Charlie siguió explicándole a Sebastián. “Las imágenes de vigilancia de la calle donde tuviste el accidente solo muestran la moto de Fabian, no podemos usar eso, él chico iría a la cárcel por intento de homicidio predeterminado y no hay pruebas de que Mario tenga algo que ver”. Sebastián ya tenía una idea vaga sobre esto. “No… más”. Charlie lo miró e hizo una mueca. No había pruebas que culparan a Mario de su accidente. "Ok". Charlie le dio una idea. "Lo que podemos hacer es encontrar su ubicación y pasarle el pitazo a los que buscan a Mario. Sebastián asintió. Eso era mejor que nada. Charlie recibió un mensaje y algunas fotografías, al verlas frunció el ceño, Sebastián lo observó y preguntó. "¿Qué?". Charlie negó. Es algo de la empresa, tengo que irme". Se levantó y salió antes de que Sebastián lo interrogará. Se despidió del señor Mauro y salió de la mansión ya en su auto marcó al número de uno de los guardias encubiertos de Eva. "¿Quién es?". El hombre al otro lado le dijo
Dos semanas después… Los detalles de Armando seguían llegando, Eva en ocasiones se negaba y se los daba a sus empleadas, Armando lo sabía, pero no quitaría el dedo del renglón. Se presentaba en su trabajo invitándola a salir constantemente, un día Eva cansada de la situación lo dejó entrar con la única idea de pedir que dejara de mandar los detalles. Eva le dijo tajante. “Armando te pido que dejes de enviar los detalles, no me interesa tener una relación contigo ni con nadie, estoy dedicada a mi trabajo y a mi hijo Armando se negó a darse por vencido. Seguiré intentando Eva me di cuenta que eres muy importante para mí, podemos ser amigos por el momento Ella después de discutir con él y ser terco aceptó su amistad, pero trataría de estar alejada de él. Charlie mandó llamar a Fabian y Belinda. Fabian entró y Belinda detrás de él. Belinda preguntó. “Nos llamaste”. Charlie asintió entregándoles una carpeta con información. “Iremos de viaje los tres, las dos empresas quieren mos
Charlie le dijo al hombre. “Verifica las cámaras de vigilancia, busca la matrícula del auto”. Julia les dio la descripción del auto rápidamente. Unas horas después, Eva seguía sentada en la silla y le daba el biberón a su pequeño. Mario estaba en la ventana vigilando y en ocasiones la miraba. Él se burló. “Ese niño… es muy fuerte, mira que salvarse de las amenazas de aborto”. Eva solo miro a Mario. El bebé terminó su biberón y Eva lo levantó, el pequeño era muy lindo, balbuceaba y sonreía, era muy parecido a Eva, pero también a Sebastián. Se escucharon autos llegar, Mario se asomó mirando a las personas que bajaban, eran varios hombres de negro. Mario hizo una mueca “¡Maldición!”. Se alejó de la ventana y se acercó a Eva. “Levántate, nos vamos”. Eva abrazó a su pequeño y siguió a Mario hasta la parte de atrás, Mario se asomó para ver si había alguien en la parte trasera, al notar que estaba despejado, salió, pero se encontró de frente con uno de los hombres Lo golpeó en el
Al día siguiente… Fabian tocó la puerta de Belinda, ella abrió, llevaba un vestido corto en color rosa, su cabello recogido en un moño y zapatos bajos. Fabia sonrió al verla, se veía hermosa. “¿Lista?”. Belinda asintió tomando su bolso, ya había decidido llevarse bien con el chico mientras estaban trabajando. Salieron juntos y tomaron un coche que los llevaba a una de las empresas que fabrican partes de electrodomésticos. Les dieron un tour por el gran lugar y les mostraron cómo se fabricaban algunos artículos. Después hubo una comida en el comedor junto a los empleados, el dueño dio unas palabras ante la gente dándoles la bienvenida. Belinda disfrutaba de sus alimentos, mientras Fabian la observaba. Ella rodó los ojos diciéndole. “¿Puedo comer a gusto?”. Fabian asintió sin dejarla de mirar, acercó algo más de comida susurrando al oído. “Esto es delicioso pruébalo”. Ella lo tomó afirmando, como él lo dijo estaba muy rico. Una chica se acercó. “Fabián un gusto verte de nuevo”
Belinda puso sus manos en el pecho de Fabián retirándose. Ambos estaban agitados por el beso. Ella respiró hondo calmándose. “Fabian, necesito tiempo, cuando te veo recuerdo que perdí a mi hermano, eso no será fácil de olvidar, por favor… yo...” Fabian acarició su mejilla y sonrió un poco. “Entiendo, pero no me voy a dar por vencido, te quiero Belinda, no te imaginas cuanto deseo que me aceptes, pero sé que es un largo proceso”. Él la miró. “Solo te pido que me des la oportunidad, no te alejes de mí”. Belinda asintió en silencio. Él sonrió aún más. Se acercó y la besó de nuevo. Ella dejó que la besara. …………… Los días pasaron Armando visitaba a Eva en la veterinaria. Ella, aunque algo dudosa mantenía conversaciones con Armando y no se negaba a sus detalles Estaba agradecida por ayudarla. Él llegó al lugar con un ramo de flores, entró muy sonriente y saludó amablemente a todas las empleadas que lo miraban emocionadas, era muy guapo y como iba vestido y su porte parecía un prínc
Al día siguiente Julia y Eva salían de la veterinaria cuando Charlie llegó y las saludó. Julia feliz por tener al pequeño le dijo a Charlie. “Iremos a comer ¿Quieres acompañarnos?”. Charlie cargo al pequeño. “No, creo que este pequeño y yo tendremos una salida de hombres”. El pequeño sonrió al ser cargado por Charlie. Eva quería negarse, pero Julia la detuvo. “¡Genial! así Eva y yo nos iremos de compras, hace mucho que no lo hacemos”. Ella puso cara de cachorrito indefenso. Eva sonrió negando ante la actitud de Julia y después giró mirando a Charlie para preguntarle. “¿Seguro que podrás?”. Charlie asintió. “Claro, es mi ahijado, puedo cuidarlo”. El teléfono de Eva sonó, era Armando. “Hola… hoy no puedo tengo un compromiso, tal vez otro día… ok, nos vemos”. Julia miró detenidamente a su amiga. “¿Era Armando? ¿Sigue insistiendo?”. Eva asintió. “Vámonos”. Se despidió de Charlie y del pequeño que las miraba con ganas de llorar. Charlie se asustó. “Ooh... no pequeño, no llores, i
Al salir se despidió de el señor Mauro, se fue con Charlie, todo el camino fue en silencio, Fabian se sentía culpable de todo lo que le pasaba a Sebastián. Charlie llegó hasta la casa. “Te veo mañana en la oficina". Fabian asintió bajando, entró saludó a su abuela y cenaron juntos por la noche, no podía dormir, pensaba cómo ayudar a Sebastián y la única solución era que Eva se enterara. Por la mañana se levantó temprano, desayuno y salió de la casa, en el camino se detuvo cerca de la veterinaria, marcó el número de Charlie. “Hola”. Charlie apenas se levantaba, trataba de no hacer ruido, Julia estaba dormida a su lado. Subió las escaleras somnoliento, Su hermana ya se había ido a trabajar. Fabian estaba frente a la veterinaria montado en su moto. “Se lo diré a Eva”. Charlie reaccionó despertando rápidamente. “¿Qué? No, espera, hablémoslo”. Fabian negó. “No. Se lo diré ahora mismo”. Fabian colgó el teléfono y estaciono la moto. Charlie regresó a la habitación buscando su ropa.
Ella observó la perilla de la puerta por algunos minutos, adentro se escuchaba música a muy bajo volumen, ella tocó la puerta y se escuchó una voz grave decir. “Adelante”. Eva giró la perilla despacio y abrió muy lentamente, frente a ella había una gran ventana con cortinas blancas largas, por ahí entraba la luz del día, una pequeña mesa llena de libros y un hombre en una silla de ruedas, él leía un libro tranquilamente, con ayuda de la luz de la ventana. Él levantó la vista y miró a la mujer en la puerta. Ella llevaba unos jeans azules, blusa blanca y su cabello recogido en un moño, su maquillaje estaba descuidado y su mirada llena de asombro. El pronuncio. “Eva”. Ella caminó en silencio hasta él, al llegar y quedar frente a frente se agachó a la altura de Sebastián observó su rostro,sus ojos, estaba muy delgado, podías ver los huesos de sus mejillas, su barba era insípida y el cabello algo largo, Sebastián estaba en silencio, hacía mucho tiempo que no la veía. Eva toco su rost