Sandra Sanders

Los tres asintieron y el silencio reino por unos instantes el salón de la mansión Winchester, antes que llegara el ama de llaves para anunciar que la cena ya se serviría en unos cuantos minutos.  

La cena transcurrió con normalidad, la joven anfitriona se colocó en la silla principal la que ocupaba su padre y no el lado lateral que había sido de su madre.

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