La propuesta de Samael Valenzuela era bastante extraña. Normalmente no me topaba con ese tipo de propuestas. Más extraño aún era que supiera como contactarme. Debí suponer que era una trampa desde el principio. He vivido tanto tiempo y todavía me engaña un tipo de estos.
En aquel bar de San José, recuerdo cuando me senté en la mesa que habíamos designado vía teléfono. Y también recuerdo cuando él se me acercó. Un tipo tosco, de unos 50 años, con pequeñas canas grises en las patillas. Vestía una chaqueta larga de cuero, y no estaba nada gordo, aunque era bastante fornido, y eso le daba imagen de peso. Vestía una camisa, un pantalón y unos zapatos tan estándar que parecería cualquier simple y común padre de familia. Me recordó a mi propio padre.
—Buenas noches... Señorita Jez
Convencida de que tenía a mi lado a un ocultista con complejo de mártir, subo al automóvil de Samael para llevarlo al Templo de los Vampiros, la guarida principal de la Cofradía. El Templo de los Vampiros de Costa Rica es una mansión eminentemente lujosa, totalmente alambrada y amurallada, que se situaba en lo alto de una colina de un cantón rural de San José. Esto hace imposible llegar allí fácilmente de no ser por un automóvil de calidad.—Usted no parece el típico estereotipo de vampiro que vemos en las películas. –Dijo Samael como tratando de hacer conversación.—¿Qué esperaba? ¿Qué luciera como Morticia Addams?—Bueno, no, pero si algo más... místico. Usted es una mujer sencilla, cabello rizado, viste jeans negros y una chaqueta de cuero muy común. No aparente más d
Penetramos en el Templo de los Vampiros al abrirse el gigantesco portón de metal negro que lo separa de la carretera rural al borde de la montaña, nos bajamos del carro y entramos al edificio.El que nos abrió fue un sujeto escabroso, que vestía traje y corbata de color negro, con una piel pálida enfermiza, marcadas ojeras y totalmente calvo.—Buenas noches, Iván.Iván observó con repulsión desconfiada a mi acompañante.—¿Es Iván un vampiro? –me preguntó Samael mientras subíamos las escaleras.—No, es un esbirro. Los esbirros son humanos que sirven a los vampiros como esclavos, especialmente en las horas de día. Les dan de beber sangre de vampiro pero no son vampiros, ni inmortales. Son simples humanos.—¿Qué ganan con ser esbirros?—L
Fray Abraham tomó el micrófono sobre el podio, que se ubicaba al frente del altar. El podio mostraba un gravado con una cara de demonio sobre dos alas de murciélago. Atrás de Fray Abraham se levantaba un altar vampirezco, conformado por una piscina de 10 X 12 con algo de sangre sobre la cual, una plataforma cuadrada de 5 X 5 metros cuadrados sobresalía. Colgaba del techo frente a las cortinas negras del fondo, una enorme cruz Ankh, el símbolo egipcio de la vida eterna y símbolo universal del vampirismo. Diversidad de candelas negras se desplegaban a lo largo del suelo y formaban círculos y semicírculos. Libros de negras cubiertas se asentaban en una mesa al costado derecho del altar, junto con una calavera, una vasija con sangre fresca, un cuchillo de mango en forma de Ankh y un cáliz.—Queridos hermanos y hermanas –dijo Fray Abraham por el micrófono— nos encontramos hoy
Los vampiros comenzaron el rito de invocación para traer a Agdammón al plano físico. Haciendo letanías en lenguajes antiguos como el asirio y el enochiano, y usando la sangre fresca de diversas víctimas inmoladas para tal efecto, pronto comenzó a manifestarse la imagen de Agdammón saliendo de entre unas penumbras malignas y pestilentes dentro de un círculo de candelas negras.Agdammón era un demonio cuya cabeza mostraba tres cuernos retorcidos, con ojos, colmillos y orejas demoniacos. Vestido con una armadura roja y una larga capa escarlata, y con garras en vez de manos sobre un caballo negro que expulsaba fuego por el hocico. La imagen del demonio que movía su caballo hacia atrás y dispersaba cavernosas carcajadas, incitaron a los vampiros a continuar el ritual.Todos los vampiros y el Padre, situados de frente al altar donde se manifestaba el demonio comenzaron a postrarse
Quienes reprimen el deseo, lo hacen porque el suyo es lo bastante débil como para ser reprimido; hasta que el gobernador, o razón, le usurpa su lugar y gobierna a los tibios.Y al ser reprimido, tórnase el deseo cada vez más pasivo, hasta quedar en tan sólo una sombra de sí mismo.William BlakeIEl grupo musical Hammer se había convertido en un gran fenómeno musical. De origen británico, la agrupación no tenía un género bien definido pero se mantenía entre el rock gótico, el metal, el glam y el industrial. Después de famosas agrupaciones con intérpretes disfrazados como Marilyn Manson y Slipknot, no era extraño observar un grupo como Hammer cuyos miembros se disfrazaban como famosos monstruos clásicos del cine.La v
Tuve uno de mis acostumbrados viajes oníricos, por el cual fui capaz de percatarme de sucesos acontecidos en otras latitudes y tiempos. Mi mente viajó hasta contemplar tras bastidores, después de terminar un concierto del grupo Hammer, dentro de los camerinos que los afamados músicos utilizaban. Una hermosa y entusiasmada joven, fan del grupo y presidenta del Club de Fans de Hammer en la localidad, se encontraba dentro del aposento. Era una muchacha de unos 20 años, latina (mexicana por el acento), de piel clara, largos cabellos negros rizados, que vestía ropa gótica atractiva. Se entrevistaba con el lobuno bajista.—¿Quieres? –le preguntó el músico ofreciéndole una raya de cocaína.—¡Sí, por favor! –respondió ésta e inhaló la droga con avidez.—¿Qué te interesa?&md
IVSemanas después...Acompañé a mi prima Karina al concierto de Hammer cuando llegaron a Costa Rica como parte de su gira por América Latina una semana después de mis visiones. El gimnasio donde se realizó el evento era enorme y estaba repleto. Bajo una tenue lluvia escuchamos las hermosas líricas de la agrupación:Te regalo las lágrimas que derramé,amargas como ajenjo.Te regalo las horas que pasé,sumido en depresión.Te regalo la melancolía,del recuerdo de mi amor por ti.Porque nunca merecisteque las entregara por tú persona.Y es que hoy me doy cuenta,del error que cometí,tu amor era una farsa,en la que incauto caí.Tus mentiras
Hotel Universal, habitación número 13.Toqué la puerta. Me encontraba empapada de pies a cabeza, producto de las intermitentes lluvias que no cesaban, a pesar de la protección de mi gabardina larga y negra. Tenía mi castaño cabello goteando copiosamente.Toqué de nuevo.La puerta se abrió ruidosamente, y sin intervención alguna aparente. Un aromático incienso llenaba la habitación. Me adentré a ella. La habitación estaba mal iluminada por unas candelas rojas, y en un extremo de la misma se sentaba Draken sobre un sillón bastante espacioso. A su diestra estaba Jezabel, ataviada con un provocativo traje de lencería roja.—Pasa, mi amada inmortal, pasa por favor.En cuanto penetré a la habitación, la puerta se cerró de golpe, y al hacerlo, noté la presencia de otra vampira, Mary Li, la