¿No era suficientemente irónico? Él fue quien la dejó primero, y justo cuando ella estaba aceptando la realidad y comenzando a salir de las sombras, ¿ahora quería arrastrarla de vuelta al pasado? ¿No era eso ridículo?
—Mateo, no vuelvas a buscarme. No me obligues a detestarte.
Su firmeza y determinación fueron como un cuchillo que atravesó toda su confianza y seguridad.
—Luci... no seas así... ¿por favor?
Pero Lucía solo lo miraba con total indiferencia.
—¡He resuelto todos los obstáculos entre nosotros, mi madre está de acuerdo, solo tienes que decir que sí y podemos ir ahora mismo al registro civil!
—No quiero —respondió Lucía.
Y su supuesta "solución" no era más que autoengaño.
—Luci...
—Estoy ocupada, me tengo que ir.
Dicho esto, pasó junto a él y se alejó.
Mateo se quedó paralizado en su lugar, sin moverse durante un largo rato.
La multitud de la hora pico pasaba a su alrededor, yendo y viniendo, pero él parecía haber perdido el alma, mirando todo con ojos vacíos, como si el mundo