Era el señor Anthony Walker, el dueño de la funeraria- dijo la señora Richardson.
En la funeraria de Walker, el hombre se encontraba trabajando sobre un cadáver, era una dama joven que había muerto durante el parto, era una verdadera lástima, su piel se veía hermosa después de la colocación de su aditamento especial, o eso creía él en su mente enferma.
Walker sintió la mirada fija del hombre que tenía frente a él, no se dejaría intimidar, no ahora, se aclaró la garganta antes de comenzar a hablar, tenía que mostrarse convincente delante de Macmillan, yasílo haría. Macmillan miraba al hombre que tenía delante, algo en él se le hacía familiar, recordaba haberlo visto en algún sitio,quizásen York, pero no, si Walker fuera de York lo recordaría.<
No lo sé, pero lo voy a investigar- hablo Macmillan con determinación. Tomo la mano de su esposa y la beso con ternura.Susan Macmillan miro con amor a su esposo, tuvieron que esperar para su boda, ya que la desaparición de Jane había ido a cambiar todo el panorama, ahora el fantasma de su cuñada venía a atormentarlos.Los padres de Harry se encontraban en la biblio
Lo que nunca en esos momentos sellegóa cruzar porsymente, es que unas horas antes se encontró frente a frente con el asesino de su hermana, y mucho menos en sus más terribles pesadillas que el cuerpo de Jane Olive Macmillan se encontraba a unos cuantos metros de distancia. Y es que Jane Olive Macmillan no huyo con su relación clandestina, sino que fue asesinada de manera brutal por el dueño de la funeraria Walker, el hombre había tomado un artefacto con el que sangraba a loscadáveresy no mostraran ninguna marca, solo que esto
Harry sequedópensativo, el misterio de su hermana y el asesino de medianoche, eran dos asuntos que debía de resolver de manera inmediata.Llego la noche y acostado ya junto a Susan, el hombre aún tenía las cartas y las estaba comparando, una cosa era segura, todas eran escritas por la misma persona, <<¿Quién? ¿por qué tenía el guardapelo de su hermana?>>, estas preguntas pasaban por su cabeza, quería recordar losúltimosmeses, pero él se encontraba ocupado como abogado reciente, su padre le había dicho quequ
Mary Christine Ford, se encontraba en el burdel, traía puesto un vestido verde esmeraldademasiadoceñido al cuerpo, se encontraba sirviendo unos tragos a unos caballeros elegantes, al parecer algunos de ellos eran banqueros y abogados.La chica recordaba el encuentro por la tarde con el Señor Walker, por un momento sintió que era alguien distinto, para después comportarse de la manera que acostumbraba con ella, esperaba que cumpliera su promesa de liberarla esa noche, lo esperaría sabía quecumpliríasu palabra.
Nada, no vi, nada- dijo el marinero- solo ruidos de cascos de caballos... Se encontraban en el mismo lugar, <<¡maldita sea!>> pensó Macmillan con furia- ese hombre era muy astuto, tenía que planear como encontrarlo, ahora iba tras víctimas mucho másjóvenes, y todas tenían un cierto parecido con su hermana: con Jane. El rostro de Macmillanpalideció,mandaría a Susan con sus padres a Escocia, y pondría más vigilancia en la mansión de los Winchester, ese hombre no loasustaría. Buenas tarde, señor Harry- hablo uno de los sirvientes, esa carta la trajo un niño, era pequeño y delgado- dijo Herman- toco dijo es una carta para el detective, me la dio en la mano y se fue corriendo- explico el sirviente. Descubrimiento
Deje de investigar, señorita Elizabeth, o aténganse a las consecuencias, su hermosa sangre la quiero probar.La carta la tenía aun en las manos y se encontraba pálida, ese hombre la tenía vigilada, sabía a la perfección quien era ella, tenían que encontrarlo, faltaba tan solo un día para la boda con Robert, su padre el Conde no daba señales de querer levantarse de su cama, al parecer no le importaba que su hija se fuese casar y mucho menos que l