AMY: UN CONTRATO DE INVIERNO
AMY: UN CONTRATO DE INVIERNO
Por: alexa sharick
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Un año antes: Mi graduación. 

—¿Amy, porque te demoras? Es tu graduación, mis padres te están esperando. —Le llama su hermano desde las escaleras. 

__Liam, no demoró estoy terminando de arreglarme. —Le responde con su voz chillona. 

__Ok, no te demores. 

 Amy no le gustaba utilizar vestidos, pero por ser una fecha importante decide colocarse para la ocasión, mirándose al espejo se fija de lo diferente que se ve y tocándose su pelo se asombra de lo muy femenina que es. 

Con el silencio que albergaba en su habitación decide salir tomando su maleta donde llevaba unos tenis que se pondría después de terminada la celebración, la mañana estaba soleada y sus padres debajo de las escaleras la esperaban con una cámara, se sentían orgullosos de que su hija recibiera el título profesional de Negocios internacionales. 

__Cariño es posible que nuestra hija se vea más hermosa de lo que ya está. —Carmen su madre se acerca dándole un beso en la frente. —Mi niña hoy tus esfuerzos están siendo recompensados. 

__Los amo, todo esto se debe a ustedes me siento tan orgullosa de mis hermosos padres. —Dice sonriendo. —Me siento rara de verme tan femenina, no es que no lo sea, saben que mi forma de vestir es tan distinta. 

__Te ves muy hermosa mi niña, no puedo creer que tenga la oportunidad de verte tan feliz. —Dice su padre que se ha sentido tan orgulloso de sus dos hijos. 

__Eres un tesoro padre, no lo discutiremos ¿Dónde está mi hermano? —Pregunte, por el me afané en salir. 

__Richard cariño, ve a mirar si Liam se encuentra en el coche. —Carmen le toca la mejilla a su amado esposo. 

__Espero tener un amor como el de ustedes, dentro de pocos días cumpliré mis 24 años y sigo soltera madre. 

__Mi niña no te afanes, llegara el hombre correcto para ti recuerda conocerlos mejor y que no te pase lo que te hizo el infeliz de Henrry. 

__No me lo recuerdes madre, nunca había odiado tanto a un hombre. 

__Vamos, no dañemos tu día especial con recuerdos que no tienen derecho a ser recordados. —La toma de la mano dirigiéndose al coche donde las esperan los hombres de la casa. 

Mi casa estaba alojada a las afueras de la ciudad, era un pequeño rancho con grandes árboles y animales en todo su alrededor, mi familia se ganaba el diario vivir con los mismos productos que se sembraban.  

Me gusta ir a leer a un pequeño espacio que se encuentra lejano a mi casa, es como si fuese mi pequeño paraíso natural encantado. Miraba a mi hermano sonreír mientras mi padre manejaba y mi madre le tocaba su cabeza, Liam es un año menor todos lo amamos por su personalidad y lo buena persona que es con los demás, estudia idiomas y vaya que lo hace muy bien es el mejor del curso, me hace sentir tan orgullosa. 

__¿Te sientes feliz hermana? ¿no? —Liam me saca de mis pensamientos. 

__Si, estoy muy feliz. —Me reí, en realidad me encontraba un poco inconforme con mi ropa. 

__¡Te ves muy bien Amy! es tan extraño verte sin tus pantalones anchos y camisas de hombre. —Hace un gesto burlón. 

__No molestes Liam, sigue mirando al frente. —Lo fulmine con la mirada. 

Llegamos al lugar donde sería la ceremonia de graduación, en la entrada estaba mi amiga Hilary, con una gran tristeza en sus ojos porque sus padres no podían estar presentes en su grado debido al fuerte invierno que hacía en la ciudad donde ellos se encontraban. 

__Hilary amiga que tienes, no te pongas triste aquí estoy contigo y sabes que mi familia te quiere como otra hija más. —Toque su rostro limpiando las lágrimas que caían. 

__Hola Amy, mis padres deseaban estar aquí conmigo presentes en el recibimiento de mi cartón, lamento que me vean así. —Saco un pañuelo de su bolso y saludó a la familia de Amy. 

__Ven cariño, no llores más a tus padres no les gustaría verte en este estado en el día más importante de tu vida. —Mi madre la toma de su mano e ingresa a la capilla. 

Me quedo mirando como los ojos de los hombres se enfocan a ella, no se acercaban por respeto a como ella se encontraba, Hilary es una rubia delgada de ojos verdes y muy alta que a simple vista podía ser contratada por una academia de modelos. 

Antes de entrar giré mi rostro mirando hacia la puerta de entrada topándome con aquel rostro que no quise volver a ver por más de dos años y que hasta ahora sigo aborreciendo. 

__Que coincidencia verte este día Amy, te ves muy hermosa. —Me saluda Henry mi antiguo novio, teníamos una relación hermosísima o eso era lo que creía hasta que lo encontré una noche en club de deportes de la universidad teniendo intimidad con una de las porristas más populares de esta universidad, fue tan doloroso hasta el punto de culparme de que no le entregue mi virginidad y por eso había optado por buscar otra mujer. 

__Hola Henry. —Lo salude y me voltee a continuar mi camino a la capilla de ceremonia. 

__Amy, al parecer no has podido superarme. —Dice con voz burlona. 

__Te superé hace mucho tiempo, no tenemos nada de qué hablar ahora si me permites tengo que ir a mi graduación. 

__Es novedad verte tan femenina, nunca pude ver las grandiosas piernas que tienes, y ver tu rostro maquillado. 

__Las personas cambiamos Henry, crees que puedes ser el único humano que debe verse bien. —Tenía un brillo en sus ojos que me hacían dudar de esa personalidad que mostraba ante mí. 

—Buh, —Se acerca. —No entiendo cómo es que te perdí. —Me quedo mirando con burla. 

__Me traicionaste Henry, fue el principal motivo, no seas cínico. —Sentí un revuelco en mi estómago.  

__Lo lamento tanto Amy, deberíamos vernos y tratar de arreglar las cosas. —Levanta su barbilla.  

__¿Qué? Acaso estás loco, no tengo nada que hablar contigo porque nuestro pasado tuvo un punto final desde que tu decidiste acostarte con esa mujer. —Molesta por sus palabras corrí a la capilla hasta hallar a mi familia. 

En estos momentos no necesito traer mi pasado en el día más especial de mi vida, todo el salón se veía hermoso lleno de flores e imágenes muy apreciativas, no entiendo ese sentimiento que sentía por dentro cuando los profesores de la facultad empezaron a hablar y a mencionar las cualidades que tenía cada estudiante que hoy iba a recibir su papel de grado.

Luego de tan sorprendente discurso, empezaron a entregar diplomas honorables a los estudiantes que destacaron desde que iniciaron hasta el final, entre estos llamaron a Hilary y a mí por haber mantenido excelentes calificaciones en toda nuestra etapa universitaria. El tiempo empezaba a correr y llegó el momento de la entrega del diploma certificado, aplausos y lágrimas se sentían siendo un momento inolvidable. 

Decidimos ir a un restaurante para celebrar el gran momento, hubo vino y sorpresas por parte de los padres de Hilary que le hicieron llegar a su hija a pesar de que no estuvieron en persona con el gran regalo la hicieron tener un semblante más feliz, no recuerdo que paso más adelante por los tragos de la noche que al otro día me hacían girar la cabeza en círculos explosivos. 

Hilary se encontraba a mi lado, saliendo de la habitación me encontré a mi madre haciéndonos un delicioso caldo para mejorar nuestro estado post alcohólico. —Risas. Respire profundo saludando y preguntándoles qué había pasado conmigo si había hecho algún tipo de payasada para irme corriendo a mi lugar mágico y encantarme hasta morir. 

__Si te pusiste a llorar recordando los terribles momentos con Henry, nos contaste que lo encontraste en la puerta de la capilla de celebración. —Dice mi hermano con su celular en mano. 

__No le recuerdes a tu hermana un tema sin importancia. —Le dice mi madre. 

__¿Enserio estuve tan mal? —Los mire con pucheros. 

__Liam recuerda que mañana salimos a primera hora, tenemos que ir a dejar los productos a la tienda de lácteos. —Mi padre me abrazo y beso mi frente. —Tranquila hija los tragos cumplen con su deber y en tu caso es recordar al desgraciado, pero claro está porque lo viste. 

__A qué horas nos vamos padre, recuerda que tengo que llegar antes de las seis de la tarde para la fiesta de mi amiga. —Liam, no sé porque veía su rostro tan frío y pálido, seguramente ha de ser por los tragos de la noche anterior. 

__Nos iremos a las cinco de la mañana, para llegar a tiempo a casa nuevamente. —Le responde mi padre. —Que les parece si vamos hoy a la feria del pueblo, disfrutemos este grandioso dia soleado en familia. 

__Me parece perfecto padre, me iré alistar. —Le dije subiendo las escaleras. 

__Hija despierta a Hilary, que venga a desayunar. 

__Le diré, madre. 

Salimos de la casa después de almorzar, disfrutamos tanto en la feria que llegamos a casa totalmente cansados hasta que recibí una llamada de Henry diciéndome que necesitaba hablar conmigo, ipso facto el me suplico que le urgía hablar, en vista de tanta súplica termine aceptando y así me dejara de una vez por todas en paz. 

Nos encontramos muy cerca a mi casa, en un pequeño viñedo que era muy iluminado y el lugar donde siempre cuadramos nuestras citas románticas de besos, cuando llegue se encontraba sentado con un par de copas, estaba bien vestido como siempre, pues era de una familia muy pudiente mientras yo me había ido con una blusa pegada al cuerpo faldas largas y botas como de costumbre, no me veía mal según mi espejo. 

__¿De qué quieres hablarme? no tengo mucho tiempo —Le respondí con dos piedras. 

__No te quitare mucho tiempo Amy, sé que nuestra relacion no termino en las mejores condiciones y es uno de los motivos por los que vine a buscarte, quiero pedirte perdón por el daño que te hice y no valorar todo el amor que me entregabas, sé que en algún momento de tu vida encontraras esa persona ideal que te valorara tanto como yo nunca lo hice. —Henrry servía una copa mientras hablaba. 

__No tenías por qué venir hasta aquí para brindarme tus disculpas, las esperé por muchos meses hasta que yo misma pude sanarlas, agradezco tus palabras tan conmovedoras. 

__Conocí hace un año a una mujer en nueva York que es donde vivo y tengo mi trabajo, en pocos días me casare con ella y fue quien  me abrió los ojos de la vida que estaba llevando y entendí que a la única mujer que le debo todas mis disculpas es a ti, esto era lo que te quería decir, quiero estar en paz con mi alma Amy. 

__Quiero que sepas que todo está bien, como te digo estamos a paz de sufrimientos, te deseo lo mejor de lo mejor en tu nueva vida. —Tome la copa saboreando el dulce vino, me levanté de la silla sonriéndole.  

__¿Amy? —Me llama nuevamente. 

__¿Sí? —Le pregunto. 

__Gracias. —Me sonrió. 

Llegué a mi casa y vi a mis padres felices viendo una de sus películas favoritas, les di un beso en la frente con las buenas noches, me sentía tan cansada. No sé porque tuve la necesidad de ir a la habitación de mi hermano y abrazarlo, cuando lo hice él se quedó admirado y lo único que salió de sus pálidos labios “estas drogada” lo fulminé con la mirada y aun así le dije que lo amaba. 

Al día siguiente me desperté a eso de las 10 de la mañana, el teléfono no paraba de sonar, llame a mi madre y no me respondía bajando las escaleras vi una nota en la nevera que decia “Fui a la casa de tu tía, nos vemos en la noche hija.” abrí el refrigerador saqué una manzana y me senté, en ese instante el teléfono volvía a sonar en repetidas ocasiones. Respondí a la llamada.

<<Halo, con quien hablo>> 

 << Hablo con la señora Carmen>> 

<<Ella no se encuentra, habla con la hija>> 

<< ¿señorita Amy?>> 

<<Si>> 

<<Lamento tener que darle esta noticia, pero su padre Richard y el joven Liam han fallecido instantáneamente en un accidente de tránsito, cuando llegamos tratamos de hacer lo posible para mantenerlos con vida, pero el golpe fue tan fuerte que sus signos vitales fallaron en el instante>> 

<<Es una broma lo que usted me dice>> 

<<No señorita, es un asunto muy delicado entiendo que no pueda procesarlo>> 

Mi corazón se aceleró, no sabía qué responder y mis lágrimas se apoderaron sin dejarme siquiera respirar, caí al suelo sin poder llamar a mi madre las luces se apagaron y mi mente quedó estallada de aquella noticia que por más de un año me despierta todas las mañanas extrañándolos.

 

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