—¿Qué averiguaste? —le preguntó Alessandro al padre de Cloe.Fabrizio acababa de relatar lo que había sucedido en el avión. Escucharlo solo había hecho que se sintiera miserable al imaginárselo en aquella situación. Incluso si él actuaba como si no fuera nada, sabía que debía haber estado asustado… ella lo habría estado de estar en su lugar.—Es por eso que no quería que escucharas esto —le susurró Fabrizio al oído—. Ya pasó, no tiene sentido que te atormentes con algo que no sucedió.Era más fácil decirlo que hacerlo.Intentó enfocar su atención en su padre.—Tal como dijeron los informes que recibimos ayer —empezó a explicar él—, todo estaba bien con el avión. No había razón para que el motor fallara.—¿Así que alguien pudo provocarlo? —Fabrizio no se veía sorprendido.—Eso es lo mismo que pensamos en cuanto nos llegaron los primeros informes —explicó Alessandro—. Pero necesitábamos estar seguros.Leonardo le entregó al padre de Fabrizio una foto que pasó de mano en mano hasta parar
Cloe caminó con seguridad hasta quedar detrás del escritorio y se sentó.—Amanda que sorpresa verte aquí, aunque no es el mejor momento —dijo—. Pero toma asiento, por favor. —Señaló el asiento frente a ella.Amanda se sentó con elegancia en un intento obvio de intimidarla.En un movimiento bastante calculado, soltó un bostezo que cubrió con su mano.—Lo siento, no dormí bien. Como debes de saber, han sido unos días algo agotadores.—No era a ti a quién esperaba ver.—Lo sé y lamento tanto que te llevaras una decepción, pero Fabrizio no se encuentra en condiciones de recibir ninguna visita. —Si había algo que había aprendido de su padre era actuar relajada y confiada frente a sus adversarios—. Él sufrió una lesión importante y los médicos le recomendaron permanecer en cama hasta que se recupere. —Las mentiras nunca habían salido con tanta facilidad de su boca.—No te creo.Se encogió de hombros con indiferencia.—Estoy demasiada cansada como para tratar de convencerte. Si eso era todo
—Tenemos lo necesario para que se abra una investigación —dijo Fabrizio revisando los archivos que Sergio le había enviado, le había tomado unos días ponerse en contacto con él. Era necesario asegurarse de que todavía estaba de su lado—. Dejemos que las autoridades intervengan.—Deberíamos esperar.Levantó su mirada y la enfocó en su padre. Incluso después de tantos años, nunca sabía lo que pasaba por su cabeza. Entendía porque muchos le temían, era difícil predecir cuál sería su siguiente movimiento. Pero si había algo de lo que estaba seguro era que su padre siempre tenía un plan en mente y rara vez le fallaba.Mantuvo la calma esperando que él se explicara.—Todavía no sabemos si Daniel estuvo involucrado con tu accidente, pero Leonardo es bastante bueno cuando está detrás de algo —Su padre sonrió de lado—. Quién iba a decir que algún día diría algo favorable de uno de los gemelos. Como sea él descubrió la identidad del hombre que aparece en las cámaras y envié mis hombres a interr
Las cosas parecían estar comenzando a arreglarse por fin. Después de casi una semana encerrado, Fabrizio por fin podría retomar su vida con normalidad... O algo así.Daniel acababa de ser puesto en custodia mientras se llevaba a cabo una investigación en su contra. Las acciones sufrirían en consecuencia, pero Fabrizio y su padre se habían asegurado de tomar medidas previas para que no los afectara demasiado. Después de algunas semanas estaba seguro de que retomarían y superarían sus ganancias actuales.Le habría gustado ser él quien le diera las noticias a Daniel justo antes de que la policía lo apresara, pero algunos miembros de su familia habrían sufrido un ataque. En su lugar, había nombrado a Sergio Director temporal de la oficina en Madrid y le había dicho que se encargara de darle a Daniel la buena noticia.Esa misma mañana Fabrizio se había reunido con los accionistas antes de entregar toda su información a las autoridades, se aseguró de que conocieran todos los datos relevante
Cloe terminó de revisar los resultados finales de su investigación y sonrió satisfecha. Después de meses trabajando sin parar por fin había terminado. La parte más emocionante de lo que hacía, era encontrar las respuestas a todas sus interrogantes. Siempre encontraba difícil detenerse cuando comenzaba con algo.Se levantó y fue en busca de su tutora. Ella estaba en su propia investigación.—Bien hecho —la felicitó su tutora después de leer su informe—. Nunca dudé de que lo lograrías. —Ella colocó el archivo a un lado antes de continuar—. ¿Pensaste en mi oferta? Solo te falta un semestre para acabar y nos gustaría contar contigo. Por supuesto, como te mencioné podemos brindarte los recursos necesarios para que hagas tu especialidad en nanotecnología.Gabriella era la directora del departamento de tecnología de Investigaciones Sorsa, la empresa estaba destinada a la creación de tecnología destinada a ser utilizada distintos ámbitos como la medicina y equipamiento militar.Cloe siempre h
Cloe esperó que Maurizio fuera el primero en hablar, después de todo, era él quien la había buscado. Maurizio estaba mirando el departamento con bastante atención y ella se preguntó qué es lo que estaba pasando por su mente.—Escuché que estás estudiando física —dijo él por fin mirándola.Inclinó la cabeza hacia un costado algo confundida. Para nada era lo que esperaba escuchar, pero decidió seguirle la corriente por el momento. —Así es, estoy en mi último año.—Debes ser bastante inteligente, física suena como algo de otro mundo para mí.Asintió, sin saber que decir.Maurizio miró de Fabrizio a ella y luego el brazo que él tenía sobre sus hombros.—¿Desde cuándo están juntos? —cuestionó él.Perdió la paciencia al verlo intentar actuar como si se tratara de una visita casual entre dos conocidos.—Maurizio, ¿por qué estás aquí?Él soltó un suspiro.—Escucharte llamarme por mi nombre es raro.—¿De qué otra manera debería llamarte? Hasta el día de hoy, no te conocía. En parte porque yo
—Vine a conocer Cloe y a pedirle que me dé una oportunidad de conocerla —respondió Maurizio. Se veía algo inseguro y no era de sorprender cuando Leonardo lo miraba como si solo estuviera esperando un motivo para desaparecerlo.Fabrizio no creía que Leonardo fuera a hacer algo delante de Cloe. Él siempre pondría a Cloe primero los sentimientos de su hija y quizás era el único motivo por el que se estaba conteniendo con Maurizio. —¿Por qué no toman asiento y hablamos de esto? —ofreció solo por si acaso el padre de Cloe cambiaba de opinión y decidía abalanzarse sobre Maurizio. Leonardo y Natalia asintieron y se acomodaron en uno de los sofás. Maurizio, por su parte, volvió a su lugar.—Siempre fuiste demasiado imprudente —dijo Natalia mirando a Maurizio—. Tu aparición repentina aquí, me dice que no has cambiado en eso.—No estaba seguro si me dejarían ver a Cloe o si siquiera responderían si trataba ponerme en contacto con ustedes.—Y decidiste que era mejor buscarla —comentó Leonardo
Cloe abrió los ojos y vio a Fabrizio aun durmiendo. Debía ser la primera vez que se despertaba antes que él.—¿Qué está pasando por esa cabecita tuya? —preguntó él abriendo un solo ojo.—Lo sexy que te ves a primera hora del día.Fabrizio soltó una carcajada y terminó de abrir los ojos. Se acercó a ella y depositó un corto beso en sus labios.—Tú también te ves perfecta.Durante algunos minutos los dos se quedaron retozando en la cama.—Deberíamos levantarnos —dijo ella después de mirar la hora.Era tan tentador quedarse en cama todo el día… bueno al menos hasta que sus estómagos comenzaran a quejarse, pero tenía clases dentro de un par de horas y al ser semanas finales antes de vacaciones, era mejor no faltar.Fabrizio soltó un suspiro y asintió.—Deberíamos ducharnos juntos para ahorrar agua y tiempo —sugirió él.—Ambos sabemos que terminaremos tardando más.Fabrizio se levantó e intentó sujetarla cuando pasó cerca de él, pero ella lo evadió mientras se reía.—Buen intento —dijo gui