C170- ¿ME TIENES MIEDO?―Solo ¡Solo… cúbrete! —soltó Clara en un tono más agudo de lo normal.Kieran, en lugar de avergonzarse, decidió empujar la situación un poco más. Se acercó con paso lento, felino, disfrutando cada segundo de la evidente incomodidad de Clara.—No tienes que ponerte así, ¿nunca has visto a un hombre por la mañana? —susurró con un tono grave y una sonrisa ladeada.—¡Cállate! —Clara apenas se giró—. No tengo por qué darte explicaciones de mi vida privada.Su respuesta solo le dio a Kieran la oportunidad de acercarse más.—Te ves adorable cuando te sonrojas —murmuró, ahora cerca de su oído.Y ella sintió un escalofrío recorrerle la columna y lo maldijo internamente. Esto no estaba pasando. No podía estar pasando. No con él. No con un hombre que parecía encontrar divertido el hecho de que ella estuviera al borde de un colapso nervioso.Así que se armó de valor, respiró hondo y giró sobre sus talones con la intención de poner distancia, pero Kieran ya estaba demasiado
C171- AMOR DESTINADO.El mercado del pueblo estaba lleno de vida. Gente caminando de un lado a otro, vendedores ofreciendo sus productos con entusiasmo, aromas de comida recién hecha flotando en el aire.Todo era perfecto.Jared iba de la mano de Clara, mientras Leo reía sobre los hombros de Kieran, señalando todo lo que veía con emoción.—¡Mira, mira, mira! —exclamaba sin parar, moviéndose inquieto.—Si sigues moviéndote así, enano, voy a pensar que tienes resortes en los pies —se burló Kieran, sujetándolo con firmeza.—¡Allí globos! ¡Y duces! ¡Y perrito!Kieran sonrió.—Sí, el mercado tiene de todo. Y lo mejor es que tengo un secreto...Leo lo miró con ojos brillantes.―Aquí venden la mejor tarta de manzana de toda Irlanda. ¿Quieres probarla?Leo asintió con emoción, y Kieran soltó una risa antes de dirigirse hacia un puesto de comida. Mientras tanto, Clara no podía evitar sonreír al ver a su hijo tan feliz.Algo dentro de ella se estremeció en consecuencia.Era consciente de que Le
C172- EMPEZAR A CEDER. Clara sintió cómo el pánico le subía desde el pecho hasta la garganta, ahogándola. Su mirada seguía recorriendo el mercado sin encontrar nada. Kieran, con el rostro endurecido por el miedo, le tocó el brazo. —Voy hacia el otro lado. Tú busca aquí —dijo y no esperó respuesta. Se giró y comenzó a abrirse paso entre la multitud. Clara asintió automáticamente, mientras apretaba con más fuerza la mano de Jared, que la miraba con los ojos muy abiertos, reflejando el mismo miedo que ella sentía. —¿No vamos a encontrar a Leo? —Sí. Sí vamos a encontrarlo —le dijo con voz temblorosa, pero firme—. No te sueltes de mí, ¿de acuerdo? Jared asintió rápidamente y apretó su mano con fuerza. —¡Leo! —gritó Clara de nuevo mientras avanzaba hacia los callejones más estrechos del mercado. Miró dentro de un puesto de juguetes, donde un niño pequeño jugaba con un tren de madera. Por un momento, su corazón dio un vuelco, pero cuando el niño levantó la cabeza, no era él. Su garga
C173- EL MISMO AROMA. Kieran no era un hombre que se engañara a sí mismo. Nunca lo había sido. Y después de esta noche, no podía seguir negándolo. Le gustaba Clara. No de una manera pasajera, no como un simple deseo. Era algo más profundo, algo que había estado creciendo en él desde que la conoció, empezó lento, pero se estaba volviendo imparable. La primera vez que la vio, fue la curiosidad lo que lo atrapó. Su carácter amargado, que escondía esa mezcla de dulzura y fuerza, la forma en que sus ojos siempre parecían preparados para cualquier golpe de la vida, pero aun así seguían brillando. Luego fue la admiración. La forma en que cuidaba a Leo, cómo siempre ponía a su hijo primero, cómo se partía el alma para asegurarse de que él estuviera bien. Y ahora… ahora era todo. Ella le hacía sentir cosas que no había sentido en años, cosas que ni siquiera había sentido por Luna u otra mujer. Y eso lo aterraba un poco, pero también lo hacía querer más. Leo había sido su punto débil des
C174- SE MI NOVIA.Clara estaba sentada en el césped con Leo y Jared, ayudándolos a construir un castillo con piezas de madera. Leo intentaba apilar torres, mientras Jared, con el ceño fruncido, organizaba las paredes como si su vida dependiera de ello. —¡Eso no va ahí! —reclamó Jared, moviendo una pieza que Leo acababa de poner. —Sí va —insistió el niño, cruzándose de brazos—. Mamá dijo que sí. —Yo solo superviso, no decido las reglas —intervino Clara, alzando las manos en señal de rendición.Los dos niños fruncieron el ceño. —¡Ah, pero qué concentración! —la voz despreocupada de Kieran interrumpió el momento. Se acercó con las manos en los bolsillos y una sonrisa de medio lado—. ¿Puedo unirme o tengo que firmar un contrato primero? Jared lo miró con los ojos entrecerrados. —Eres demasiado viejo para esto. —¡Oh, la crueldad de la juventud! —Kieran se llevó una mano al pecho—. Y pensar que hasta ayer me sentía en la cima del mundo…Clara soltó una risa sincera, cubriéndose la b
C175- BUENA ELECCIÓN.El beso fue un incendio. Kieran no la tocaba con prisa, pero tampoco con delicadeza. Sus labios se fundieron en los de Clara con una seguridad abrumadora, como si hubiera estado esperando ese momento desde siempre. La atrajo más, su mano apretando su cintura, sintiendo la forma en que su cuerpo temblaba contra el suyo. Clara quiso resistirse al deseo que empezaba a envolverla, al calor que trepaba por su espalda. Pero la boca de Kieran exigía, tentaba, la invitaba a olvidar todo. Sus dedos se cerraron en su camisa, y justo cuando iba a dejarse llevar por completo, un eco de su pasado la hizo tensarse. Las sombras de aquella noche. Pero se dijo que esto era diferente. Que esto era Kieran. Cerró los ojos y decidió que era hora de dejarlo atrás. Era hora de vivir.Y mientras Kieran y Clara seguían besándose, al otro lado del festival, Jared frunció el ceño al verlos. —Mentiroso —murmuró, cruzándose de brazos—. Dijiste que no te gustaba… pero yo sabía que sí. —E
C176- ÚNICAMENTE ELLOS.La cascada era un rincón sacado de un sueño. Rodeada de vegetación espesa, con el sonido del agua cayendo sobre las rocas y un lago cristalino. Clara dio un paso adelante, dejando que la brisa húmeda le acariciara el rostro mientras sus ojos recorrían cada detalle. —Es mágica… —susurró, sin apartar la mirada.Detrás de ella, Kieran se acercó en silencio, sus manos descansando en su cintura. —Ahora es más hermosa porque estás aquí.Sonrió, disfrutando el calor del cuerpo de Kieran pegado a su espalda. —¿Solías venir aquí mucho? —Sí, era mi lugar secreto. Siempre que necesitaba escapar, venía aquí.Ella se giró, alzando una ceja con diversión. —Entonces soy afortunada, ¿eh? Kieran no dudó, sosteniéndola con firmeza. —Eres la única a la que quiero traer aquí.Y antes de que pudiera decir algo más, la besó.Sus labios se encontraron con hambre y necesidad, sus cuerpos se apretaron en un roce cargado de electricidad. Pero, de repente, Kieran se apartó con una
C177- LISTA PARA ÉL.El aire estaba cargado de anticipación, de ese tipo que te eriza la piel y te corta la respiración. Clara ahora estaba sentada en una roca grande y lisa, con las piernas abiertas y el corazón latiendo con fuerza en su pecho.Podía sentir la fría superficie de la piedra bajo ella, pero no era nada comparado con el calor que crecía en su interior. Kieran la miraba con los ojos oscurecidos por el deseo, mientras su aliento cálido cochaba contra su piel sensible.―Estás tan jodidamente apretada, princesa ―gruñó, mientras deslizaba un dedo dentro de ella, sintiendo cómo sus paredes se apretaban a su alrededor.Podía sentirla temblar, su inexperiencia evidente en la forma en que su cuerpo respondía a su tacto. Pero no le importaba. De hecho, le encantaba. Le encantaba cómo se sonrojaba cuando le decía obscenidades, cómo se le cortaba la respiración cuando sus dedos la jugueteaban.Quería que lo sintiera todo, que experimentara cada gramo de placer que pudiera darle.Aña