Capítulo 36

Fabrizio se hizo hacia atrás y observó a la mujer que podía hacer que su corazón latiera acelerado con solo una mirada. La levantó de las nalgas y la apoyó contra la pared. Ella dio un pequeño respingo cuando su espalda tocó la pared.

—Tuviste un día largo, deberías descansar —dijo ella.

Descansar estaba en lo último en su lista de prioridades.

—¿Seguro que es eso lo que quieres? —preguntó con una sonrisa traviesa e inclinó la cabeza hacia adelante. Tomó uno de sus senos con la boca.

Cloe soltó un gemido y se aferró a sus cabellos.

Durante algunos segundos jugó con su boca sobre ella, después se hizo hacia atrás y antes de pasar a su otro seno, preguntó:

—Entonces, ¿debería detenerme?

—Eres un tramposo, sabes que no puedo pensar con claridad en este momento.

Soltó una carcajada. Allí estaba su fiera.

Dejó un beso en su otro seno antes de darle el mismo tratamiento que al anterior.

Cloe apretó las piernas en torno a su cintura y su centro húmedo entró en contacto con su miembro. Esta v
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