Aunque no era muy hábil. No solo sus movimientos eran torpes, sino que además puso detergente en cada plato y tazón individualmente, y ante la mirada desconcertada de Lucía, preguntó con cara de inocencia:

—¿No se lava así?

Lucía suspiró.

—Si no te molesta, podrías enseñarme —Jorge tosió suavemente—. Cuando vivía en el extranjero, si cocinaba solo usaba uno o dos platos, así que ponía detergente en cada uno...

—En realidad no hay una forma fija de lavar los platos, ni una única manera de usar el detergente. Cada persona tiene su método, lo importante es que queden limpios. Aunque... —hizo una pausa— si pensamos en el ahorro, puedes poner un poco de detergente, disolverlo en el agua, usar una esponja para lavar, enjuagar con agua limpia, escurrir y guardar.

—Ah, ya veo... —Jorge escuchaba mientras intentaba seguir las instrucciones.

Cuando estaba por disolver el detergente, Lucía exclamó de repente:

—¡Espera!

Jorge la miró confundido.

—Usa agua caliente.

—¡Ah, sí!

Después de terminar, s