C51- ESCAPADA EN LA TOSCANA.Cassio manejaba con una mano en el volante y la otra descansando sobre el muslo de Luna. La velocidad del coche deportivo hacía que el viento jugara con su cabello, y ella reía con una mezcla de emoción y nervios. Él sonrió de lado, disfrutando de su reacción. Entonces, sin previo aviso, redujo la velocidad y giró bruscamente, deteniéndose frente a un viñedo privado.―¡Wow! ¿Qué hacemos aquí? ―preguntó ella viendo el paisaje.Luna lo miró, confundida pero emocionada. Él bajó del coche con una sonrisa traviesa, rodeó el vehículo y abrió la puerta para ella.—Hoy es solo para nosotros —dijo, ofreciéndole la mano.Luna tomó su mano, sintiendo esa electricidad que siempre recorría su cuerpo cuando lo tocaba.—¿Qué estás tramando, Cassio? —preguntó, intentando sonar inquisitiva, aunque su sonrisa la delataba.—¿Yo? Nada que no te vaya a gustar, mariposa —respondió él, con ese tono descarado que la hacía rodar los ojos y, al mismo tiempo, derretirse por dentro.
C52- AVENTURA EN LA RIVIERA FRANCESA. El sol brillaba con intensidad sobre el puerto de Saint-Tropez, reflejándose en las aguas turquesas que bordeaban la costa. Luna aún no terminaba de asimilar la noche que había vivido en la Toscana. Su piel todavía hormigueaba con el recuerdo de las caricias de Cassio, con el fuego de sus besos que le habían robado el aliento. Apenas había abierto los ojos esa mañana cuando un auto los estaba esperando.Cassio le había tomado la mano y la había guiado al vehículo sin darle tiempo de cuestionar nada. Un vuelo privado los había traído hasta ahí, y ahora, con el aroma salado del mar envolviéndola, Luna sentía que las mariposas en su estómago revoloteaban con fuerza.Pero no era solo por el viaje, sino por la sensación de estar con él. Cada vez que lo miraba, su corazón se agitaba y esa extraña sensación de seguridad crecía en su pecho. Lo que tanto había evitado estaba ocurriendo: se había enamorado hasta los huesos de Cassio King.Cuando alzó la mi
C53- PASEO POR PRAGA.Después de dos noches de ensueño en Saint-Tropez, Cassio decidió llevar a Luna a otro lugar. Esta vez, el destino era Praga. Y aunque todo era maravilloso, las calles adoquinadas, las torres góticas y los tejados rojizos que parecían sacados de una pintura renacentista, el desfase horario estaba comenzando a cobrarle factura a Luna.Y esa mañana, mientras la ciudad dormía, Cassio despertó antes del amanecer.Se giró hacia ella, observándola en silencio mientras dormía.Su cabello caía desordenado sobre la almohada y su respiración era tranquila, como si el mundo no pudiera tocarla en ese momento.Él sintió su pecho apretarse.Luna se había convertido en su todo, en su refugio, en su razón para sonreír después de años de oscuridad. Cada día con ella era un sueño. Sin embargo, mientras la miraba, una sombra cruzó su rostro al recordar cómo había llegado a él. Ese pensamiento lo tensó.¿La perdería si algún día supiera toda la verdad? ¿Podría ella perdonarlo?Sacudi
C54-PASEO POR PRAGA (II)Desde el otro lado de la tienda, Cassio hablaba en voz baja, su tono cargado de tensión.—Te dije que no me llamaras a menos que fuera urgente… —dijo, apretando los dientes.Del otro lado Leonardo hacia una mueca mientras rodaba los ojos, Luke a su lado servía un vaso de whisky y se lo entregaba.―Pues creo que esto es lo bastante urgente para interrumpir tu luna de miel.Cassio se tensó al escucharlo.―Habla.―Tenemos la ubicación del padre de la chica ―dijo Leonardo sin rodeos.El corazón de Cassio se paralizo por un segundo, sin embargo su expresión se mantuvo imperturbable.—¿Estás seguro? ―preguntó en cambio ―¿Cuándo exactamente?Hizo una pausa, escuchando atentamente al Leonardo al otro lado de la línea. Su mano libre se cerró en un puño, y por un momento pareció que iba a golpear algo.—La fuente es sólida. Parece que el viejo ha estado moviéndose entre Estados Unidos y Mexico. Pero ahora tenemos un rastro claro. Un contacto en Colombia asegura que lo v
C55- ESO ESPERABA.Días después, Cassio la llevó de la mano hasta el helipuerto privado. El sol se ocultaba tras las montañas de Suiza, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. El helicóptero esperaba, con sus aspas inmóviles como un depredador en reposo.Luna se detuvo a unos pasos, su cabello revuelto por el viento.—¿Un helicóptero, Cassio? —preguntó nerviosa—. ¿Qué vamos a hacer ahora?Él sonrió de lado y se acercó.—Solo es un poco de aventura, mi amor. Confía en mí, solo quiero que veas algo especial.Luna dudó un poco, un yate estaba bien, ¿pero un helicóptero? Sin embargo, tomó su mano y subieron juntos y, cuando los rotores comenzaron a girar, su corazón se aceleró.No estaba acostumbrada a esto.El rugido del motor aumentaba su ansiedad. E instintivamente, se aferró al brazo de Cassio y cerró los ojos con fuerza.El la miró con una sonrisa divertida, pero no burlona.—¿De verdad, nena? —murmuró con suavidad—. No esperaba que la mujer que enfrentó a un mafioso como yo le t
C56- TE LEVARE HASTA EL CIELO.El vapor llenaba el aire mientras las burbujas danzaban a su alrededor. Cassio y Luna se besaban con deseo, sus lenguas bailando en un dúo erótico. Las manos de él bajaron por su cintura, acariciando su piel suave y tersa, mientras ella gemía suavemente en su boca.Luna se sentía ardiente, su deseo por este hombre era abrumador. Ella se impulsó hacia adelante, colocando sus manos en los hombros fuertes y musculosos y comenzó a cabalgarlo, sintiendo su deseo en cada toque, en cada beso demandante.―Sí, mariposa, así me gusta.Luna sintió su polla dura y gruesa dentro de ella, alcanzando las profundidades de su ser. Los músculos de su coño se apretaron alrededor de su miembro, dándole un placer indescriptible.―Cassio, me voy a correr… yo…Pero antes de que pudiera alcanzar su orgasmo, Cassio la tomó por sorpresa. Con un movimiento fluido, la hizo girar y la colocó en posición de perrito en el borde del jacuzzi. Luna sintió un cosquilleo en su estómago ant
C57-NO TE ASUSTES.El avión aterrizó en Palermo con un ligero vaivén, y Luna sintió cómo su corazón latía con fuerza. Habían pasado un mes viajando por Europa, pero ahora que estaban de vuelta, una mezcla de alivio y nerviosismo se apoderó de ella. Y, mientras bajaban por la escalerilla, con la brisa fresca golpeando su rostro, no pudo evitar apretar un poco más la mano de Cassio, que estaba entrelazada con la suya ante la preocupación que no la dejaba tranquila. —¿Y... ya es seguro que regreses? —preguntó en voz baja, casi temiendo la respuesta. Cassio se detuvo un momento, girando hacia ella con esa calma que siempre lograba tranquilizarla. Apretó su mano con suavidad y le dedicó una sonrisa que parecía tener más peso del que ella podía entender. —El tablero ha cambiado, mariposa. Las piezas están donde deben estar. Ahora Palermo es nuestro terreno, y nadie se atreverá a mover un dedo. Luna lo miró, tratando de leer entre líneas lo que él realmente quería
C57- HUIDA EN PALERMO.Luna sintió cómo su estómago se encogía cuando el SUV se lanzó hacia adelante. Cassio manejaba con precisión, esquivando autos, motos y peatones que apenas lograban apartarse a tiempo. El motor rugía con furia, y el aire dentro del vehículo se volvió pesado, cargado de tensión.Detrás de ellos, el auto negro aceleró, pegándose a su parachoques como una sombra amenazante. Luna se aferró al asiento, mientras su corazón martilleaba contra su pecho.—Cassio, ¡dime qué está pasando! —exigió, su voz quebrándose entre el miedo y la desesperación.Pero Cassio no apartó la vista del camino, sus nudillos se volvieron blancos por la fuerza con la que sujetaba el volante.—Mariposa... no te asustes, pero creo que intentan secuestrarnos.Luna sintió que el mundo se detenía. Su piel se erizó, y un escalofrío le recorrió la espalda. Trató de responder, pero su garganta estaba seca.—¿Secuestrarnos? ¿Quiénes? ¿Por qué? —logró preguntar, con un hilo de voz.Cassio no contestó. E