Dexter había pasado toda la mañana molesto con su asistente, no creía que tuviera razón, Aurora lo amaba, estaba dispuesto a correr ese riesgo, de ser necesario.Escucho la puerta abrirse, Héctor ingreso con un sobre en sus manos.—Jefe logré eliminar la noticia sobre la señorita Aurora, su madre le envía esto —coloco un pequeño sobre en su escritorio.—Solicita que me envíen al mejor abogado que tengan.Héctor miró a su amigo con tristeza, no era estúpido, sabía el motivo por el cual quería un abogado. Le hubiera gustado golpearlo por imbécil, pero era su jefe, lastimosamente. —Sí, señor —respondió el joven —como ordene.Antonio estaba sentado en el sofá, su deber era cuidar del jefe, esa mañana estaba de un humor de perros, así que debía de andar con cuidado.Era mejor no hacerlo enojar o terminaría en la calle y esa no era una opción.Observo a Héctor acomodar algunos documentos que llevaba en sus manos, continuó leyendo el periodo.—Antonio llevaba al departamento de mi novia.H
Antonio golpeó la pared, furioso, era realmente increíble, ninguna de las cámaras estaba funcionando, eso debía de ser una broma, supuestamente estaban en mantenimiento, justo el día de los hechos. Cómo le explicaría algo como eso a la señora Isabella, obviamente la mujer iba a estar furiosa y no era para menos. No era tonto, alguien quería hacerle daño al jefe, él debía de impedirlo, debía de ser más cuidadoso. Tomo su celular y le envío un mensaje a Jimmy, las cosas estaban cada vez más oscuras, el enemigo estaba acechándolos.Eso no era bueno, no sabía cuál sería su próximo movimiento. Ingreso al ascensor y marco el último piso, si Dexter se hubiera quedado unos minutos más en su oficina, estaría muerto.El escritorio había quedado destrozado, el jefe debía de tener cuidado. Iba analizando la situación, era realmente estresante no saber a quién se enfrentaba.El ascensor se abrió, observo al señor Arnold hablando con las secretarias, al verlo se acercó rápidamente, se veía alg
Eliezer estaba en su oficina, su jefe le había encomendado atender a un cliente muy importante.Bebió un sorbo de café, se aseguró que todo estuviera en orden.Escucho la puerta, abrirse, observo a Dexter ingresar al lugar, ha acompañado de otro hombre, entonces era él de quien hablaba su jefe.Se puso de pie rápidamente, eso podía traerle serios problemas.—¡Buenos días, señor Leroux! Soy Eliezer Cascante, póngase cómodo.Dexter levantó la mirada y observo al joven de pies a cabeza, lo conocía muy bien, era el novio de Salma, qué coincidencia, pensó para sí mismo.No confiaba en el joven frente a él, estaba haciendo todo eso a espaldas de su madre. —Todo lo que le diga debe de ser confidencial, de lo contrario perderá su trabajo, señor Cascante.Eliezer sabía a lo que se refería el hombre, su novia era la mejor amiga de la esposa de su nuevo cliente.Pero era todo un profesional, jamás mezclaría su trabajo con lo personal. —No se preocupe, señor, sé lo que debo de hacer, pierda cui
Esa misma tarde Eliezer le llevo el documento al señor Leroux, debía de mantener todo de manera confidencial.El hombre le pago muy bien por sus servicios, Gianna ni siquiera imaginaba lo que estaba haciendo su esposo a sus espaldas. Dexter tomó el documento y lo guardo en la caja fuerte, su oficina había sido reparada. Observo a Antonio mirando por la ventana, parecía estar muy distraído. —¿Obtuviste alguna información? —Desgraciadamente, nada, señor, creo que estamos ante un profesional, sin huellas, sin pistas, todo fue limpio. Dexter estaba molesto, no era para menos —Explícame, como carajos, alguien entra a mi oficina, colocaba un explosivo y se marcha como si nada, sin ser detectado por nadie, para qué les pago tanto dinero, si a fin de cuentas no hacen su trabajo —vocifero molesto —debería despedirlos a todos, por inútiles. Antonio guardó silencio por un momento, había muchos cabos sueltos, ¿quién era el enemigo de su jefe? Si algo le sucedía a ese hombre, la señora Isab
Gianna coloco el desayuno frente a su esposo, podía notar que estaba distraído, tenía su mano derecha vendada. Empezó a desayunar lentamente, le había informado a la señora Isabella los riesgos de la cirugía, la mujer se había alterado mucho, estaba muy molesta con Aurora. Gracias a Rubén se había enterado de que la mujer abandono la ciudad sin despedirse de su prometido, algo extraño estaba sucediendo. Acaso no amaba a su novio, como para irse en una gira de trabajo sin avisar. Últimamente, el rostro de Aurora salía en las revistas de modas y diarios de la ciudad, decían que era una de las mejores modelos del mercado. Al parecer su trabajo era más importante que su novio. Escucho pasos a acercándose, miro a Héctor ingresar al comedor, tenía un morete en la frente. —¡Buenos días! —Saludo con una sonrisa. —No deberías de estar descansando —le reprochó Dexter. —Estoy casado con mi trabajo, así que aquí estoy, para hacerle la vida imposible como siempre —bromeó el joven. Gianna
Gianna camino a toda prisa por el pasillo, ingreso al ascensor y marcó el piso indicado.Estaba realmente preocupada, solo había sido un accidente, pero en realidad se sentía culpable por dejarlo tanto tiempo al cuidado de su niñera. Pero no tenía opción, no quería que el pequeño viviera en el mismo infierno, qué ella. Podía soportar las humillaciones y todo lo demás con tal de mantenerlo a salvo. La puerta del ascensor se abrió, salió prácticamente corriendo, camino por los pasillos hasta la sala de espera, donde se encontró con Lupita. La mujer tenía los ojos rojos, se veía muy angustiada, se acercó a la joven y se sentó a su lado. —Lo siento mucho mi señora, fue mi culpa, yo lo descuidé por unos segundos, estaba correteando una mariposa, él es muy curioso y usted lo sabe. Gianna le dio unas palmaditas en la espalda a su niñera. —Solo fue un accidente, Lupita, no te sientas mal, le pudo pasar a cualquiera, ¿qué ha dicho el doctor?—Nada, mi señora, están haciéndole unos exám
Gianna se quedó mirando a su esposo fijamente, parecía estar molesto y no era para menos. Sentía algo de miedo, había mantenido ese secreto por muchos años, ahora él lo había descubierto por casualidad.Como iba a explicarle todo, no encontraba las palabras correctas para decirle la verdad. Quería que la tierra se la tragase, había tenido suficientes problemas, como pasa lidiar con más. —¿Es tu hijo? —Pregunto enojado. Gianna trato de calmarse, su corazón latía con tanta fuerza, sentía que las fuerzas de sus piernas la estaban abandonando. —Creo que no te debo ninguna explicación Dexter, hablaremos cuando regrese a la mansión —respondió la joven sacando el poco valor que tenía. Dexter negó con la cabeza, quería la verdad en ese momento, la duda estaba consumiéndolo por dentro, necesitaba una respuesta. Pero ella parecía no estar dispuesta a decirle nada, eso lo ponía mucho más furioso. —¡Quiero la verdad en este puto momento Gianna! ¿Es tu hijo o no? —Pregunto más furioso que
Emeth ingreso a la habitación, observo a Dexter acostado en una camilla, llevaba una bata celeste.Héctor estaba sentado en el sofá con las manos en el rostro, parecía algo preocupado y no era para menos, ese imbécil al parecer seguía sin entender la gravedad de la situación. —Acaso te volviste loco Dexter, sabes lo preocupada que está tu madre en este momento, deberías de desistir de esta absurda idea. —No tengo tiempo para charlar contigo, vete, ya tome una decisión. Emeth sabía lo obstinado que era su sobrino cuando se le metía una idea en la cabeza, difícilmente podría convencerlo de no hacer algo tan arriesgado. Solo esperaba que su hermana llegara a tiempo para detener esa locura. —Puedes morir, ¿vale la pena, estás seguro? —Es lo que menos me importa —respondió molesto —estoy atado a esta maldita silla, puedo perder a la mujer que amo si no vuelvo a caminar, creo que es una razón de peso, tú jamás lo entenderías. Seguía aferrado a la idea de que Aurora lo amaba y por ell