Sofia ya se había acomodado para dormir cuando escucho que la puerta se abrió, no hacía falta pensar mucho para saber que era su marido el que estaba allí, el hombre por su lado se quitó la ropa silenciosamente aunque con mucha molestia, sin querer despertar a la mujer que él pensaba que estaba durmiendo sin darse cuenta de que Sofia no estaba dormida.

— Déjame ayudarte - Susurró ella al darse cuenta de que Jeremy no estaba logrando desvestirse y más que le estaba doliendo por la expresión en su rostro, ya que estaba herido.

Jeremy se dejó ayudar porque sabía que no lo lograría, y si lo hacía, sabía las consecuencias y se ganaría una reprimenda de parte de Esteban, unos minutos después ya estaba listo para dormir, ninguno decía nada, pero sus corazones estaban pesados sabiendo lo que les esperaba mañana. Jeremy se acostó y atrajo en sus brazos a la mujer que colocó su cabeza encima del pecho de él, logrando escuchar claramente los latidos del corazón del hombre.

— ¡Sofia! - exclamo Je