✨💋 ¡MIS MAFIOSAS FAVORITAS! 💋✨ Así terminamos este maratón, ¿qué tal les pareció? 😏🔥 ¡Yo sé que estuvieron al borde del asiento con cada página, ¿verdad?! 👀 Pero esperen, porque se viene algo grande... 😱 ¿Eh? Mejor no les digo nada, no vaya a ser que me escape un spoiler... 🤐 Solo les adelantaré esto: van a amar aún más a Cassio. 😍✨ Gracias por estar aquí conmigo, por emocionarse, por reír, llorar y vivir esta historia a mi lado. ¡Las amo con todo mi corazón! 💖✨
C47- CASTIGO.El auto se detuvo frente al muelle, donde los yates se balanceaban suavemente con el vaivén del agua. Cassio salió del vehículo sin decir una palabra, y Luna lo siguió, confundida pero sin atreverse a preguntar. Las cosas entre ellos estaban tensas, y ella sabía que cualquier palabra de más podría empeorar la situación.—Señor, ya está listo —informó un hombre, inclinándose ligeramente.Cassio pasó a su lado sin detenerse, y Luna lo siguió de cerca. Delante de ellos había un magnífico yate, imponente y lujoso, con luces que se reflejaban en el agua oscura.—¿Qué vamos a hacer aquí? —preguntó ella finalmente, sin poder ocultar el nerviosismo en su voz.Cassio se detuvo un segundo y la miró por encima del hombro.—¿Qué pasa? ¿Estás preocupada?—No, no es eso... pero... —titubeó, buscando las palabras adecuadas.—Después de lo que pasó, estar en tierra no es seguro —dijo Cassio, con un tono firme pero calmado—. No te preocupes, no voy a matarte y luego lanzarte al mar. Pero,
C48- ENTRE SUS BRAZOS.Al día siguiente, Cassio no podía con la preocupación. No fue hasta que llegó al hotel que se dio cuenta de lo fuerte que había sido la tormenta. Había sido un error dejar el yate, pero en ese momento no había forma de volver. Ahora, la culpa lo consumía.Sabía que se había pasado la noche anterior, y más aún porque Luna le tenía pánico a las tormentas. Su mente no dejaba de torturarlo con la peor posibilidad.«Con suerte no se lanzó al agua… No, no pudo ser tan loca. ¡Pero ¿si lo hizo y se ahogó tratando de llegar a la orilla?!»Cassio apretó los puños, maldiciéndose una y otra vez.―¡Idiota! ¿En qué estabas pensando? ¡Pobre Luna… debía estar aterrada!Pero al mismo tiempo trataba de calmarse. El yate era lo suficientemente grande como para resistir cualquier cosa. Ni un huracán podría volcarlo. Ella estaría bien… tenía que estar bien.Sin embargo, él tampoco había dormido. Entre la preocupación y la enorme erección que lo había torturado toda la noche, apenas
C49- ENTRE SUS BRAZOS (II)Un leve movimiento sacó a Cassio de su sueño. Parpadeó, desorientado, y sintió cómo ella se alejaba de su lado. Sin pensarlo, extendió el brazo y la alcanzó. —No te muevas —susurró, con la voz aún rasposa por el sueño. Luna se detuvo un segundo, pero luego respondió, fría, distante: —Tengo que ir al baño. Y antes de que Cassio pudiera decir algo más, ella se soltó de su agarre y se metió al baño. La puerta se cerró con un leve clic, dejándolo solo. El tiempo pasó más lento de lo que esperaba. Cassio miró el techo, luego el reloj, y finalmente no pudo más. Se levantó, preocupado, pero apenas había dado un paso hacia la puerta cuando esta se abrió de golpe. Luna estaba ahí, con el rostro limpio y fresco, las gotas de agua aún brillando en su piel. Se quedó de pie, mirándolo con los brazos cruzados. —¿Cuándo llegaste? —Al amanecer, cuando la tormenta amainó, mariposa... Yo... —No, Cassio —lo interrumpió ella, su voz quebrándose ligeramente—. No puedes l
C50- ENCUENTRO EN VENECIA.Luna se detuvo al borde del muelle, mirando la góndola que flotaba suavemente en las aguas oscuras y brillantes de Venecia. Las luces titilaban en la superficie, reflejando los pétalos de rosa que decoraban el borde de la embarcación. Cassio, siempre tan seguro de sí mismo, extendió una mano hacia ella.—Vamos, mariposa. No me digas que te da miedo un paseo en góndola —dijo con una sonrisa descarada, su tono estaba cargado de esa mezcla de burla y encanto que siempre lograba desarmarla.Habían llegado hace una noche y después de pasar todo el día en el hotel, Luna exigió salir. Le gustaba estar entre sus brazos, pero también quería pasar tiempo de calidad con el y por supuesto conocer.Ella tragó saliva, sintiendo cómo su corazón latía más rápido de lo que debería. Miró su mano, grande y firme, y finalmente la tomó. Su piel era cálida, y la forma en que sus dedos se entrelazaron con los de ella le hizo sentir una electricidad que le recorrió todo el cuerpo.
C51- ESCAPADA EN LA TOSCANA.Cassio manejaba con una mano en el volante y la otra descansando sobre el muslo de Luna. La velocidad del coche deportivo hacía que el viento jugara con su cabello, y ella reía con una mezcla de emoción y nervios. Él sonrió de lado, disfrutando de su reacción. Entonces, sin previo aviso, redujo la velocidad y giró bruscamente, deteniéndose frente a un viñedo privado.―¡Wow! ¿Qué hacemos aquí? ―preguntó ella viendo el paisaje.Luna lo miró, confundida pero emocionada. Él bajó del coche con una sonrisa traviesa, rodeó el vehículo y abrió la puerta para ella.—Hoy es solo para nosotros —dijo, ofreciéndole la mano.Luna tomó su mano, sintiendo esa electricidad que siempre recorría su cuerpo cuando lo tocaba.—¿Qué estás tramando, Cassio? —preguntó, intentando sonar inquisitiva, aunque su sonrisa la delataba.—¿Yo? Nada que no te vaya a gustar, mariposa —respondió él, con ese tono descarado que la hacía rodar los ojos y, al mismo tiempo, derretirse por dentro.
C52- AVENTURA EN LA RIVIERA FRANCESA. El sol brillaba con intensidad sobre el puerto de Saint-Tropez, reflejándose en las aguas turquesas que bordeaban la costa. Luna aún no terminaba de asimilar la noche que había vivido en la Toscana. Su piel todavía hormigueaba con el recuerdo de las caricias de Cassio, con el fuego de sus besos que le habían robado el aliento. Apenas había abierto los ojos esa mañana cuando un auto los estaba esperando.Cassio le había tomado la mano y la había guiado al vehículo sin darle tiempo de cuestionar nada. Un vuelo privado los había traído hasta ahí, y ahora, con el aroma salado del mar envolviéndola, Luna sentía que las mariposas en su estómago revoloteaban con fuerza.Pero no era solo por el viaje, sino por la sensación de estar con él. Cada vez que lo miraba, su corazón se agitaba y esa extraña sensación de seguridad crecía en su pecho. Lo que tanto había evitado estaba ocurriendo: se había enamorado hasta los huesos de Cassio King.Cuando alzó la mi
C53- PASEO POR PRAGA.Después de dos noches de ensueño en Saint-Tropez, Cassio decidió llevar a Luna a otro lugar. Esta vez, el destino era Praga. Y aunque todo era maravilloso, las calles adoquinadas, las torres góticas y los tejados rojizos que parecían sacados de una pintura renacentista, el desfase horario estaba comenzando a cobrarle factura a Luna.Y esa mañana, mientras la ciudad dormía, Cassio despertó antes del amanecer.Se giró hacia ella, observándola en silencio mientras dormía.Su cabello caía desordenado sobre la almohada y su respiración era tranquila, como si el mundo no pudiera tocarla en ese momento.Él sintió su pecho apretarse.Luna se había convertido en su todo, en su refugio, en su razón para sonreír después de años de oscuridad. Cada día con ella era un sueño. Sin embargo, mientras la miraba, una sombra cruzó su rostro al recordar cómo había llegado a él. Ese pensamiento lo tensó.¿La perdería si algún día supiera toda la verdad? ¿Podría ella perdonarlo?Sacudi
C54-PASEO POR PRAGA (II)Desde el otro lado de la tienda, Cassio hablaba en voz baja, su tono cargado de tensión.—Te dije que no me llamaras a menos que fuera urgente… —dijo, apretando los dientes.Del otro lado Leonardo hacia una mueca mientras rodaba los ojos, Luke a su lado servía un vaso de whisky y se lo entregaba.―Pues creo que esto es lo bastante urgente para interrumpir tu luna de miel.Cassio se tensó al escucharlo.―Habla.―Tenemos la ubicación del padre de la chica ―dijo Leonardo sin rodeos.El corazón de Cassio se paralizo por un segundo, sin embargo su expresión se mantuvo imperturbable.—¿Estás seguro? ―preguntó en cambio ―¿Cuándo exactamente?Hizo una pausa, escuchando atentamente al Leonardo al otro lado de la línea. Su mano libre se cerró en un puño, y por un momento pareció que iba a golpear algo.—La fuente es sólida. Parece que el viejo ha estado moviéndose entre Estados Unidos y Mexico. Pero ahora tenemos un rastro claro. Un contacto en Colombia asegura que lo v