Parecía la nada, Fabian caminaba despacio por el lugar, había mucha bruma y no encontraba una puerta, un camino nada… Dio algunos pasos en falso, encontró un pequeño sendero que decidió seguir, empezaron a aparecer árboles, camino, césped, vegetación y escuchó un ruido, el camino hacia él y encontró un arroyo cristalino, se acercó a la orilla y miró su reflejo en el agua, era el de nuevo, toco su rostro y suspiró, todo estos meses estaba en una pesadilla, solo observaba su entorno pero él no se podía mover y presenciaba todo lo que hacía Sebastián, era desesperante, mas cuando tenia frente a él a Belinda, desde que la miro la primera vez le gusto mucho, era hermosa, inteligente, comprensiva, cuando ella se enteró que era su hermano se acerco mas a él, conversaban, reían, Fabian disfrutaba tenerla en sus brazos cuando Sebastián la abrazaba. Y el sentimiento que tenía era muy parecido al que sentía Sebastián cada vez que veía a Eva, por medio de los sentimientos de Sebastián conoció l
Al salir y cerrar la puerta Charlie lo observó esperando que hablara. Fabián agacho su mirada y una lágrima salió. “Sebastián ya no está”. Charlie levantó su rostro hacia arriba y cerró sus ojos, estaba triste porque su amigo se había ido. Fabián le dijo. “Busca al tío de Sebastián”. Charlie desanimado negó. “Hablaré con él después, sé que querrá encargarse de Eva”. Fabian lo interrumpió. “No es eso. Sebastián… estaba vivo, ese hombre lo tenía en su casa”. Charlie frunció el ceño. “¿Qué dices chico?”. Fabian le explico. “Si, en mi sueño, Sebastián se despidió de mí, estábamos juntos en esa habitación … éramos como fantasmas, sé que es algo increíble, pero créeme estuvimos ahí”. Fabian le contó. “Sebastián fue atendido por un doctor y estaba… muriendo…” Las lágrimas de Fabian cayeron. “Debes ir y saber si está vivo”. Charlie asintió y salió rápido a buscar al hombre mayor, le pidió a uno de sus asistentes que le pasara la dirección, Charlie se fue con la esperanza de encontra
Belinda tuvo una conversación con Charlie sobre Clara y Fabián, se enteró ellos eran pareja y tuvieron que ver con el accidente de Sebastián, ella quería alejarse del chico, ya había hablado con su madre sobre mudarse, ahora que Fabian había vuelto y ella tenía un trabajo estable más lo que Sebastián arreglo para ellas, ya no tenía que seguir viviendo ahí, podrían comprar un departamento para ambas. Belinda había sido franca con su madre, le dijo que a ella le gustaba Fabián pero que él no sentía lo mismo y que lo mejor era mudarse, su madre, aunque algo reacia acepto, lo único que le importaba ahora era cuidar de su hija, de Eva y su nieto, que ellos estuvieran bien y a salvo. Por la noche todos cenaron juntos, la mesa estaba en silencio, la señora Magdalena noto el ambiente y trato de hacer alguna conversación, pero era inútil. Fabián no dejaba de mirar a Belinda y ella solo lo ignoraba hablando con su madre o comiendo en silencio. La señora Rita carraspeo. “Bueno… queríamos agra
Recorrió la ciudad, solo había gente viciosa en las calles y algunas personas que madrugaban para ir a sus trabajos. Llegó hasta la esquina donde estaba el bar, ahí donde trabajaba Clara. Camino hacia la entrada, antes de llegar, observó como tres tipos golpeaban a un hombre. Fabián lo examinó, era el padre de Clara, estaba borracho y muy lastimado. El viejo John estaba de pie mirando todo el espectáculo que sus hombres tenían, levantó la vista y al ver a Fabian sonrió. “Mira que tenemos aquí… es Fabian”. Fabián camino hacia ellos en silencio mirando al hombre golpeado. El hombre lo reconoció. “Bastardo. ¿Dónde está mi hija?”. El hombre miró al viejo John. “Él te dirá dónde está mi hija, ella pagará por mí, te lo aseguro”. Fabian no le contesto solo miro al viejo John. El viejo John sonrió explicándole. “Me debe algunos miles… ¿Vienes a pagar su deuda como lo hiciste con la bella Clara?”. Fabian negó. “Solo pasaba por aquí”. El viejo John le ofreció. “Tengo de la más nueva
Belinda terminó de comer, estaba exquisito, limpio el escritorio y se sentó en el escritorio, miraba el sobre que Fabián le había dejado hizo una mueca y lo abrióDentro sacó una tarjeta que decía. –No será fácil, pero haré mi mayor esfuerzo para que me perdones… tuyo siempre “F”-Ella rodó los ojos. “No sabía que el tipo era tan hablador”. Ella hablaba para sí mismaBelinda siguió trabajando hasta que escuchó la puerta, Fabian entró sonriéndole. “Ya es tarde, los empleados se han ido, debes ir y descansar".Ella se mofó y le advirtió “Me iré cuando yo quiera”.Fabian negó acercándose al escritorio y la levantó.Ella solo se quejó “Oye”.Fabian entrelazo fuerte su mano con la de ella y tomó su bolso, arrastrándola hasta el elevador, Belinda miró alrededor era cierto ni su asistente ni los trabajadores estaban en su sitio.Llegaron a la planta baja y pasaron por recepción, Fabián se despidió del guardia quien amablemente les abrió la puerta. Él llevó a Belinda hasta el estacionamiento
Charlie llegó a la ciudad, estaba sumamente cansado, las visitas a las empresas eran trabajo muy pesado y estar sonriendo constantemente, aparte de su trabajo buscaba pistas de Mario, no había podido localizarlo y ya estaba enterado de que no era el único que lo buscaba, gente del bajo mundo daba miles por su cabeza, tendría el mismo futuro que Gregorio si lo encontraban. Su teléfono sonó. “Si, iré a la empresa y después voy con ustedes”. Él colgó y siguió el camino, el chofer ya los esperaba. Llegó a la empresa, los empleados lo saludaban respetuosamente, llegó hasta el piso de presidencia. “Buenas tardes señor Guevara”. Charlie saludó sin mucho ánimo y fue directo a la oficina que usaba Sebastián, al entrar encontró a Fabian leyendo algunos documentos, Charlie lo miró extrañado. “¿Qué haces aquí?”. Fabian levantó la vista y sonrió ignorando su pregunta. “Oye viejo regresaste”. Charlie rodó los ojos y se sentó en el sillón cansado. Fabián se acercó explicándole. “Le prometí a S
Charlie siguió explicándole a Sebastián. “Las imágenes de vigilancia de la calle donde tuviste el accidente solo muestran la moto de Fabian, no podemos usar eso, él chico iría a la cárcel por intento de homicidio predeterminado y no hay pruebas de que Mario tenga algo que ver”. Sebastián ya tenía una idea vaga sobre esto. “No… más”. Charlie lo miró e hizo una mueca. No había pruebas que culparan a Mario de su accidente. "Ok". Charlie le dio una idea. "Lo que podemos hacer es encontrar su ubicación y pasarle el pitazo a los que buscan a Mario. Sebastián asintió. Eso era mejor que nada. Charlie recibió un mensaje y algunas fotografías, al verlas frunció el ceño, Sebastián lo observó y preguntó. "¿Qué?". Charlie negó. Es algo de la empresa, tengo que irme". Se levantó y salió antes de que Sebastián lo interrogará. Se despidió del señor Mauro y salió de la mansión ya en su auto marcó al número de uno de los guardias encubiertos de Eva. "¿Quién es?". El hombre al otro lado le dijo
Dos semanas después… Los detalles de Armando seguían llegando, Eva en ocasiones se negaba y se los daba a sus empleadas, Armando lo sabía, pero no quitaría el dedo del renglón. Se presentaba en su trabajo invitándola a salir constantemente, un día Eva cansada de la situación lo dejó entrar con la única idea de pedir que dejara de mandar los detalles. Eva le dijo tajante. “Armando te pido que dejes de enviar los detalles, no me interesa tener una relación contigo ni con nadie, estoy dedicada a mi trabajo y a mi hijo Armando se negó a darse por vencido. Seguiré intentando Eva me di cuenta que eres muy importante para mí, podemos ser amigos por el momento Ella después de discutir con él y ser terco aceptó su amistad, pero trataría de estar alejada de él. Charlie mandó llamar a Fabian y Belinda. Fabian entró y Belinda detrás de él. Belinda preguntó. “Nos llamaste”. Charlie asintió entregándoles una carpeta con información. “Iremos de viaje los tres, las dos empresas quieren mos