El Alfa Franco ese día estuvo muy participativo en la ayuda con los cachorros, el lobo fue vomitado por Lucian, tuvo que ir a ducharse un par de veces, Isabella estaba con el rostro rojo de la vergüenza, Franco, era un Alfa muy imponente — Que tal el Alfa Franco, está muy participativo con los lobeznos — Paolo, estaba celoso — Seguro que es por qué le gustan los cachorros, todo alfa desea poder tener a sus lobeznos en algún momento — Isabella, lo excusó — Hmmm... más bien lo que le gusta es la madre de los cachorros, tus hijos ya le hicieron de todo y aún así sigue con el dedo en el renglón, ¿qué no se piensa rendir? — Déjalo ser Paolo, es muy bueno para dormir a los cachorros, mira, ya están los dos rendidos en su cuna, vamos al comedor a ver qué prepararon las cocineras, muero de hambre, esto de amamantar a dos bebés al mismo tiempo es... difícil — Vamos pues, yo también estoy muriendo de hambre, espero que no nos encontremos con ese Alfa, ya hasta parece que vive aquí, ¿qué no
Many subió a su habitación con su cachorro, limpió su carita con toallitas húmedas y lo arrulló con paciencia en la gran mecedora que tenían en su cuarto — Ya duerme cachorrito, papá está aquí, sé que a tu madre le apasiona diseñar y crear hermosos vestidos, pero no me gusta que pase tantas horas fuera del castillo, ella no necesita ganar dinero, para eso estoy yo, ella necesita estar aquí para cuidarte y ayudarme cuando hagas berrinche El príncipe estaba muy descontento porque su mate no llegaba Anastasia llegó por fin, en la sala de estar se encontraban todos menos Many y su cachorro — Hola, ¿cómo están? ¿por qué no está Many aquí? — preguntó la bella vampiro — Many subió con Emi, el cachorro estaba muy inquieto, ni siquiera quiso comer, parece que tenía sueño — ¿Tú hermano... está de mal humor, cierto? — Te mentiría si te digo que no — respondió Paolo Anastasia se apresuró a subir a su habitación, en ella no estaban su mate ni su cachorro, ella estaba a punto de salir de nue
La hermosa luna de la manada Luna de Plata asintió, era bueno rodearse de buenos amigos, sobre todo después de haber sido traicionada por la familia de Luciano, ella necesitaba tener en quien confiar, no podía pasarse la vida siendo huraña y desconfiando de todos — Acepto tu amistad, Franco, acepto que seamos amigos — Eso es... te aseguro que no te vas a arrepentir de dejarme estar cerca de ti y de los cachorros — El Alfa, sabía que había dado un gran paso, ella en verdad le gustaba muchísimo Durante meses, el Alfa de la manada Star Moon, se pasaba viajando de su territorio al territorio del AlfA Masherano, hasta que en un abrir y cerrar de ojos pasaron cuatro años Franco le había demostrado a Isabella, que siempre estaba para ella, el lobo la quería y ella sentía algo por él, no tan fuerte como lo que sentía por Lizandro, más la bella luna, estaba segura que ella y su Alfa Salvatore, nunca estarían juntos de vuelta, entonces se esforzaba por salir adelante — ¿Irás de nuevo al te
La propuesta del Alfa fue un poco inesperada por Isabella esa noche, más había estado tratando con él durante años, él había sido su amigo, su confidente, con quién se apoyaba para la crianza de sus cachorros, y era extremadamente apuesto — Escucha Isabella, tu me atraes mucho, desde que te ví aquella primera vez en el castillo Masherano durante mi visita, eres una loba hermosa, con una alma buena, quisiera que nos dieramos la oportunidad de tratarnos como algo más, ¿entonces que dices? ¿aceptas ser la novia de este humilde Alfa? — ¿Humilde Alfa? jajaja, tu tienes muchas cualidades pero creo que humilde no es una de ellas, yo.... acepto, acepto ser tu novia, pero no quiero que vayamos apresurados, paso a paso está bien — ¡Está bien, iremos despacio! — el Alfa no podía ocultar su alegría, no sabía que hacer en ese momento, él solo se detuvo y dió un suave beso a Isabella Esa era la primera vez después de años que la bella luna sentía sobre sus labios los de otro lobo que no fuera su
El beta Camilo estaba impactado, aquella vez que Isabella dijo que estaba embarazada era verdad, sus hijos eran de Luciano, eran dos copias idénticas a él, una versión de Jhon en miniatura, ambos cachorros miraban a su padre y Luciano los miraba a ellos— Ellos son mis cachorros, debes entrégamelos, Alfa Franco, sabes bien que tengo el derecho porque soy el padre, te conozco desde hace siglos, ¿qué te hace pensar que tienes el derecho de retenerlos? ¡¡!Son mis hijos!!— ¡El que tú condenaste a su madre al exilio y que querías que fuera golpeada frente a todos sin importarte que ella te había dicho ya que estaba esperando a tu hijo! por esa razón no te los voy a dar, estos cachorros solo son de Isabella, ella fue quien defendió su vida a costa de la de ella, así que no, no tienes derechoEl Alfa Salvatore no era ningún estúpido, ese fuerte Alfa que lo estaba enfrentando, estaba demasiado emotivo defendiendo el honor de su propia luna, eso solo quería decir que él.... estaba interesado e
Los lobos seguían en discusión, si creían que iban a lograr que Luciano, se marchara por voluntad propia del territorio Masherano, con las manos vacías estaban muy equivocados, el Alfa así hubiese cometido mil errores amaba a sus cachorros, no los iba a abandonar — ¡Estoy esperando que me respondan, como Alfas el código dice que debemos actuar como hermanos, ustedes no actuaron de esa manera, uno de ustedes escondió a mi luna y el otro... el otro la quiere en su cama! — ¿Y qué querías que hiciera? ¿qué te informara que tu luna estaba aquí para que vinieras por ella y te la llevarás a lastimarla? ¡tú querías hacerle daño, ella solamente estaba protegiendo a sus cachorros de tí, no me culpes por tus acciones, Luciano! ¡jamás iba a permitir que le pusieras una sola garra encima a una loba embarazada, así se tratara de tu luna, Valentina sería capaz de castrarme, ella quiere mucho a Isabella! — No lo habría hecho, de saber que ella en verdad estaba embarazada de mis cachorros no la habr
Los betas se retaban con la mirada, ambos eran muy fuertes, la perfecta mano derecha de sus Alfas, cada quien tenía un punto que defender, ninguno iba a perder frente al otro — Franco no se está robando nada de nadie, la luna de la manada Luna de Plata huyó de su Alfa porque de no hacerlo los cachorros no habrían sobrevivido — Una cosa es cierta, Rogelio, conozco a mi Alfa, tú vas a ver lo que es capaz de hacer, no habrá poder en este mundo que lo separe de sus hijos, solo espera a ver, el suelo y el cielo van a temblar Camilo conocía a la perfección a su despiadado Alfa, él jamás, jamás, iba a separarse de sus hijos, mucho menos de esos lobeznos que eran tan adorables y lo necesitaban tanto Después de una hora, Isabella y Valentina llegaban de hacer unas compras, sus cachorros crecían a pasos agigantados, debían cambiar su guardarropa muy seguido, ellas no se encontraron con nadie a su paso, subieron las escaleras para llegar a sus habitaciones a acomodar las compras — Te veo en
El alfa Franco se quedó muy molesto, hizo el intento de preguntarle a Isabella, que fue lo que Luciano Salvatore, le dijo pero ella lo detuvo haciéndole saber que no quería hablar, los cachorros se fueron tras su padre, parecía tener alguna especie de imán que los llamaba, pero seguro que solamente era su misma sangre que los acercaba El Alfa Lizandro, estaba abajo esperando alguna novedad, apenas vio venir a Luciano, con sus cachorros correteando a su alrededor, preguntó: — ¿Pudiste hablar con Isabella? ¿no le hiciste algún daño, cierto? ¡si lo hiciste mi luna me va a cortar las bolas! — el apuesto Alfa se pasaba una mano por los cabellos — ¿Qué clase de Alfa creés que soy? mis cachorros estaban ahí, no soy tan imbécil como para traumatizarlos lastimando a su madre, ella me va a escuchar en otro momento — No vayas a tocarle un solo cabello a Isabella, me obligarías a pelear contigo, lo mismo haría Franco, no vamos a permitir que le hagas un solo rasguño a tu luna El gruñido de Lu