C115-NO LO QUIERO.Después de que Cassio se fue, Luna se acostó abrazando a Jared. Su mano acariciaba con suavidad el cabello de su hijo, pero su mente estaba lejos de la calma. Su pequeño había soportado mucho para su corta edad, y ahora, con Cassio de vuelta en sus vidas, no podía evitar preocuparse por lo que eso significaría para él.La incertidumbre era un nudo constante en su pecho.—Jared... cariño... —Luna habló suave pero temblorosa—. ¿Podemos hablar un momento?Él levantó la mirada, curioso, aunque algo cansado.—Sí, mamá.Luna respiró hondo. No sabía cómo empezar, pero no podía seguir guardándose aquello.—Ahora que has visto a Cassio. A tu... a tu padre.El rostro de Jared cambió. Bajó la mirada y empezó a jugar con un botón de su pijama, como si intentara evitar el tema. Y Luna sintió un pequeño pinchazo en el corazón al verlo así.—¿Cómo... cómo te sientes al respecto? —continuó ella, intentando sonar tranquila—. Sé que puede ser confuso. Cariño, es normal que no sepas c
C116- SOY TU HIJO.Cassio entró al comedor con la cara de alguien que había pasado la peor noche de su vida. Apenas había dormido, atormentado por los mismos pensamientos que no lo dejaban en paz. El viaje a Francia, la tensión con Luna, y Jared... todo parecía acumularse como una tormenta que estaba a punto de estallar.Se dejó caer en la silla y fijó la vista en la mesa. Los platos ya estaban dispuestos, pero ni su esposa e hijo estaban presentes.—¿Dónde están Luna y Jared? —preguntó.Una de las sirvientas, que estaba terminando de acomodar los cubiertos, se acercó con rapidez.—La señora está terminando de arreglarse, señor. Y el niño está en la cocina, eligiendo qué quiere desayunar. Al parecer… no le gustan los baked beans.Cassio alzó una ceja, claramente sorprendido. ¿Qué clase de niño no comía baked beans en Inglaterra? Suspiró, resignado, y respondió con tono firme pero calmado:—Dígale a la cocinera que prepare lo que le guste. Y que haga una lista con lo que prefiere comer
C117: SOLO SÉ SU PADRE.Cassio estaba sentado en el borde de su escritorio, con el teléfono en una mano y la mirada perdida en la puerta por donde Luna había salido apenas unos minutos antes. Su respiración aún era irregular, y en su mente se repetía la escena que acababa de ocurrir.Había estado a punto de hacerle el amor allí mismo, justo en ese estudio. La tensión entre ellos había sido insoportable, como un fuego que ninguno podía apagar. Pero fue ella quien se detuvo, quien se apartó, casi despavorida, como si quedarse un segundo más significara perder el control.Y tal vez lo habría hecho. Porque, a pesar de todo, Luna aún lo amaba, lo sabía. Lo había sentido en la forma en que sus labios respondieron a los suyos, en cómo su cuerpo temblaba cuando él la tocaba.Ese deseo que compartían era inevitable, y aunque la frustración lo carcomía, también le daba esperanza.Podía recuperarla. Tenía que hacerlo.La voz de Enzo lo sacó de sus pensamientos, grave y directa desde el otro lado
C118-YA NO ME GUSTA CHANEL, SOY MAS VERSACE.El avión aterrizó en Francia y, poco después, Cassio, Luna y Jared llegaron al departamento. Era un lugar amplio, moderno, con ventanales que ofrecían una vista espectacular de la Torre Eiffel. Jared, sin soltar la mano de su madre, miraba alrededor con cierta desconfianza. Su ceño fruncido dejaba claro que no estaba del todo cómodo, pero su curiosidad era más fuerte.—Nuestro nuevo hogar —dijo Cassio ―Espero que sea lo suficientemente cómodo.Jared soltó la mano de Luna y comenzó a caminar por el enorme departamento. Sus pasos eran lentos, como si estuviera inspeccionando cada rincón. Pasó por la sala, la cocina, y finalmente llegó a una puerta entreabierta. Empujó con cautela y lo vio: una habitación decorada para un niño.Las paredes estaban pintadas de azul claro, había estanterías llenas de juguetes, un escritorio pequeño y una cama con sábanas temáticas de superhéroes.El rostro de Jared se transformó. Sus ojos se abrieron de par en p
C119- BAILE SENSUAL.El coche negro se detuvo frente al palacete francés, la puerta se abrió, y Luna bajó con una elegancia que parecía casi ensayada. El vestido esmeralda se ajustaba perfectamente a su figura, dejando al descubierto su espalda y mostrando una abertura en la pierna que parecía diseñada para hipnotizar.Su cabello recogido en un moño dejaba ver su cuello largo y delicado, adornado con un collar que brillaba bajo las luces. Cada paso que daba sobre los adoquines parecía resonar en la noche, atrayendo miradas desde las ventanas del edificio.Cassio salió detrás de ella, ajustándose el puño de su traje negro impecable. Su presencia era tan imponente como siempre, con esa mirada que parecía capaz de atravesar a cualquiera. Caminó hasta Luna y le ofreció el brazo.Ella lo aceptó, aunque su expresión mantenía un aire de desconfianza, como si no estuviera del todo cómoda con lo que estaba por venir.El palacete era una obra de arte en sí mismo, los invitados, vestidos con tra
C120- ¿QUIÉN DEMONIOS ES ELLA?—Cassio...Ambos dieron un respingo, separándose de golpe. Luna giró la cabeza y vio a una mujer. Era pelirroja, con un vestido negro que parecía diseñado para seducir. Su mirada, se clavó en Cassio como si él fuera el único presente. Y Luna sintió cómo aquella mirada la ignoraba por completo, como si no estuviera ahí.Cassio tragó saliva y dio un paso atrás, incómodo. Se notaba que esa mujer no era alguien que esperaba ver ahí. Luna sin embargo, la observó detenidamente y una sensación extraña se acumuló en su pecho.Cassio, al notar el silencio tenso, finalmente se aclaró la garganta y se giró hacia Luna, con una expresión que no alcanzaba a disimular su incomodidad.—Luna... ella es Clara. ―Hubo un leve vacilón en su voz, un instante en que parecía dudar, como si estuviera eligiendo la forma en que debía presentarla. —Una amiga.Clara sonrió, pero no era una sonrisa cualquiera. Había algo en ella que parecía calculado, casi venenoso. Miró brevemente a
C121- NO PUEDES RESISTIRTE A MI.El silencio en el auto era insoportable, como si cada segundo que pasaba apretara más el nudo que Luna sentía en el pecho. Finalmente, incapaz de soportarlo más, giró hacia Cassio, con los ojos ardiendo de celos y rabia.—¡No me tomes por tonta, Cassio! —soltó, su voz cortando el aire como un látigo—. ¿Quién es Clara? Y no me vengas con que es tu amiga. ¡No soy estúpida!Cassio intentó mantener la calma, pero el tono acusador de Luna lo desarmó.—No es lo que piensas, mariposa —respondió, con voz controlada, pero con un deje de irritación—. No tienes idea de lo que estás diciendo.—¡Entonces explícame! —gritó ella, cruzando los brazos—Soy todas oídos.Cassio quería decir, hablar, explicar. Pero no podía. Así que cerró los ojos un segundo antes de volver a abrirlos y respirar.―Mariposa… ¿De verdad crees que no me importas? ¿Que no te deseo?―Pues tu acciones hablan por sí solas, Cassio. ―Luna bufo al mismo tiempo que negaba con la cabeza ― Ahora entien
C122- PUEDES CONTAR CONMIGO.Dos días después, en Manchester...Kieran descargaba su furia contra el saco de arena. Cada impacto resonaba en el gimnasio vacío, acompañado por el sonido de su respiración agitada. Su espalda musculosa brillaba bajo la tenue luz, cubierta por una fina capa de sudor que recorría cada línea de sus tatuajes. Su mandíbula estaba apretada, y sus ojos, oscuros y enfocados, parecían arder con una intensidad que nadie podría ignorar.El teléfono sonó de repente, rompiendo el ritmo de sus golpes. Kieran se detuvo, inclinándose hacia adelante mientras trataba de controlar su respiración. Con un movimiento rápido, tomó la toalla que colgaba cerca, se secó la cara y el cuello, y alcanzó el celular.Contestó sin rodeos.—¿Qué tienes?Del otro lado, la voz de su contacto sonó tensa, casi susurrante.—Tengo información sobre Christofer King, pero... es mejor vernos en persona.Kieran apretó la mandíbula y su mirada se endureció.—Bien. Envíame la ubicación. Nos vemos e