Capítulo 542
Aunque se habían visto varias veces, Mateo no tenía la suficiente confianza para conversar, pero ella no parecía pensar lo mismo.

—¿Estás bien? Ayer... te quedaste sentado tanto tiempo frente a la universidad, ¿no te resfriaste? —preguntó con naturalidad.

Mateo permaneció en silencio, sin deseos de hablar. A Ariana no pareció importarle y continuó: —¿También viniste por café? El de aquí es muy bueno, mejor que el de otras cafeterías cercanas. He probado diferentes sabores, ¿ese que tienes es su americano helado especial? Tiene un aroma rico aunque un poco amargo, sabe mejor si lo acompañas con un pastelito.

Mateo, escuchando la suave y agradable voz de la chica, la miró con una expresión entre divertida y enigmática, mientras una sonrisa ambigua se dibujaba en sus labios.

Ariana se estremeció bajo su mirada, pero mantuvo la sonrisa: —¿Por-por qué me miras así? ¿Tengo algo en la cara? —se tocó el rostro nerviosamente.

De repente, Mateo habló: —¿Te gusto, verdad?

Había visto muchas mujer
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