C159 - LA DECISIÓNJared estaba sentado en la cama, observando cómo Kieran metía ropa en una maleta con movimientos rápidos y calculados. Frunció el ceño, cruzando los brazos.—¿Por qué tenemos que ir? ¿Dónde está mamá? —preguntó, su tono cargado de sospecha.Kieran no dejó de empacar. Se giró hacia él con una sonrisa calmada, como si nada estuviera fuera de control.—Campeón, tus padres volverán pronto. Serán unas pequeñas vacaciones con Declan. Incluso lo convenceré de que te preste su consola nueva.Jared torció el gesto, claramente no muy convencido, pero la curiosidad le ganó.—¿Lo hará? La última vez dijo que no.Kieran soltó una risita y le guiñó un ojo.—Lo hará. Créeme.El niño resopló, dejándose caer sobre la cama.—Ustedes los adultos me tratan como tonto. Sé que papá está en problemas. Vi cuando esa gente se lo llevó. Mamá dice que regresará pronto, pero probablemente no lo haga. En las películas de James Bond, los que van a la cárcel no regresan.Kieran se detuvo. Su cuer
C160 - LA LLEGADALa mansión de los O’Reilly se alzaba majestuosa, una mezcla perfecta de lujo y calidez. Las paredes de piedra gris estaban cubiertas por enredaderas que trepaban con elegancia, y los jardines se extendían en un horizonte que parecía no tener fin.Clara sujetaba con fuerza a su hijo, sintiéndose diminuta en medio de tanta opulencia. A su lado, Kieran caminaba con la soltura de quien estaba en casa y le dedicó una sonrisa fácil.—Bienvenida a casa. Espero que te sientas cómoda aquí.Ella le lanzó una mirada fría, aunque por dentro los nervios le revolvían el estómago.—Espero no quedarme mucho tiempo.Kieran soltó un suspiro, divertido, pero no dijo nada más. Abrió la puerta y dejó que entraran. Jared, emocionado, salió disparado hacia el interior, explorando la casa como el niño curioso que era. Clara, en contraste, avanzó con cautela, observando cada rincón con una mezcla de inquietud y curiosidad.Apenas dio unos pasos cuando lo vio.Un hombre estaba al otro lado de
C161- UN POCO DE ACCIÓN.—No vas, Luna. Y punto. —Enzo la miró con el ceño fruncido, los brazos cruzados y la paciencia colgando de un hilo.—Voy. —Luna se apoyó en la mesa, inclinándose hacia él—. Me importa una mierda lo que digas. Cassio está ahí y no me voy a quedar esperando como una jodida muñeca de porcelana.—¡Carajo, Luna! —Enzo resopló y se llevó una mano a la cabeza—. ¡Esto no es un puto juego! No es como salir de compras ni como ir a darle un susto a un idiota que te vio feo. ¡Es una maldita operación de rescate! Si te metes en esto, vas a joder más de lo que vas a ayudar.—¿Ah, sí? ¿Y cómo mierda sabes eso? —Luna lo retó con la mirada—. ¿Acaso tienes una bola de cristal? ¡Porque hasta donde sé, Cassio es MI marido y, si alguien tiene derecho a arriesgar el pellejo por él, soy yo!—Joder, mujer… —Enzo apretó los dientes—. ¡Eres peor que una piedra en el zapato! No entiendes que esto puede salir mal. Y si te pasa algo, ¿qué crees que hará Cassio? ¿Ah? Se va a volver puto lo
C162- AHORA O NUNCA.La música del club resonaba a con fuerza. Y Kieran estaba sentado en un sillón de cuero oscuro, con un vaso de whisky en la mano y a su lado, una mujer de vestido ajustado y labios rojos se inclinaba hacia él, sonriendo con coquetería.—Eres más guapo de cerca —ronroneó, pasando un dedo por el borde de su vaso.Él apenas reaccionó, concentrado en el licor quemando su garganta. Pero entonces, un calor extraño comenzó a recorrer su cuerpo.No era el efecto del alcohol estaba seguro. Su respiración se hizo más pesada y su piel hormigueaba y la incomodidad se instaló en su pecho.La mujer lo notó y se acercó más.—Puedo ayudarte con eso —susurró, rozando su oído.Kieran cerró los ojos un segundo, intentando despejarse. Pero algo no estaba bien. No era deseo normal, era más intenso, incontrolable. Se removió en el asiento y negó con la cabeza.—No, me voy.—Vamos, quédate un rato más —intervino uno de los hombres con los que bebía, dándole una palmada en el hombro—. Re
C163-OPERACIÓN DE ALTO RIESGO.En la carretera desierta, el convoy que transportaba a Cassio avanzaba a toda velocidad. En el centro iba un vehículo blindado, flanqueado por dos SUVs negras llenas de hombres armados. Todo parecía bajo control, hasta que un deportivo rojo apareció en el retrovisor, acercándose rápidamente. Lana y Luna iban dentro, con la adrenalina a tope.—¿Estás lista? —preguntó Lana, con una mirada de fuego.Luna asintió sin dudar.—Sí, vamos.El deportivo rojo aceleró al máximo, rebasando el convoy como una bala. Unos metros más adelante, frenaron de golpe, haciendo un giro de 180 grados que dejó marcas profundas en el asfalto. Ahora, bloqueaban el camino. Las dos mujeres salieron del auto con pasos firmes, sus cabellos alborotados por el viento mientras se acercaban al vehículo que lideraba el convoy.Uno de los guardias, un hombre maduro, bajó del SUV. Estaba confundido, pero no pudo evitar que su mirada se fijara en ellas. Había algo hipnótico en su presencia.—
C164- UN PASADO DOLOROSO.Clara entró en su habitación con el pecho apretado y la respiración entrecortada. Sentía su corazón latir tan rápido que casi podía oírlo en sus oídos.Las palabras de Kieran seguían retumbando en su cabeza.«¿El padre de tu hijo es irlandés?»Tragó saliva y sintió la garganta seca. No quería pensar en eso ahora. Leo la miró confundido, pero ella solo sonrió débilmente antes de llevarlo a su cama, arropándolo con cuidado.Se quedó un momento junto a él, mirando su carita tranquila mientras dormía. Y luego, con un suspiro, caminó hacia la ventana. Necesitaba aire. Cerró los ojos, como si respirar profundamente pudiera borrar esa horrible noche.«—Señorita. Lamento decirle que el cáncer de su madre está en una etapa muy avanzada».Ella sintió un nudo en el estómago.—¿No hay nada más que podamos hacer? —su voz salió más débil de lo que quería, casi rogando.El médico suspiró y negó con la cabeza.—El gobierno puede ofrecer algunos tratamientos básicos, pero...
C165- UN PASADO DOLOROSO (II) A la mañana siguiente, Clara abrió los ojos lentamente. Su cabeza daba vueltas y, por un momento, todo a su alrededor era un caos borroso. Parpadeó varias veces hasta que la habitación extraña empezó a tomar forma. El lugar era frío y ajeno; las sábanas pesadas sobre su cuerpo le recordaron al instante por qué estaba allí. Un nudo se formó en su garganta y la vergüenza la golpeó de golpe.Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos mientras recordaba la noche anterior. No quería pensar en ello, no quería sentirlo, pero ahí estaba, hundiéndose en esa sensación de suciedad que la envolvía por completo.Entonces lo sintió. Había alguien a su lado.Con el corazón latiéndole fuerte, se giró lentamente. A su lado, un hombre dormía profundamente, boca abajo, con el rostro hundido en la almohada. Lo único que Clara pudo ver fue su cabello rubio oscuro.La visión la hizo sentir peor. No sabía quién era, y en ese momento, ni siquiera quería saberlo.Sentía su
C166- SIEMPRE IRÉ POR TI.El blindado finalmente cedió. Dentro, Cassio, magullado y con sangre en la comisura de los labios, levantó la mirada. Estaba vivo, pero apenas.—Te hiciste esperar, cabrón —murmuró con una sonrisa torcida al ver a Enzo aparecer.Enzo, con el rostro endurecido, le tendió la mano.—Deja de quejarte y mueve el culo. No voy a cargar con tu peso muerto.Cassio se apoyó en él mientras los hombres de Enzo terminaban de rematar a los últimos del convoy. Los disparos se apagaban poco a poco, dejando solo el eco de los casquillos cayendo al pavimento.Pero el silencio duró poco.—¿Ya acabaron de jugar? —la voz de Luna cortó el aire como una navaja.Caminaba despacio, con paso firme, su cabello ondeando. Lana iba a su lado, con una calma como si no estuvieran rodeadas de cuerpos y vehículos destrozados.Enzo giró la cabeza hacia ellas, pero no dijo nada, mientras que Cassio parpadeó un par de veces mirando a su esposa.—¿Mariposa?—No es tiempo para charlar, Cassio —irr