Helen al abrir sus ojos siente como si todo sus huesos haya abandonado su cuerpo, lentamente trata de acostumbrarse a la luz del sol que golpea su rostro, a duras penas consigue enfocar en su totalidad la habitación, entonces todos los recuerdos de la noche y madrugada azotan con fuerza su mente, el corazón de la pequeña mujer empieza a latir con fuerza, observa su cuerpo desnudo qué estaba cubierto por la sabana blanca y allí su rostro se tiñe de color carmesí al ver la sangre.— He fallado a mis principios, yo que juraba que encontraría el amor de mi vida, aquel hombre con quien llegaría al altar, aquel para el cual yo protegería mi castidad, pero he aquí mi persona, en un cuarto de hotel, envuelta en una sabana blanca con rastros de intimidad y la marca que se lleva consigo mi pureza a un hombre tan peligroso, un hombre que tiene una mujer esperando por su llegada, que decepción sentiría mi madre si llegara a enterarse de que su pequeña princesa se está convirtiendo en la amante de
— Me pregunto si mi padre es menos poderoso como para no poder solucionar aquel inconveniente, supongo que esto definitivamente no es nada para papá — la respuesta dada por Helen ha despertado la molestia en Maximus, pero entonces ella levanta el rostro sus facciones femeninas recatada y perfecta, su rostro derrocha la seguridad y el orgullo dándole un claro recordatorio a Maximus Albani que estaba sometiendo a la Princesa del Rey de la Mafia Inglesa, que aunque ella sea dulce, y demuestre su inocencia, por sus venas corre la sangre de James Campbell, creció dentro de las Filas de la Mafia y en el momento menos esperado ella te puede desestabilizar por completo, porque lo ha dicho, podrá ser buena, pero no estúpida y demasiado fácil de doblegar — ¿vas a amenazarme siempre con eso? — Helen definitivamente se ve como una Reina imposible de derrotar en ese preciso momento.— No es una amenaza ¿quieres que llame a Jonás? O ¿llamó a tu padre y le digo que te han marcado como la presa de un
— Te llevaré hasta el Departamento, debes conversar con tus padres, así que lo mejor que puedes hacer es ir a Inglaterra y conversar con ellos.— Mi padre no me deja salir de allí ¿piensas que mi padre es un desentendido que no conoce a sus hijos? — Helen niega con la cabeza — Antes que nada es más astuto que usted.— ¿Entonces que vas a hacer? Porque de una vez te digo que no hay manera de qué… — No hace falta que me repitas aquello que ya lo dejaste claro, voy a ir a Roma, pero tú vas a informarle acerca de lo ocurrido con Blue.— ¿Perdón? — Maximus no esperaba aquella sugerencia.— Vas a llamar a mi padre en unas horas y le vas a indicar que no estabas enterado acerca de quien era Blue, hasta que estuvimos frente a frente, vas a garantizarle a mi padre mi seguridad, si algo me pasa que te mate a ti, y explicas como IMPERIUM ha adquirido mi presencia Profesional, yo me encargo de irme, pero tú te encargas de una mínima parte de esto. — A mí nadie me da órdenes, es tu responsabili
— Estaré pronto allí — Fue la respuesta de Maximus, mientras que para Helen aquella llamada fue un claro recordatorio de la cruda realidad, Maximus Albani era un hombre casado y esto que ellos estaban haciendo era un pecado, Helen se aleja de allí lo que más que pudo, aquella conversación no tenía nada que ver con ella y si tenía aunque sea el más mínimo de pudor no tenía ni siquiera que pensar en eso, entre ella y la esposa de Maximus había una diferencia abismal, mientras ella pensaba en eso, se recuesta por la puerta que da al balcón del Mar desde otro ángulo.— Claro que hay una diferencia abismal entre ella y yo, porque aunque yo sea la Primogénita del hombre más poderoso del mundo de la Mafia, me he convertido en la amante del marido de una mujer que ante ella es mucho más, porque mi estatus no sirve para nada si me estoy convirtiendo en la amante de un hombre casado — Dice Helen en un susurro observando las olas del mar.— Es hora de irnos — la voz de Maximus saca a Helen de su
Las Camionetas Negras detienen su andar las ruedas rechinando es lo último que se escucha, mientras que los pálpitos de la pequeña mujer que estaba acomodándose va en aumento, ella se muerde los labios no creyendo que el hombre tuviera las agallas de presentarse hasta la pista, ahora su duda era acerca de que le diría a su padre, como tomaría la presencia de Maximus Albani en su Jet Privada.— Señorita Campbell, su padre ha dado autorización para que usted y el señor Albani aborden la Jet de esta manera usted ya estará enterada de como va a llevarse a cabo todo el Proceso de su Protección — Martina se coloca por delante de Helen, la joven solo puede asentir con la cabeza, estaba subestimando el potencial de Maximus Albani para lograr sus objetivos con su padre.— Lo tengo claro, Martina, no hay ningún inconveniente — la Guardaespaldas después de escuchar la aceptación de Helen sale, unos minutos después Helen siente que el lugar se vuelve más pequeño, ella ya lleva dos días conociendo
El vehículo de Maximus se adentra en el patio de la Villa, el hombre baja sus hombres agachan la cabeza ante su paso, cuando abre la puerta sus ojos azules observan la figura femenina que se encontraba en la sala recostada en el sofá, por supuesto que Lauren no oculta su sonrisa ante la llegada de su esposo, por supuesto ella no podía realizar movimientos bruscos por la herida de su cirugía.— Mi amor, qué alegría tenerte ya en casa. — Lauren, no hagas movimientos bruscos — La voz de Maximus era más dura y sus ojos azules carecen de Calidez.— Solo quería verte y no puedo ocultar mi emoción por la llegada de mi esposo, tú sabes cuanto te… — Es mejor que no expreses aquella palabra Lauren Mariell Caruso, porque no quiero hacerte recordar cuáles fueron las cláusulas de nuestro contrato. — ¿Por qué estás sacando ahora el Contrato? — La mujer no oculta su desagrado ante la mención del acuerdo antes de la boda.— Nada más te lo estoy recordando mínimamente — Definitivamente Maximus esta
Helen se queda allí sin realizar ningún movimiento sintiéndose pequeña ante Maximus, ambos se debaten en una mirada difícil de explicar, pero es el hombre quien reacciona antes.— ¡Vamos! — Entonces ella se muerde los labios, sabe que no podía negarse, no había nada que hacer excepto que acompañar a Maximus, el hombre sale de la cocina con Helen siguiendo sus pasos cuando llegaron a la habitación la misma estaba en total oscuridad — ¿Tienes tanto miedo de mí?— ¡Sí! — la rápida y contundente respuesta dada por Helen por supuesto logra que Maximus llegue a fruncir el ceño.— No deberías, más bien se puede decir que soy tu Salvador, sin mí, a estas alturas toda la organización de tu padre ya tendría de enemigos a todo el Mundo Criminal Italiano.— Pero tú no quieres una guerra, temes por tu organización, entonces de todos lo evitarías — Helen siente como la intensa mirada de Maximus quemaba todo su cuerpo. — Definitivamente, te estás volviendo muy habladora — el hombre se acerca a ella
Maximus abre los ojos sintiendo un peso en su pecho, parpadea varias veces tratando de acostumbrarse a la luz, de hecho no acostumbra a tener la luz encendida, cuando por fin puede observar con claridad el peso se hace más evidente y la cabellera negro azabache entra en su campo de visión, claro que Maximus frunce el ceño hasta que percibe la fragancia de Helen, el hombre permanece en su sitio sin realizar ningún movimiento, hasta que Helen es la que realiza el movimiento, claro que ella estaba pegada al cuerpo de Maximus como si temiera que este escape de ella.Hasta que Helen también abre los ojos se había asustado porque era evidente que estaba en compañía de alguien, hasta que su mente procesa toda la realidad, sus ojos azules se encuentran con los ojos azules de Maximus, claro que la posición era un poco complicada y Helen de inmediato se sonroja.— Lo siento — Expresa la pequeña mujer apartándose rápidamente de Maximus.— ¿Por qué dices que lo sientes en innumerables ocasiones?