Exactamente a la hora el chofer llegó sin demora a la casa donde se quedaba Cristina. Llevaba un auto negro como el de su ahora prometido, un BMW al parecer. Ese día sería ajetreado, iría con la modista por la mañana y Dante pasaría por ella para ir a comer con su padre. Por supuesto, el chofer se quedaría con ella hasta que su jefe llegará.
Algo decaída de ánimo se vio en el espejo, estaba pálida y por más maquillaje que usará esa aura de tristeza no desaparecía, no parecía una novia feliz. Y no pensaba aparentar ante la modista si tenían que empezar a fingir sería delante de la prensa y la gente, ya tendría tiempo para falsas sonrisas y amables palabras.
Salió y saludo brevemente al chofer. Este le saludo y le abrió la puerta del auto.
Después de un recorrido en auto llegaro
—Cristina – dijo Dimitri mientras abría la puerta del baño. Cristina estaba sentada en el borde de la bañera mientras se limpiaba el vestido. — ¿Qué demonios haces aquí? ——Es mi prometida – dijo Dante quien recién llegaba al baño, viendo a su hermano amenazante — ¿podrías dejarnos solos? ——¡¿Cómo demonios que es tu prometida?! – preguntó desconcertado. – pero si ella es…—Ya lo sé, estúpido demente – dijo Dante en tono cansino y Cristina se sorprendió. Apenas había visto al tipo una sola vez y parecía que ambos hermanos si estaban enterados de lo que sea que supieran menos ella.—¿Se lo dijiste Cristina? – preguntó Dimitri molesto.–
Desde que había accedido a casarse, los medios que ya invadían su vida estaban en cada momento, en cada movimiento y esto le traía problemas, ahora no era solo una pobre indefensa chica que había perdido a su padre, ahora era una chica que por conseguir dinero había logrado atrapar a Dante, uno de los solteros más codiciados. Eso eran los periódicos que le creían, pero la mayor parte dudaban de su relación con él, ¿Cómo era posible que se consolidara una relación en menos de un mes?Tampoco había vuelto a tener contacto con la familia de Dante, no quería verlos, ellos la consideraban una oportunista como decían los periódicos, o eso pensaba ella, y no quería tener peleas de ningún tipo.El compromiso se estaba volviendo más complicado cada vez, se tornaba más mentira que verdad, nadi
No sabía de donde había venido esa petición, quizás, es que solo él sabía las curvas que se escondían por debajo de la ropa, ella, había perdido su virginidad con él, solo él la había visto desnuda y no quería que nadie mas notara lo voluptuosa que era, Cristina era suya, solo suya, y así seria en lo que duraba el acuerdo, pero pensar en cuando este terminara y ella fuese libre para acostarse con otros, le dejo un mal sabor de boca. No quiso pensar en eso.“si no te es agradable podemos hacer algo, pero lo más eficaz sería que dieras una muestra definitiva que por lo menos te es atractiva.”La veía atractiva con ese vestido, con su ropa normal, era atractiva, con clase y estaba seguro que cuando sonriera se vería mejor porque era esa clase de mujer. Realmente Cristina era sensual, aun la recordaba en aquella fies
Había amanecido, era otro día y Cristina no tenia ganas de hacer nada, solo desaparecer dentro de un hoyo y ya no salir de allí.Aventó la almohada más cercana y después escuchó el tono de su celular. Lo buscó en su bolsa y contestó sin ver quien era.—bueno – dijo en un tono que intento ser neutral.—¿qué sucedió? – preguntó Dante que enseguida reconoció la voz molesta de Cristina.—¡Nada! – dijo brusca. ¿tendría que decirle?—Cristina…——Bien, ¿quieres saber? ¡Solo dile a tu estúpido hermano que no me moleste más! —Cristina colgó el teléfono y Dante supo porque estaba molesta. Maldito D
Estaba lista, peinada, maquillada, con el vestido puesto y el velo por supuesto. Su reflejo en el espejo era algo triste, era una novia elegante, con clase, pero nada feliz, no importaba cuanto esfuerzo hiciera no podía sonreír como Dios manda y si no podía era mejor fingir que era una persona seria. Aunque no lo fuera.En años pasados sonreír era su pasatiempo, era alegre y todo mundo notaba su presencia, eran años en los que no tenía preocupaciones, ni tristezas. Esos tiempos ya eran historia y no volverían, después de la perdida de su madre y quedando ella sola a cargo de sus dos hermanos, su vida se había ido en un horrendo declive que cada vez iba de mal en peor. Tenia sentimientos hacia Dante, pero aquello no tenia caso, aun recordaba la sensación de su cuerpo sobre el de ella, aquellos besos apasionados, aquello sería demasiado difícil, y tenia tanto miedo de enamor
Cuando entró en la limusina iba casi dormida, no sintió el trayecto largo, juraba que se había dormido. Su esposo, Dante estaba tan fuerte y despierto como siempre.Llegaron al departamento de Dante, era uno de los más lujosos que había visto, sus muebles eran de lujo, todos de moda, incómodos, se sentía mejor si hubiera un aspecto más hogareño, pero era mucho pedir.Dejó los zapatos en la entrada sin importarle el orden. Estaba muy cansada. De repente se tambaleo y Dante la sostuvo de la cintura.Lo vio ahí de pie con ella, se veía tan guapo, como ese día en la modista, tan apasionado, tan diferente al frío empresario que era.Y sin pensarlo dos veces lo besó, el respondió con pasión, con candor. El bajo las manos hasta su espalda baja y la atrajo más hacia él, quer&ia
Era un nuevo día y Cristina no se detuvo a pensar en la pelea con su reciente esposo, si bien él no quería un matrimonio verdadero ya se adaptaría a él, y la situación. Por lo mientras tenía que llamar a Libi y pedirle que le explicará todo, así como tambien pedirle que trajera a dorita a la nueva casa, los padres de Dante habían visto a sus hermanos y habían mantenido sus reservas hacia con ellos, por supuesto, no los aceptarían solo así hasta que las pruebas de ADN falsas les fueran mostradas, todo aquello era un fastidio.Marcó el número de su mejor amiga mientras desayunaba. La juvenil voz de ella la saludó con cierta emoción.—Buenos días señora Spencer – le dijo Libi entre risitas. — ¿en qué puedo ayudarla? ——Cristina, llámame solo C
De pronto la conversación tomó un rumbo que ella no se imaginó.—Cristina, querida sé que esta joven, pero ¿tú y mi hijo no piensan tener mas hijos pronto? – preguntó Bernarda sonriendo. Cristina se quedó de piedra.—No lo hemos hablado, creo que aún es muy pronto, Charlie, como ya pudo ver, necesita un tratamiento, y Teodora es aún muy pequeña – dijo ella sonrojándose.—Yo no lo creo – terció Diana. – Vi a sus hijos, se parecen a él debo admitir, pero Dante querrá mas hijos, además, los suyos serán los herederos, así que querrá tener todos los que pueda — dijo con algo de celos y enojo, sus hijos no eran herederos.—Realmente mis nietos son encantadores, aunque mi esposo no se sentirá en paz hasta tener esas