Capítulo 0112
La brisa marina acarició su rostro y su pelo. Eliana recuperó la compostura mirando al mar en calma.

—¡Qué molesto! Yo tampoco me adapto a este tipo de situaciones. Mucha gente viene de repente. Es muy extraño.

—¿Todavía hay ocasiones a las que no puedes adaptarte?

—¿Me estás alabando? Entonces acepto tus elogios.

—No eres tan molesto. —sonrió Eliana. Sin embargo, Roberto solo podía mantenerlo serio por un tiempo

—Señorita Dolores, ¿sabes que eres muy hermosa? Eres un imán más atractivo para mí.

—Gracias por tus elogios.

Eliana hizo oídos sordos. Había sido inmune a las palabras frívolas de este hombre durante mucho tiempo.

Cuando Hilario salió de la cabaña, vio a ella sonriendo hacia Roberto. El hombre celoso hizo un puchero y se frotó los ojos. De repente, sopló una ráfaga de viento y Eliana vestía solo una camisa delgada. Roberto se quitó la chaqueta y quiso ponérsela a ella. Pero Hilario ya le cubrió el hombro con un abrigo negro.

Al percibir el aroma único de la ropa, Eliana s
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