C119- BAILE SENSUAL.El coche negro se detuvo frente al palacete francés, la puerta se abrió, y Luna bajó con una elegancia que parecía casi ensayada. El vestido esmeralda se ajustaba perfectamente a su figura, dejando al descubierto su espalda y mostrando una abertura en la pierna que parecía diseñada para hipnotizar.Su cabello recogido en un moño dejaba ver su cuello largo y delicado, adornado con un collar que brillaba bajo las luces. Cada paso que daba sobre los adoquines parecía resonar en la noche, atrayendo miradas desde las ventanas del edificio.Cassio salió detrás de ella, ajustándose el puño de su traje negro impecable. Su presencia era tan imponente como siempre, con esa mirada que parecía capaz de atravesar a cualquiera. Caminó hasta Luna y le ofreció el brazo.Ella lo aceptó, aunque su expresión mantenía un aire de desconfianza, como si no estuviera del todo cómoda con lo que estaba por venir.El palacete era una obra de arte en sí mismo, los invitados, vestidos con tra
C120- ¿QUIÉN DEMONIOS ES ELLA?—Cassio...Ambos dieron un respingo, separándose de golpe. Luna giró la cabeza y vio a una mujer. Era pelirroja, con un vestido negro que parecía diseñado para seducir. Su mirada, se clavó en Cassio como si él fuera el único presente. Y Luna sintió cómo aquella mirada la ignoraba por completo, como si no estuviera ahí.Cassio tragó saliva y dio un paso atrás, incómodo. Se notaba que esa mujer no era alguien que esperaba ver ahí. Luna sin embargo, la observó detenidamente y una sensación extraña se acumuló en su pecho.Cassio, al notar el silencio tenso, finalmente se aclaró la garganta y se giró hacia Luna, con una expresión que no alcanzaba a disimular su incomodidad.—Luna... ella es Clara. ―Hubo un leve vacilón en su voz, un instante en que parecía dudar, como si estuviera eligiendo la forma en que debía presentarla. —Una amiga.Clara sonrió, pero no era una sonrisa cualquiera. Había algo en ella que parecía calculado, casi venenoso. Miró brevemente a
C121- NO PUEDES RESISTIRTE A MI.El silencio en el auto era insoportable, como si cada segundo que pasaba apretara más el nudo que Luna sentía en el pecho. Finalmente, incapaz de soportarlo más, giró hacia Cassio, con los ojos ardiendo de celos y rabia.—¡No me tomes por tonta, Cassio! —soltó, su voz cortando el aire como un látigo—. ¿Quién es Clara? Y no me vengas con que es tu amiga. ¡No soy estúpida!Cassio intentó mantener la calma, pero el tono acusador de Luna lo desarmó.—No es lo que piensas, mariposa —respondió, con voz controlada, pero con un deje de irritación—. No tienes idea de lo que estás diciendo.—¡Entonces explícame! —gritó ella, cruzando los brazos—Soy todas oídos.Cassio quería decir, hablar, explicar. Pero no podía. Así que cerró los ojos un segundo antes de volver a abrirlos y respirar.―Mariposa… ¿De verdad crees que no me importas? ¿Que no te deseo?―Pues tu acciones hablan por sí solas, Cassio. ―Luna bufo al mismo tiempo que negaba con la cabeza ― Ahora entien
C122- PUEDES CONTAR CONMIGO.Dos días después, en Manchester...Kieran descargaba su furia contra el saco de arena. Cada impacto resonaba en el gimnasio vacío, acompañado por el sonido de su respiración agitada. Su espalda musculosa brillaba bajo la tenue luz, cubierta por una fina capa de sudor que recorría cada línea de sus tatuajes. Su mandíbula estaba apretada, y sus ojos, oscuros y enfocados, parecían arder con una intensidad que nadie podría ignorar.El teléfono sonó de repente, rompiendo el ritmo de sus golpes. Kieran se detuvo, inclinándose hacia adelante mientras trataba de controlar su respiración. Con un movimiento rápido, tomó la toalla que colgaba cerca, se secó la cara y el cuello, y alcanzó el celular.Contestó sin rodeos.—¿Qué tienes?Del otro lado, la voz de su contacto sonó tensa, casi susurrante.—Tengo información sobre Christofer King, pero... es mejor vernos en persona.Kieran apretó la mandíbula y su mirada se endureció.—Bien. Envíame la ubicación. Nos vemos e
C123- PASADO Y SECRETOS.Luna sintió un nudo formarse en su garganta e intentó contener las lágrimas. No quería sentirse así, no quería que le doliera tanto. Pero lo hacía. Porque, aunque intentara convencerse de que no debía importarle, no podía ignorar el vacío que se abría en su pecho.Dio un paso atrás. No quería que Cassio la viera así, rota, vulnerable. No quería darle esa satisfacción, si es que aún le importaba.Y mientras se alejaba, el peso en su pecho se hacía más insoportable. Porque, a pesar de todo, lo amaba. Y esa era la parte que más dolía.Mientras tanto, Clara estaba de rodillas junto a la cama, pasando un paño húmedo por la frente ardiente de su hijo. Su corazón latía rápido, cada respiración del pequeño sonaba pesada, agitada. El termómetro marcaba fiebre alta, y por más que intentaba calmarse, el miedo no desaparecía.—Shh, mi amor… mamá está aquí —susurró, acariciándole la mejilla con suavidad.Leonas, de apenas tres años, se removió inquieto entre las sábanas, s
C124- ¡QUIERO VOLVER CON ÉL!Luna salió del cuarto de Jared con pasos rápidos, sintiendo la mirada de Cassio quemándole la espalda. No necesitó voltear para saber que la seguía. Lo sentía. Como una sombra oscura y densa que la envolvía.Entró a su habitación y, apenas giró para cerrar la puerta, Cassio la empujó con fuerza y entró detrás de ella.—¿Qué hablabas con Kieran? —espetó, con la mandíbula tensa, los ojos fijos en ella, como si pudiera leerle la mente.Luna cruzó los brazos, cansada.—¿Me vigilas ahora?Cassio no dudó.—Sí. Y quiero una explicación.Luna rió sin humor. En su mirada no había diversión, solo agotamiento.—¿Explicación? Qué descarado eres.Cassio frunció el ceño.—No juegues conmigo, Luna. Dime qué estabas hablando con él.Ella sostuvo su mirada con desafío.—¿Qué te importa? No tengo que darte explicaciones. ¡No las mereces!Cassio se movió rápido, acercándose, invadiendo su espacio.—Sí, tienes que dármelas —su tono bajó, pero la amenaza era clara—. Porque tú
C125-NO TE VAYA OTRA VEZ.Mientras tanto…—¡Por favor, no lo haga! ¡No me mate!El disparo cortó el aire. Y el cuerpo cayó al suelo, sin vida. Los hombres actuaron rápido, llevándoselo sin dejar rastro. Emiliano se limpió las manos manchadas de sangre con un pañuelo. Su mandíbula se mostraba tensa mientras su mente lo arrastraba al pasado.Un recuerdo.La voz de su esposa, desesperada, suplicante.—Ayúdame a salir de aquí, te lo suplico…Christofer King la miraba, con el rostro sombrío. No respondió de inmediato, pero en su expresión había algo que Emiliano nunca olvidó: determinación.Él iba a ayudarla.Los dedos de Emiliano apretaron el pañuelo y su mente lo llevó a otro recuerdo. El de su esposa frente a él, temblando de rabia y miedo.—No quiero seguir contigo, Emiliano. ¡Eres un demonio! ¡Tu adicción te consume! Me repugna cuando me tocas, ¡me enfermas!La respiración de ella era errática.—No voy a dejar que mi hija tenga el mismo destino que yo. No permitiré que la uses como mo
C126- NO IBA A TRAICIONARTE.Luna llegó al salón con el corazón latiendo a mil por hora. Pero ahora Cassio no estaba solo. Junto a él estaba Eros. Luna se detuvo en seco al verlo. Algo en su postura, en la forma en que la miraba, le recordó de inmediato a alguien: Ezra Dervishi.El aire pareció volverse más pesado. Sin pensarlo, avanzó hacia Eros como una fiera.—¡Tú! —gritó, con los ojos encendidos de rabia—. ¡Seguramente tienes algo que ver con esto! ¡Tú o tu maldito hermano están detrás de esto!Eros levantó las manos, intentando calmarla, pero ella no se detuvo. Su voz era un torrente de acusaciones.—¡Habla! ¡Maldita sea! ¡Si tú o Ezra tienen algo que ver, juro que...!—¡Basta! —la interrumpió, su tono frío como el hielo—. No soy responsable de nada. Y jamás vuelvas a compararme con mi hermano. ¿Entendido?Luna se quedó quieta un instante, respirando con dificultad. Sus ojos se movieron hacia Cassio, que seguía inconsciente, su rostro pálido y cubierto de sudor. Y la sangre no de