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El cumpleaños y secuestro de Kenia

(Narrador Omnisciente)

España 🇪🇦

Un año después

Todo estaba listo, Alec y Renata tenían todo un plan preparado, aunque los dos estaban bastante nerviosos, pues iban a cometer un delito, pero no iban a aceptar perder todo lo que querían para el futuro de su hija y además el futuro de ellos estaba de por medio, pero sobre todo está era la oportunidad perfecta para cumplir una venganza por todo lo que ocurrió en el pasado.

Tocaron la puerta, Alec fue a abrir, era Vicente, él traía en sus manos a la princesa Kenia, pero el estaba siendo obligado a hacerlo.

—Aquí la tienen —dijo entregandole la bebé a Renata —deje en la cuna de ella la nota que me mandaron a hacer, además le quite el collar que traía, no quiero que nada malo le pase a mi familia, yo ya cumplí, espero que ustedes también lo hagan dejándome en paz.

—Si Vicente, aquí tienes —Alec se acercó y le dio un cheque con muchos ceros —como puedes ver es bastante dinero el que te estoy dando, así que vete del país y hazlo esta misma noche, mañana mi querido hermano estará conmocionado, así que te quiero lejos, porque sino tu familia sí estará en grave peligro —le dijo o más bien Alec lo amenazo, Vicente estaba muy asustado así que solamente le dijo.

—Así será, con permiso —y salió de aquella casa, desapareciendo para siempre.

—Ahora ¿qué haremos? —preguntó Renata.

—Espera y verás lo tengo planeado —le contestó Alec prendiendo un tabaco.

...

Una hora después a la casa de Alec, llegó una mujer.

—Marta, sabía que eras una mujer muy inteligente —dijo Alec, ella no decía nada, pues estaba bastante nerviosa y muy asustada.

—Todo lo que sea por mi familia —dijo a punto de llorar.

—Sí Marta, pero sin tanto sentimentalismo por favor, aquí tiene un pasaporte, su nombre es Adele Méndez —le dijo Renata entregándole a la bebé y un cheque que al igual que el de Vicente tenía muchos ceros.

—Ella jamás se debe enterar que es una princesa, porque sino, usted y sus hijas pagarán las consecuencias, ¿le quedó claro Marta? —esta vez habló Alec.

—Así será príncipe Alec, nadie sabrá de esto y ella jamás sabrá qué es una princesa, les doy mi palabra —contestó Marta.

—Ahora te puedes ir, tu vuelo sale en cuarenta minutos.

Marta asintió y salió con la niña en brazos, ella se dirigía para Colombia 🇨🇴 , su país natal, pero tenía mucho miedo, porque sabía que el delito que estaba cometiendo era demasiado grave, pero por su familia estaba dispuesta a todo, ella solo podía repetir y repetir una frase en su cabeza: «Todo estará bien princesa»

...

Alessandro había organizado un gran baile para su hija en su primer año de vida, todo estaba listo, habían muchos invitados, esta vez Alec y su familia estaban también invitados, Alondra se levantó muy temprano, pues quería ser ella quien organizará a su hija, así que se dirigió a su habitación.

—Buenos días mi amor —dijo Alondra acercándose a la cuna de Kenia, pero la bebé no estaba, en su lugar estaba su collar, ella lo tomó y salió corriendo escaleras abajo.

—¡Margarita, Margarita! —Josefina la encargada del aseo, le dijo.

—Majestad, Margarita se encuentra en el pueblo, fue a comprar el pan para el desayuno.

—¡¿Dónde está mi hija?! —preguntó ella alarmada.

—Majestad no lo sé, Margarita se fue con Carlos y no me dijo nada acerca de la princesa.

En ese momento estaba bajando las escaleras Alessandro, pero al ver a su esposa tan alterada le preguntó.

—¿Qué pasa mi amor?

—¡Kenia no estaba en su cuna, en su lugar me encontré con su collar, mira! —Alessandro lo tomó en sus manos y en ese momento entraba Margarita, Alondra corrió donde ella.

—¡Margarita ¿dónde está mi hija?! —ella no entendía la pregunta que le estaba haciendo la reina.

—Alteza, la princesa debe estar dormida.

—No Margarita, mi hija no estaba en su cuna, ¡Alessandro ¿qué está pasando?, ¿dónde está mi hija?! —Alondra comenzó a llorar, pues no entendía dónde podía estar su hija si apenas era una bebé de un año.

—No lo entiendo, llamaré a la policía —dijo Alessandro yéndose al despacho, Margarita se quedó acompañado a la reina, ya que estaba demasiado alterada, Josefina se había ido a hacerle un té para los nervios.

—Ya viene la policía mi amor —dijo Alessandro y abrazo a su esposa para tratar de tranquilizarla, aunque él también estaba muy preocupado.

...

La policía llegó demasiado rápido, pues se trataba de la princesa del país.

—Buenos días majestades —ambos hicieron una reverencia —soy el capitán Mendoza, él es el oficial Castaño, somos los encargados de la investigación, indíqueme la habitación de la princesa Kenia, Castaño quédese aquí con la reina —Alessandro subió con el capitán, al entrar a la habitación él se puso a revisar parte por parte y en el suelo encontró un papel doblado, al mirarlo había un escrito hecho en computador «Nunca la encontrarán», el oficial se dirigió a Alessandro y con voz triste le dijo —majestad, esta es la prueba de que a la princesa Kenia la secuestraron, llamaré a la central para que activen la alerta amber, es decir que no podrán salir del país con la princesa —Alessandro salió corriendo en búsqueda de su esposa.

—¡A Kenia la secuestraron!, se llevaron a nuestra hija Alondra —la reina quedó en shock, no podía creer que esto estuviera pasando, pero luego de unos minutos.

—¡No, mi hija no, quiero a mi chiquita, mi hija, ¿dónde está hija?! —Alondra estaba teniendo un ataque de nervios, Alessandro se acercó a ella, la abrazó y ambos rompieron en llanto.

Las autoridades, los empleados de castillo, todos estaban muy consternados por lo que estaba pasando con la princesa Kenia, el oficial Castaño se acercó a los reyes, los cuales estaban demasiado afectados por la situación.

—Majestad... —iba a hablar, pero el rey no se lo permitió, ya que habló primero.

—Quiero que busquen a mi hija por cielo, mar y tierra, quiero a mi hija devuelta inmediatamente.

—Por supuesto majestad, la alerta Amber fue activada, estaremos al pendiente de todo lo que ocurra, por ahora aquí en el castillo no es mucho lo que podamos hacer, así que iremos a la comisaría para iniciar con el proceso de búsqueda, lo sentimos majestades —hizo una reverencia y salió junto con el capitán Mendoza.

Alondra subió a su habitación, la desaparición de su hija la tenía muy afectada y quería estar sola, Alessandro se fue a llamar a Fernando, no sin antes decirle a Margarita que la fiesta se había cancelado y que se encargará de divulgar lo que había pasado con su hija.

—Que tragedia —dijo Margarita, antes de irse a hacer lo que el rey le había pedido, el castillo se consumió en un silencio total.

...

España 🇪🇸

Alondra se encontraba destrozada, no sabía dónde estaba su hija, Alessandro trató de entrar a la habitación, pero ella quería estar sola, llegó Fernando con Perla y sus dos hijos.

—¿Dónde está mi hermana? —preguntó Perla ansiosa.

—Está en nuestra habitación, pero no quiere hablar con nadie, ella quiere estar sola —Perla salió en búsqueda de su hermana, Fernando se quedó con Alessandro.

...

—Hermanita ábreme —era como la quinta vez que Perla tocaba la puerta y le pedía Alondra que le abriera.

—No quiero, vete, déjame sola —se escuchaba la voz de Alondra entre cortada.

—Hermanita, por favor, déjame estar para ti, se por lo que estás pasando, quiero estar ahí para ti, como cuándo éramos niñas, tú me consolabas, yo te consolaba a ti, por favor —decía Perla apuntó de llorar, Alondra abrió la puerta y se echó a los brazos de Perla, siguió llorando, ambas se pusieron a llorar.

—Mi hija —decía Alondra.

—Ya aparecerá ten fe, además tienes muchos motivos por quién luchar, está tu esposo, tu hijo y el pueblo.

—Pero quiero a mi hija, mi chiquita, apenas cumplía hoy un año —Alondra y Perla entraron en la habitación, al momento llegaron Alessandro y Fernando.

—Cuñada, ¿cómo te encuentras? —se acercó y le dio un beso en la frente.

—Mal Fernando, me encuentro muy mal.

—¿Han sabido algo? —preguntó Fernando.

—Solo sabemos es que no la pueden sacar del país, la alerta Amber, está activada —contestó Alessandro, se sentó a un lado de Alondra, para finalmente abrazarla.

—Me quedaré con ustedes un tiempo —dijo Perla.

—No es necesario hermanita, tú tienes responsabilidades, además tienes tu familia —le dijo Alondra.

—Déjame quedarme unos días, mientras Kenia aparece o por lo menos que ustedes estén más tranquilos —agregó Perla.

—Está bien, sí eso quieres —dijo finalmente Alondra.

El pueblo se encontraba en un silencio total, estaba devastado, no podían creer que hubiera ocurrido el secuestro de su princesa Kenia, pero tienen la esperanza de que pronto aparecerá, y nunca perderán la fe, todas las personas del pueblo se hacían la misma pregunta, ¿qué pasará ahora con la princesa Kenia después de su desaparición?

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