✨ Mis queridas mafiosas ✨ ¡Ustedes son el motor de esta historia! 💖 ¿Qué les está pareciendo? ¿Qué les emociona más? ¡Las leo con todo el corazón! 🖤🔥
C88-NÁUSEAS MATUTINAS. La tenue luz de la mañana se filtraba por las ventanas de la cocina, iluminando los muebles de madera pulida y los utensilios perfectamente alineados. Sara, apareció somnolienta y maldiciendo al colchón donde dormía, no era nada a lo que estuviera acostumbrada. Se acerco a donde dos empleadas de la mansión charlaban mientras desayunaban.—Ustedes —dijo Sara, interrumpiendo su conversación—. Prepárenme el desayuno. Algo saludable. No quiero cualquier cosa, quiero un soufflé de espárragos con una guarnición de frutas frescas.Las empleadas intercambiaron miradas rápidas, y luego, como si una chispa hubiera encendido su humor, estallaron en carcajadas.Sara frunció el ceño, su semblante se endureció aún más mientras las observaba con desdén.—¿Qué es tan gracioso, par de inútiles?Una de las mujeres, avanzó hacia ella con una sonrisa burlona pintada en los labios.—¿Quién te crees que eres para darnos órdenes? —dijo, cruzándose de brazos y mirándola de arriba a ab
C89- PLATO ENVENENADO.Sara avanzó por el pasillo con pasos ligeros, la puerta de la cocina estaba entreabierta, y desde allí llegaban las risas y el parloteo de las empleadas. Se detuvo justo antes de cruzar el umbral, apoyando la espalda contra la pared y aguzando el oído.—¿Ya está lista la sopa para la señora? —preguntó una de las mujeres ―La pobrecita esta mal con las náuseas, le recomendé esta sopa para su estómago y nutrirá al bebe.La emoción en la empleada hizo que Sara hiciera un mohín.«¡Malditas! ¿Qué le ven a esa zorra? Pero ya verán, me las van a pagar todos… ¡Todos!»—Sí, casi. Solo falta darle el último toque —respondió la otra empleada, dejando escapar una risita—. ¿Te has fijado cómo brilla últimamente? ¡Debe ser por el bebé!—Voy a buscar más pan a la despensa —dijo la que cocinaba, dejando el cucharón junto a la olla.—Y yo iré a revisar si la mesa está lista —añadió la otra, secándose las manos en el delantal antes de salir también.Fue el momento que habia espera
90- MOLESTIAS ESTOMACALES.Cassio observó a Luna con atención, su ceño fruncido reflejando preocupación y confusión.—¿Qué pasa, amor? ¿Por qué pones esa cara?Luna dejó caer la cuchara de golpe y su rostro perdió color mientras se ponía de pie de forma abrupta.—Yo... yo... —balbuceó antes de girarse y correr hacia el baño del piso de abajo.Cassio se levantó de inmediato.—¿Náuseas otra vez? ¿Cuánto dura eso? —se preguntó en voz alta, frustrado, mientras la alcanzaba para ayudarla en lo que fuera necesario.Minutos después, ambos regresaron al comedor. Luna parecía más tranquila, aunque algo pálida. Y Cassio, por su parte, no dejó de mirarla con preocupado.—¿Seguro que no llamo a un médico?—No, Cassio. Esto es normal —respondió ella con un suspiro—. Lo vi en el video de embarazadas que me envió Lana.—Sí, pero ya vas dos veces. ¿Y si te enfermas o algo? —replicó él, sin soltar su postura protectora.Luna sonrió con cansancio y tomó su rostro entre las manos, acariciándolo suavement
C91-LA BELLEZA SIEMPRE ATRAE PROBLEMAS.Luna se miraba al espejo, ajustándose los pendientes con cuidado. Su vestido dorado caía sobre su figura como una segunda piel, elegante y sensual, resaltando cada curva. Su cabello estaba recogido en una coleta alta, dejando al descubierto su cuello, mientras que su maquillaje hacía que sus ojos verdes brillaran con intensidad. Parecía una diosa moderna, lista para conquistar el mundo.De repente, sintió los labios de Cassio rozar su cuello; él sonrió contra su piel.—Estás hermosa. Tanto que me hace reconsiderar si debería dejarte salir esta noche... No quiero tener que romperle la cara a nadie que te mire demasiado.Luna soltó una risa suave, girándose para mirarlo.—¿Y quién dice que necesito que me cuides? Podría defenderme sola si alguien se atreve.Él arqueó una ceja, divertido, y su mano bajó hasta una de sus nalgas.—Siempre voy a defenderte, mariposa… Defender lo que es mío.Ella se rió de nuevo, esta vez más abiertamente, mientras aju
C92-EL PASADO SIEMPRE REGRESA. El hombre de cabello oscuro y sus ojos azules, fríos y calculadores, se fijaron directamente en Luna, ignorando deliberadamente a Cassio. Pero Cassio se interpuso entre él y su esposa, su mirada fija en el hombre como si lo estuviera desafiando a dar un paso más.—Mantente lejos —gruñó—. No quiero tener que recordarte lo que pasa cuando cruzas la línea. El hombre sonrió y se metió las manos en los bolsillos, dejando claro que no le preocupaba su amenaza. —¿Lejos? ¿De qué exactamente, Cassio? —preguntó con sarcasmo—. ¿De tu esposa? ¿O de tus inseguridades? Cassio dio un paso hacia adelante, su mandíbula apretada como si estuviera conteniendo un torrente de palabras que no quería decir en público. —No juegues conmigo, imbécil. No intentes nada con ella, porque esta vez no habrá advertencias, sino acciones. El hombre arqueó una ceja y rió ampliamente. —¿Qué es lo que estoy viendo, miedo? ¿Por qué tanta tensión, Cassio? ¿Tienes miedo de que ella me el
C93-EL PEOR ERROR DE SU VIDA.Luna escupió el agua en el lavabo, sintiendo cómo el sabor amargo que aún le revolvía el estómago. Se apoyó en el borde del mármol, respirando hondo. Y por un momento no pudo evitar pensar en Ezra.¿Qué hacía el hombre con el que Sabrina traiciono a Cassio ahí? No creía que fuera casualidad que estuviera en la misma fiesta que Cassio. No le gustaba.No le gustaba nada.Se tensó de solo recordar su mirada fría y lujuriosa sobre ella.—Basta —murmuró para sí, secándose los labios con una servilleta—. Le pediré a Cassio que nos vayamos. Necesito descansar.Se ajustó el vestido, notando cómo la tela se ceñía ligeramente a su vientre. Se miró en el espejo y una sonrisa suave apareció en su rostro. Puso una mano sobre la pequeña curva que apenas comenzaba a notarse.—Ya quiero tenerte en mis brazos —susurró, imaginando el momento en que finalmente pudiera abrazar a su bebé—. Papá y mamá te esperan con mucho amor, cariño.La sonrisa se mantuvo en sus labios mie
C94-ESPERO QUE NO LA ENCUENTRES.Cassio golpeó la pared del estudio con furia contenida, mientras que el alcalde, sentado tras su escritorio, observaba la escena con expresión tensa. Había ordenado cerrar todas las salidas de la mansión, pero no había señales de Luna. Y Cassio, cada vez más impaciente, caminaba de un lado a otro como un león enjaulado.—¡No puede ser que haya desaparecido así como así! —gritó, girándose abruptamente hacia Roberto—. ¿Qué? ¡¿No tienes seguridad en esta casa?! ¡¿Cómo sacan a una persona sin ser vista?!Roberto abrió la boca para responder, pero en cambio se levantó con calma de su asiento y se acercó a una mesa donde descansaba una botella de whisky. Sirvió dos vasos con movimientos pausados.—Cassio, no hay nada en las cámaras —dijo, ofreciéndole uno de los vasos—. No me explico cómo… —Bebió un gran trago antes de continuar—. Debió ser alguien que fue invitado a la gala. No hay forma de que haya entrado así nada más.Cassio tomó el vaso, lo vació de un
C95- HOLA, ESTRELLITA.Luna despertó lentamente. Su cabeza latía con fuerza, como un tambor dentro de su cráneo. Su boca estaba tan seca que apenas podía tragar. Entreabrió los ojos y vio un techo desconocido. La luz tenue revelaba que no estaba en casa.Con un movimiento lento, llevó una mano temblorosa hacia su vientre.—¿Mi bebé? —susurró, con la voz quebrada y angustiada—. ¿No le pasó nada?El miedo se apoderó de ella mientras trataba desesperadamente de recordar. Su mente parecía un rompecabezas roto. Cerró los ojos con fuerza, intentando juntar las piezas. Estaba en el baño... sí, eso lo recordaba. Iba a encontrarse con Cassio. Y luego... nada. Un vacío aterrador.—¿Qué está pasando? —murmuró, mientras se levantaba.Miró alrededor de la habitación. Era lujosa, sí, pero había algo en ella que la hacía sentir incómoda. Todo era demasiado perfecto, demasiado frío, como si careciera de vida. Caminó hacia las ventanas, buscando respuestas.Cuando apartó las cortinas, su corazón dio u