Había pasado cuatro días exactamente, Dexter iba en su auto, las palabras de Emeth no salía de su cabeza.

Que era lo que sabía, por qué le ocultaba la verdad sobre el anillo, acaso sabía cómo lo había adquirido Víctor.

Había pasado de mal humor todos esos días, Aurora evadía el tema, aseguraba que ese hombre se lo había robado, pero que tan cierto era.

Estaba preso, quizás había enviado a alguien para que hiciera el trabajo sucio por él, no había otra explicación.

Su coche se detuvo a las afueras de la mansión, salió lentamente, ingreso al lugar llevándose tremenda sorpresa.

El señor Morello se encontraba sentado en el sofá de su mansión, con un trago en sus manos, su rostro serio y mirada fría, hacia el ambiente algo incómodo.

Emeth estaba mirando a la nada, parecía estar muy tranquilo, Héctor estaba alerta al igual que Antonio.

—¿Puedo saber que hace ese hombre aquí? —Pregunto con algo de molestia.

—Vine a cumplir mi palabra, señor Leroux, soy libre y hablaré de lo que sé, lu