¡Hola, mis mafiosas! ✨ ¡Estamos llegando al emocionante arco final de esta historia! Prepárense para un reencuentro cargado de emociones, pasión desbordante y esa tensión que nos encanta. Pero ojo, porque un niño podría complicar las cosas para su padre, y no será nada fácil. ¡Déjame tu comentario! Me encanta leerte y saber qué piensas. Un abrazo fuerte para todas. 💖
C103- LLEVA MUERTO OCHO AÑOS.8 AÑOS DESPUÉS…El salón brillaba con un lujo opulento. Los candelabros de cristal colgaban del techo como joyas suspendidas, y las paredes estaban adornadas con cuadros de artistas renombrados. Luna estaba de pie junto a una mesa de mármol negro, con un vestido rojo que resaltaba su figura madura y su porte imponente.A sus 28 años, ya no era la joven ingenua de antes. Había aprendido a moverse en las sombras, fría y calculadora, con una visión del mundo moldeada por las manipulaciones de su padre. Sobre la mesa, revisaba unos documentos que claramente no eran legales, mientras uno de los guardaespaldas permanecía cerca, escuchando en silencio, como una sombra más del lugar.La puerta doble del salón se abrió, y Emiliano entró acompañado de sus propios guardaespaldas. Su cabello gris estaba perfectamente peinado, y su presencia llenaba el espacio con un aire de autoridad que nadie osaba desafiar. Al verla, una sonrisa se dibujó en su rostro.—Estrellita…
C104- SU DUEÑO Y SU CONDENA.Estaba a punto de decir algo cuando una dulce risa, una que conocía demasiado bien, la interrumpió.—¡Mamá! —gritó Jared, con una emoción que iluminó todo el salón.El niño corrió hacia ella con la energía de un torbellino, sus ojos verdes brillando de alegría. Su cabello negro desordenado le daba un aire de rebeldía, y su porte, aunque infantil, ya mostraba una pizca de arrogancia heredada de alguien que se esforzaba por olvidar. Jared se lanzó a sus brazos, acunó su rostro entre sus pequeñas manos y le plantó un beso en la mejilla.—Mamá, estás hermosa.—Gracias, mi amor —Luna sonrió mientras lo abrazaba con fuerza. —¿Cómo estás? ¿Te divertiste?Jared asintió con entusiasmo, sus ojos chispeando con picardía.—¡Sí! Pero Kieran no es tan bueno jugando como yo. Lo vencí en el ajedrez, y ni siquiera fue difícil. Creo que debería practicar más, ¿no crees, mamá? —dijo con una sonrisa arrogante, mientras se cruzaba de brazos como si fuera el dueño del mundo.Lu
C105- NO PUEDO CASARME CON NINGUNA MUJER.FRANCIA. La ciudad brillaba bajo el cielo nocturno, y desde el balcón del lujoso penthouse, la Torre Eiffel se alzaba imponente, bañada en luces doradas que resaltaban su majestuosidad. El aire frío de París se colaba entre las cortinas abiertas, pero él no parecía notarlo. Con un vaso de whisky en la mano, el hombre permanecía inmóvil, vestido con una camisa negra perfectamente ajustada y un pantalón del mismo color, que le daban un aire de elegancia y misterio. En su dedo anular, el reflejo tenue de la luz nocturna brillaba sobre un anillo de bodas. Bebió un sorbo lento, con su mirada fija en la torre, pero sus ojos verdes, intensos y calculadores, estaban claramente en otro lugar. O tal vez, en alguien. Sus pensamientos eran un laberinto, uno al que pocos, o quizás nadie, tenían acceso.De repente, el sonido de unos tacones resonó sobre el mármol pulido. Los pasos eran lentos, seguros, cada vez más cercanos. Él no se giró. No hizo ni
C106- MARIPOSA TRAIDORA.El auto lujoso avanzaba por las calles de París, deslizándose entre las luces neón y el reflejo del Sena. Cassio iba en la parte trasera, con la mirada fija en la ciudad que pasaba de largo. Pero no veía las luces ni los edificios; en su mente solo había una imagen. Luna. Y sus últimas palabras. «Ojalá... ojalá nunca te hubiera conocido». Su mandíbula se tensó. Sus manos se cerraron en puños hasta que los nudillos se volvieron blancos. Un dolor profundo lo atravesó, clavándose en su pecho como una daga lenta y despiadada. Cerró los ojos, tratando de apagar el eco de su voz en su cabeza. Pero era inútil. El dolor y la tristeza se mezclaban como una tormenta dentro de él, devorándolo desde adentro. Cuando volvió a abrir los ojos, su mirada ardía. Había algo más que tristeza en su interior. Determinación y fuego. Porque él había sobrevivido al infierno y ahora estaba listo para tenerlo todo de vuelta a donde pertenecía.Después de la explosión, su cuerpo q
C107- LA PEOR PESADILLA.El motor rugía y, afuera, la noche envolvía la ciudad en un manto de sombras. Cassio permanecía impasible, con su mirada fija en el cristal tintado, como si pudiera atravesarlo con la fuerza de su voluntad.Eros lo observó de reojo.Conocía a Cassio desde hacía un tiempo, había estado a su lado en las peores situaciones, pero esto… esto era otra cosa. Se aclaró la garganta, midiendo sus palabras antes de hablar.—¿Estás completamente seguro de esto? No hay vuelta atrás. Una vez que crucemos esta línea…Cassio no respondió de inmediato. Su rostro era una máscara de piedra, fría e inescrutable. Luego de un tiempo, finalmente, giró la cabeza y clavó sus ojos en Eros, duros como el acero.—¿Dudas de mí? —Su voz fue baja, pausada, pero cada palabra pesaba como una sentencia—. ¿Después de todo lo que he pasado? ¿Después de todo lo que me han quitado?Eros negó con la cabeza.—No, Cassio, nunca. Sabes que te apoyo. Pero… esto es diferente. Estamos hablando de un niño
C108- FANTASMAS QUE REGRESAN.El caos se desató en la iglesia en cuanto la niñera llegó llorando. Luna la sujetó con fuerza, sus ojos desorbitados por el terror.—¡Dime qué pasó! ¡Dónde está mi hijo!La niñera sollozó, apenas pudiendo hablar.—Nos emboscaron al salir de la mansión... Eran hombres armados... Se lo llevaron en una camioneta negra... Lo intenté, señora, intenté protegerlo... Pero...Luna la soltó de golpe, tambaleándose hacia atrás. Su pecho subía y bajaba rápido, como si el aire se le escapara. Emiliano, con su frialdad acostumbrada, se giró hacia sus hombres y escupió sus órdenes con voz de acero.—¡Cierren la iglesia y las malditas calles de esta ciudad! ¡Nadie sale, ¿entienden?! ¡Encuentren a mi nieto!Los soldados se movieron al instante, mientras Kieran se acercaba a Luna y la rodeaba con un abrazo, su voz grave y firme contra su oído.—Tranquila. Lo encontraremos. Y castigaremos al maldito que se atrevió a tocarlo.Pero Luna negó con la cabeza, sus labios tembland
C109- ERA ÉL.Luna despertó de golpe, jadeando como si hubiese emergido de un mal sueño. Pero no era un sueño, era su realidad. Su pecho subía y bajaba con rapidez mientras todo se abalanzaba sobre ella como una tormenta implacable: Jared estaba secuestrado, Cassio estaba vivo, y con ello, miles de preguntas la asaltaban como cuchillas afiladas.¿Cómo era posible? ¿Cómo había sobrevivido? ¿Por qué había regresado ahora? Y, sobre todo, ¿por qué se había llevado a Jared?El hombre que ella había amado con cada fibra de su ser, el padre de su hijo, el esposo que creyó muerto... ¿Cómo podía él hacerle esto?Sus manos temblaban mientras se pasaban por su rostro, tratando de calmar el torbellino en su interior. Pero entonces, algo más profundo, más primitivo, se encendió en su pecho: una furia maternal.Su hijo estaba con él, y aunque Cassio era el padre, el acto de llevárselo sin su consentimiento había encendido una llama de ira que no podía ignorar. Se levantó de la cama con un movimient
C110- LA SEGUNDA LLAMADA.Cassio no pudo dar un paso más. Él, un hombre que había enfrentado la muerte sin pestañear, estaba totalmente asustado por la pequeña personita delante de él.Su hijo.Lo más hermoso que había visto en su vida.Durante ocho años había imaginado este momento, pero ninguno de sus sueños se comparaba con la realidad. Ver esos ojos idénticos a los suyos mirándolo… era más de lo que jamás se había permitido desear.Intentó hablar, pero las palabras no salieron. Así que dio unos pasos adelante, despacio. Pero Jared frunció el ceño y retrocedió, lo que hizo que Cassio se congelara en seco.—No voy a hacerte daño —logró decir con voz suave—. Nunca lo haría.Tragó saliva, con el corazón latiendo con fuerza contra su pecho. Dio otro paso, con cuidado, como si estuviera acercándose a un animal asustado.—Te quiero, Jared —su voz era honesta, quebrada por la emoción—. Te he soñado incontables veces… y aunque aún no sabes quién soy realmente, cuando lo sepas…—Sé quién er