Capítulo 320
—¡¿Dónde están los guardias de seguridad?! ¡Deténganlos...!

En medio del caos, Celia dejó de fingir modales y gritó a todo pulmón—

—¿¡Dónde está Mercedes!? ¿¡Quién es Mercedes!? ¡Que salga esa desgraciada!

Celia y su hijo Fidel habían llegado a Puerto Celeste hace dos días. Lo primero que hicieron fue visitar a Sofía, que seguía hospitalizada, y después...

Se instalaron en la habitación del hospital.

Celia: —¿Hotel? ¿Acaso los hoteles son gratis? Esta habitación está perfecta, espaciosa y luminosa, ¡y lo mejor es que no hay que pagar!

—Pero solo hay una cama, tú y Fidel...

—¿Y eso qué importa? ¿Desde cuándo una madre y su hijo se preocupan por esas cosas?

Fidel, mientras se limpiaba los dientes después del almuerzo, asintió: —¡Exacto! Mamá y yo siempre dormimos juntos en casa, así solo usamos un aire acondicionado, ¡ahorramos dinero!

Al no poder convencerlos, Celia y Fidel se quedaron en la habitación.

Según las normas del hospital, las habitaciones VIP incluían una cama para acompañan
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