Mario la ignoró y siguió su camino hasta la oficina de su jefe, al entrar observó cómo el hombre mayor tomaba un trago cerca de la ventana. Mario se acercó. “Me buscaba”. El señor Salazar se giró mirando a Mario detenidamente lo conocía desde joven, llegó como practicante a su despacho, era muy trabajador y aplicado con casos en los que ayudaba, buscaba soluciones rápidas e investigaba muy bien sobre los implicados, ganaban la mayor parte gracias a él, lo había investigado bien y era de una familia de clase media pero con buenos antecedentes y tendría un futuro brillante, era un buen prospecto para esposo de su hija y estaba decidido a hacerlo futuro dueño del despacho junto con su hija, pero nunca se imaginó que hoy conocería al verdadero Mario Alanís. “Siéntate”. Le pidió el hombre mayor. Mario se acomodó en el sillón, frente a él había una pequeña mesita con algunas carpetas. Observó de reojo y preguntó. “¿Algún caso especial?”. El hombre mayor se acercó y se sentó fren
Clara estaba en el vestidor escondida drogándose antes de empezar su turno, respiro hondo y se miró en el espejo detenidamente, después observó por el rabillo de sus ojos a Gregorio de pie en la puerta. Ella instantáneamente se giró poniéndose a la defensiva. Gregorio entró a la habitación y cerró con seguro la puerta, él llevaba una gran sonrisa en sus labios. Clara empezó a temblar, recordaba como el hombre se aprovechaba de ella y cómo la hacía sufrir. “¡No se acerque o gritaré!”. Gregorio sonrió. “Hazlo, nadie vendrá a ayudarte, este bar es mío, hacen lo que yo quiera”. Ella temblaba mientras lo miraba. Lo sabía, las últimas veces Gregorio abusó de ella en una de las salas y nadie la ayudó. Gregorio poco a poco se acercó. “Niña… me gustas y nada me va a impedir tenerte cuando quiera”. Ella se quedó en silencio. No tenía a donde escapar, bajo las manos despacio y también su rostro mirando el piso Gregorio siguió, caminó hasta quedar frente a ella, tomó su barbilla pa
En el extranjero… A las afueras de la ciudad había una hermosa mansión que tenía un paisaje armonioso alrededor, lleno de arboledas y flores, con un pequeño lago artificial, estaba situado cerca de una colina. Un hombre de mediana edad observaba alrededor del lugar, la puerta se escuchó y un joven de lentes entró. “Señor, tengo noticias de la familia Tejada”. El hombre se giró, era alto y de tez clara, tenía algo de canas en su cabello negro, pero no le quitaba el aura que tenía de hombre fuerte, era de complexión media y sus ojos eran cafés claros. “Dime”. El pronunció con su voz fuerte. El joven le empezó a explicar. “Gregorio Tejada perdió la empresa y todas las propiedades en el juego… Hay nuevos dueños y nuevos accionistas”. El hombre mayor extrañado preguntó. “¿Tan rápido? ¿Por qué no te enteraste antes? Pudimos haber comprado todo”. El joven se disculpó. “Lo siento señor. Las acciones se vendieron a muy bajo costo y fue un trato por debajo del agua, todo estaba calculado
Mario le dijo. “Yo solo quiero seguir trabajando en el despacho, he estado muchos años ahí, conozco como se mueve todo, sabes bien que no puedes manejarlo sola ¿Quieres perder lo que tu padre ha construido?”. Ella negó con los ojos llorosos, claro que no quería perder nada, su padre había dedicado mucho tiempo, esfuerzo y dinero para que el despacho llegará hasta donde estaba. Mario le suspiro al verla entender la situación. “Bien. Te veré mañana en la oficina de asuntos civiles”. El salió de la oficina dejándola sola, todavía no podía creerlo, estaba atónita por todo lo que estaba pasando, sus manos temblaban no podía entender porque su padre la había dejado a merced de Mario. “¿Por qué papá?”. Preguntaba al aire, pero solo hubo silencio en la oficina. Mario salió feliz del lugar y susurro. “Viejo estúpido…” subió a su auto y se alejó. …………………………… Eva terminaba una consulta cuando Julia llegó entrando a su oficina y cerrando con llave. “¿Qué pasó?”. Eva se acercó a consolarl
Charlie despertó, se removió entre las sábanas buscando a Julia, otra vez lo había dejado solo, igual que la noche anterior, se recargo en la cabecera cerrando los ojos. El solo hecho de saber que Julia dormiría en la misma cama de Mario le hervía la sangre. Se dio cuenta que todavía sentía algo por ella, lo había reprimido por mucho tiempo, aun cuando salía con su antigua novia Ana, siempre pensaba en Julia. Suspiró profundamente, la noche fue larga para ambos, estaba cansado, pero necesitaba levantarse y empezar a buscar una solución para ayudar a Julia. Se lavó y subió al piso de arriba, su hermana preparaba el desayuno al verlo le sonrió, se acercó con un plato de huevos revueltos y tocino. Charlie agradeció, ella se sentó a su lado mirándolo fijamente. Charlie comía y al notar la mirada se detuvo preguntando. “¿Qué?”. Su hermana puso los codos en la mesa y recargó su barbilla en las manos. “¿Quién era la mujer? ¿Es tu novia?”. Charlie sonrió. “Todavía no…” Siguió comi
Ella sintió el beso y abrió poco a poco los ojos observando el rostro de Fabian muy cerca. Belinda caminaba por el sendero para entrar a los portones de la casa y observó la interacción en el auto, sus lágrimas empezaron a caer y regresó por donde venía. Se acomodó hacia atrás en el asiento. “¿Qué haces?”. Sebastián nervioso se rascó la nariz. “Yo…” Eva se acomodo la ropa nerviosa. “No vuelvas a hacer eso”. Salió del auto respirando profundo, quería irse a casa, camino hacia la salida, pero la señora Rita se alegró de verla. “¡Eva!”. La señora Magdalena también le agradaba mucho, salió junto a la mujer. Más tarde después de la cena Eva se despidió. Todo el tiempo estuvo nerviosa y distraída, miraba de reojo a Fabian que la observaba atento. Fabian la llevaría a su casa, su auto se había quedado en la veterinaria. Ella quería negarse, pero la señora Rita le pidió no irse sola. Salieron juntos, ya era de noche, el camino estaba todo en silencio, Eva lo miró por un mome
Gregorio dejó su teléfono en la mesita de noche, giró hacia la cama, en ella, Clara estaba dormida recostada Él la había sacado del bar y la llevó a su departamento, para que cocinara y lo atendiera ahora que el dinero era poco no podía contratar a una empleada, por las noches abusaba de ella sin control, ella no tuvo oportunidad de negarse, Con amenazas y promesas Gregorio le había ofreció una gran cantidad de dinero si aceptaba irse con él. Ella tenía un plan, cuando Gregorio le diera lo que acordaron, escaparía para buscar a Fabian. Pero ella no contaba con que Gregorio sólo la engañaba, no tenía ese dinero y ella nunca lo recibiría. Los días siguientes todo transcurrió normal, Eva estaba más atareada que otros días, necesitaba dejar todo en orden antes de tomar su licencia de maternidad, su vientre ya era muy grande y necesitaba descansar. Julia disputaba el poder en el despacho, todos los socios confiaban más en Mario por
Mario entró a la oficina sin tocar, Julia guardó su teléfono y se levantó indignada. “Deberías llamar a la puerta primero”. Mario la ignoró y caminó hacia la silla sentándose frente a ella sin ninguna culpa. Julia lo observó detenidamente molesta. “¿Qué quieres?”. Mario le dijo. “Vine por ti para ir a la casa juntos”. Julia se río burlonamente cruzándose de brazos. “¿Tú y Yo? No lo creo, tengo mi propio coche”. Mario se recargo en el escritorio. “Julia, quiero llevar bien esta convivencia… conocernos, salir, somos esposos”. El trataba de convencerla necesitaba tenerla de su lado para poder seguir en el despacho trabajando los negocios sucios de Gregorio. Julia respiró hondo, se levantó juntando sus cosas para irse. “Solo estamos casados porque mi papá así lo quería, pero no tenemos porqué fingir nada, tú puedes seguir haciendo tu vida como te plazca y yo seguiré en lo mío”. Mario se levantó y caminó lentamente hacia ella. “Y qué pasa si yo quiero algo más? ¿Qué pasa si quie