué pasó con Sarah? —Lamentablemente murió. Los ojos de Felipe y Anne se miraron incrédulos. —¿Qué pasó? —La mujer intentó escapar, quiso ganar el paso al tren, pero fue imposible, su cuerpo quedó irreconocible. Anne tocó su pecho, sintiendo zozobra, mientras Felipe tragó saliva, no podía creerlo, claro que esa mujer era cruel y
Ruggero estaba bailando, cuando sintió una mano que lo tomaba y lo apartaba del baile, cuando miró, se tensó al ver que era Victoria. —¿Tú? Ay, no, vas a ofenderme, ¡Vale! Dame dos buenas bofetadas, las soportaré. Victoria rio, levantó la mano y Ruggero cerró los ojos, luego volvió a reír. —¡Claro que no lo haré! Ven conmigo. Ruggero la siguió. —Aunque creas que debería odiarte, no lo hago, en realidad, y hasta estoy agradecida, me salvaste, pude casarme con un perdedor, pero ahora soy una mujer libre, con un futuro brillante. Ruggero sonrió. —Me alegro de que lo hayas conseguido, no quería contártelo, no es mala onda, solo, quería cerrar esa página en mi vida, luego todo cambió, cuando vi a Jazmín ser tan fuerte y defender su amor, dije también debo defender mi amor propio, mi verdad, y no dañar a nadie. Victoria sonrió, sabía que Ruggero era una extraordinaria persona. De pronto, escucharon una voz ronca. —¡Ruggero! Pagarás caro lo que me hiciste. Carlos Jones tenía un cuc
—Pero, ¡¿Por qué dices algo así?! ¿Quién te va a matar? ¡Dios mío! Daniel, eso no puede ser —dijo con le corazón destrozado. —Por favor, déjame verte, si puedes darme algo de dinero, entonces, podré ser salvado —dijo y su voz sonaba casi llorosa. —¿Dinero? ¿En qué te has metido, Daniel? —exclamó confusa —Por los buenos momento, Anne, ¿Recuerdas cuando sufrías pro el desgraciado de Felipe? Yo fui tu cómplice, fui tu confidente, yo estuve ahí, mientras él estaba con otra, por favor, Anne, ¡Ayúdame! Ella se sitió temblorosa —¿Cuánto…? ¿Cuánto dinero? —exclamó asustada —Cien mil dólares. —¿Qué hiciste, Daniel? —Por favor, no me juzgues, mañana te veo en la calle del sol, en la intersección, ¿Vendrás? —suplicó con voz débil Ella titubeó, sintió pesar por él. —No lo sé… —¡Oh, por favor, Anne! Eres mi esperanza, te veo a mediodía, te esperaré, ¡No le digas nada a nadie, menos a Felipe! Mi vida está de por medio. Ella colgó la llamada, estaba asustada. Felipe se acercó a ella, la
Anne lo miró con desprecio, lo odiaba, no era más la persona que conoció, y que consideró ser un gran amigo, casi de su familia, estaba decepcionada. Él tomó su brazo, estaba nervioso, enfurecido, quería retenerla, pero, no sabía como hacerlo. —¡Anne, Escúchame, ¡te han mentido! No es así... —dijo con nerviosismo —¡Mientes! Ahora puedo verte sin máscaras, Daniel, solo eres un narcisista que me ha usado, pero veo lo cruel que eres, ¿Secuestrar a un bebé? Eso es lo peor que has podido hacer. Ahora puedes irte al demonio, no traje dinero, solo vine a decirte que te vayas al infierno —exclamó rabiosa Anna intentó alejarse, el hombre de pronto le dio un empujón al guardia haciéndolo a caer. Tomó a Anne de la cintura, acerándola a él, la miraba con ojos severos, crueles, había rencor en su mirada, ella sintió escalofrío. —¡Yo te amaba! Más de lo que nadie te pudo amar, ¿Por qué me haces esto? Preferiste cambiarme por el maldito de Felipe Anjou, él te engañó, te humilló y lo perdonaste,