TARAAAAA. CAPÍTULO 20 RECIÉN SALIDO DEL HORNO. LA MALDITA TENSIÓN CRECE CADA VEZ MÁS ENTRE ELLOS. ¡Espero les haya gustado este capítulo! Preguntas, preguntosas. ¿Quién creen que haya abierto la puerta en medio de su acalorado momento? ¿Qué creen que le haya dicho Mabel a Chase? Las leo en comentarios. Muchas gracias por seguir apoyando está historia tan preciada para mi. No olviden votar y comentar. Les quiere: -DarkLove♡.
Camila: Mi sangre se congela cuando la puerta se abre con brusquedad. La excitación se me esfuma a la velocidad de un rayo. Chase se aparta rápidamente y yo, instintivamente, cierro las piernas. —¡Mierda, jefe, discúlpeme! —exclama Mabel, avergonzada y con sus mejillas tornándose rojas. Nos da la espalda, pero no se marcha. Mi pecho sube y baja con intensidad. Que maldito susto nos ha metido. —¡Mierda, casi me cago! —grita Chase. —¿Sabes lo que hubiera pasado si en vez de ser tu quién abrió la puerta, hubiese sido Mazón? Muerte segura, sin dudarlo. —¡Lo lamento! —vuelve a disculparse. —Es solo que los chicos están esperando por usted. Me enviaron a buscarlo, pero no pensé que fuera a interrumpir una situación demasiado intima. —¡Que te jodan si vuelves a asustarme así! —exclama. Quiero reírme de la situación, porque jamás lo había visto así. Chase parecía alguien que no le temía a nada, pero ahora me doy cuenta de que le asusta ser descubierto por mi padre. —Salgamos de aquí
Chase:La música inunda mis oídos, haciéndome sentir la energía del momento. El olor a marihuana inunda mis fosas nasales, y sonrío. Me gusta el olor. Los gritos eufóricos a mi alrededor provocan que la dopamina se dispare y el pensamiento de que está noche mi bambi nos acompañará, me llena de satisfacción.Mabel y Belial ya están aquí. Parecían deslumbrados por el ambiente que nos rodeaba.Solo faltaba que llegarán Camila y Kelly.Estaba impaciente. Quería verla y hacerla pasar un rato agradable, sobre todo, esperaba que se divirtiera como nunca.Era consciente de los pasos tan sensuales que manejaba a la hora de bailar. Tendría que dominar toda mi fuerza de voluntad, para no cargarla sobre mi hombro y llevarla a mi dormitorio.Esa mujer no tiene idea de todas las cosas que quisiera hacerle.Tomo un sorbo de mi whisky a las rocas. El alcohol enciende mi garganta.Seth se acerca con una sonrisa de oreja a oreja.—Hombre, está noche le confesaré mis sentimientos a Kelly. —dice con nervi
Camila:Intento abrir los ojos, pero mis parpados se sienten tan pesados que me cuesta trabajo. Un horrible dolor de cabeza se instala, provocando que un gruñido se me escape. Mi estomago se retuerce con fuerza, provocándome nauseas instantáneamente. ¡Joder! Nunca había tenido una resaca, y siendo la primera vez, siento que muero.Me percato de que estoy recostada sobre algo que está un poco acolchonado, lo cual es cómodo, pero teniendo tremenda resaca, no puedo disfrutar en su totalidad.Después, unos brazos me rodean por la cintura y me alarmo. Me levanto rápidamente, casi en un salto y me percato de que solo visto una playera extralarga, que me cubre hasta un poco más arriba de los muslos.¡Oh, m****a!No lo repetiré, Chase, así que escucha con atención. Me vas a follar con tu boca. Es una orden.¡Doble m****a!Entonces, recuerdos de estar vomitando sobre él me invaden por completo.—¡Mierda! —exclamo, pasando mis manos por mi cabello.Observo al sujeto removerse en la cama, sin nin
Camila:Rara vez llegaba a casa a dormir. Mi semana se basaba en estar al pendiente de la distribución de mercancía en sus respectivos puntos, por lo que tenía que estar hospedándome en diferentes hoteles cada día. Mi trabajo es sumamente demandante, por lo que se me exige salir de la ciudad para llevarlo a cabo.Mis únicos días libres son los fines de semana, y cuando llego a casa los viernes por la noche lo único que deseo es descansar. ¿Cuál es el impedimento? Mi vecino y sus insoportables fiestas cada maldito fin de semana.Desde los 3 meses que llevo viviendo en este condominio porque supuestamente es demasiado tranquilo, jamás me he topado con ese personaje que me hace mis días libres tan miserables.Usualmente cuando llego a casa sus fiestas apenas van a iniciar, por lo que desde que cruzo la puerta de mi hogar, sé lo que me espera toda la noche, poniéndome así de mal humorEsas fiestas suyas inician a las 8 pm y terminan hasta el amanecer, con música en vivo a un volumen insan
Camila:Cuando era tan solo una adolescente de 13 años, me vi en la necesidad de huir de mi hogar. Mis padres son unos alcohólicos y adictos a la heroína.Mi vida desde pequeña se había basado en sobrevivir a las golpizas que mi padre me proporcionaba y, por otra parte, defender a mi hermana menor de las garras de ese monstruo.Podía decir que yo era el saco de boxeo de mi madre y de mi padre.Cuando solo era una niña de 8 años me enviaron a las calles con mi hermana 2 años menor a vender dulces para generar algo de dinero, ya que ellos no trabajaban. Cuando no lográbamos colectar lo esperado, eran golpes seguros para mí.Cuando el dinero ya no alcanzó, decidieron venderme. Mi valor era de medio millón de dólares y aquel hombre, Lasko Donavich, un ruso que estaba de paso en Los Ángeles, pagó ese precio.Esa misma noche decidí huir, dejando atrás a mi hermana menor, no sin antes hacer una promesa: volver por ella.Los años habían pasado y Mazón me encontró en las calles, con la ropa su
Chase:Desde pequeño fui despreocupado, pero a su vez problemático. Mis padres casi nunca estaban en casa y como hijo único, prácticamente me crié y me moldeé a mí mismo. De esa manera, siempre busqué la validación de ellos y como nada nunca fue suficiente, mandé todo a la mierda y comencé a vivir la vida a mi modo.La escuela nunca me gustó, para ser honesto, pero me forzaba a mí mismo a sacar las mejores notas para demostrar a mis progenitores que era alguien. Cuando me di cuenta de que ni teniendo las mejores calificaciones iba a conseguir lo que quería, hice las cosas como desee, haciendo que mis materias se fueran al carajo y reprobando a diestra y siniestra.En el instituto conocí a mis actuales mejores amigos. Seth fue el primero con el que me uní, ambos teníamos mucho en común. Éramos hijos únicos, a nuestros padres les importábamos una mierda y encontramos consuelo el uno en el otro.Después llegaron Kryan y Holly a unirse al club de los exiliados. Y ahí es donde empieza todo
Camila:Despierto por segunda vez en el día, pero esta vez a voluntad propia. Había dormido como bebé, hace meses no dormía de esta manera, técnicamente desde que me mudé a este condominio.Eran las 12 pm y recién iba a desayunar.Escucho sonar el timbre de mi hogar. Lo que más odio en este mundo es que me interrumpan cuando voy a comer.Me levanto de mala gana y me dirijo hacia la puerta, con toda la intención de golpear al estúpido de mi vecino, lo más seguro es que sea él y una vez más, desee joderme la existencia.Cuando abro aquella puerta, me trago mi veneno al ver a mi hermana frente a mí. Todo rastro de enojo se disipa y lo reemplaza un sentimiento de alivio y a su vez tristeza.Lleva la misma ropa de la noche anterior y ahora sin ese maquillaje cargado.—Jamás volviste. —dice en un susurro.Aquellas palabras me llegan como una bofetada en el alma. Sentía que habían tomado mi corazón y lo habían exprimido como un trapo viejo.El sentimiento de culpa estrujó todo mi ser. Jamás
Kelly:Camila no lo sabía, pero mi hogar era la mansión de la madrota. Ahí vivíamos todas las chicas que trabajábamos para ella. Esa gigantesca casa estaba dividida en 2 secciones: sección P y sección doble P.La sección P era para las chicas que estaban ahí de modo pasajero, que en cualquier momento podían irse si deseaban abandonar el trabajo. La sección doble P, era para las chicas de planta, para aquellas chicas que fueron obligadas a estar ahí y era una sección restringida.Yo estaba en la primera y nunca tuvimos acceso al área restringida, pero sí presenciamos la llegada de varias que iban para ese lugar. Algunas entraban llorando y gritando, algunas otras cooperaban para no ser castigadas. La más pequeña que vimos entrar para aquella sección fue una niña de 10 años. Ese día lloré recordando a mi hermana, Camila.En mi área, compartíamos los espacios comunes: la cocina, la sala de estar, los patios, el comedor, la sala de juegos y el bar.Cada chica tenía su propio cuarto y eso e