El beta Camilo estaba impactado, aquella vez que Isabella dijo que estaba embarazada era verdad, sus hijos eran de Luciano, eran dos copias idénticas a él, una versión de Jhon en miniatura, ambos cachorros miraban a su padre y Luciano los miraba a ellos— Ellos son mis cachorros, debes entrégamelos, Alfa Franco, sabes bien que tengo el derecho porque soy el padre, te conozco desde hace siglos, ¿qué te hace pensar que tienes el derecho de retenerlos? ¡¡!Son mis hijos!!— ¡El que tú condenaste a su madre al exilio y que querías que fuera golpeada frente a todos sin importarte que ella te había dicho ya que estaba esperando a tu hijo! por esa razón no te los voy a dar, estos cachorros solo son de Isabella, ella fue quien defendió su vida a costa de la de ella, así que no, no tienes derechoEl Alfa Salvatore no era ningún estúpido, ese fuerte Alfa que lo estaba enfrentando, estaba demasiado emotivo defendiendo el honor de su propia luna, eso solo quería decir que él.... estaba interesado e
Los lobos seguían en discusión, si creían que iban a lograr que Luciano, se marchara por voluntad propia del territorio Masherano, con las manos vacías estaban muy equivocados, el Alfa así hubiese cometido mil errores amaba a sus cachorros, no los iba a abandonar — ¡Estoy esperando que me respondan, como Alfas el código dice que debemos actuar como hermanos, ustedes no actuaron de esa manera, uno de ustedes escondió a mi luna y el otro... el otro la quiere en su cama! — ¿Y qué querías que hiciera? ¿qué te informara que tu luna estaba aquí para que vinieras por ella y te la llevarás a lastimarla? ¡tú querías hacerle daño, ella solamente estaba protegiendo a sus cachorros de tí, no me culpes por tus acciones, Luciano! ¡jamás iba a permitir que le pusieras una sola garra encima a una loba embarazada, así se tratara de tu luna, Valentina sería capaz de castrarme, ella quiere mucho a Isabella! — No lo habría hecho, de saber que ella en verdad estaba embarazada de mis cachorros no la habr
Los betas se retaban con la mirada, ambos eran muy fuertes, la perfecta mano derecha de sus Alfas, cada quien tenía un punto que defender, ninguno iba a perder frente al otro — Franco no se está robando nada de nadie, la luna de la manada Luna de Plata huyó de su Alfa porque de no hacerlo los cachorros no habrían sobrevivido — Una cosa es cierta, Rogelio, conozco a mi Alfa, tú vas a ver lo que es capaz de hacer, no habrá poder en este mundo que lo separe de sus hijos, solo espera a ver, el suelo y el cielo van a temblar Camilo conocía a la perfección a su despiadado Alfa, él jamás, jamás, iba a separarse de sus hijos, mucho menos de esos lobeznos que eran tan adorables y lo necesitaban tanto Después de una hora, Isabella y Valentina llegaban de hacer unas compras, sus cachorros crecían a pasos agigantados, debían cambiar su guardarropa muy seguido, ellas no se encontraron con nadie a su paso, subieron las escaleras para llegar a sus habitaciones a acomodar las compras — Te veo en
El alfa Franco se quedó muy molesto, hizo el intento de preguntarle a Isabella, que fue lo que Luciano Salvatore, le dijo pero ella lo detuvo haciéndole saber que no quería hablar, los cachorros se fueron tras su padre, parecía tener alguna especie de imán que los llamaba, pero seguro que solamente era su misma sangre que los acercaba El Alfa Lizandro, estaba abajo esperando alguna novedad, apenas vio venir a Luciano, con sus cachorros correteando a su alrededor, preguntó: — ¿Pudiste hablar con Isabella? ¿no le hiciste algún daño, cierto? ¡si lo hiciste mi luna me va a cortar las bolas! — el apuesto Alfa se pasaba una mano por los cabellos — ¿Qué clase de Alfa creés que soy? mis cachorros estaban ahí, no soy tan imbécil como para traumatizarlos lastimando a su madre, ella me va a escuchar en otro momento — No vayas a tocarle un solo cabello a Isabella, me obligarías a pelear contigo, lo mismo haría Franco, no vamos a permitir que le hagas un solo rasguño a tu luna El gruñido de Lu
El lobo observaba a Isabella como un cazador a su presa, estaba haciendo uso de todo su autocontrol si se dejaba llevar la tendría tendida en la cama con el encima embistiéndolaIsabella se trataba de cubrir lo más que podía, sus mejillas se pusieron calientes al sentir sobre su cuerpo la penetrante mirada del que fue su Alfa y su debilidad— ¿Qué demonios sucede contigo? ¡quiero que dejes de entrar a mi habitación sin mi permiso! ¡vas a conseguir matarme de un susto, ahora fuera de aquí! no está bien que estés en mi cuarto— ¿Por qué? te conozco toda de pies a cabeza, no te olvides de eso, ¿porqué te cubres? ¿acaso te estás guardando para otro lobo? ¿para Franco quizás? ¿ya fuiste suya? — la gruesa voz de Luciano se escuchó retumbar— ¿Y si así fuera qué? ¡en estos años seguro que follaste cuánto quisiste con Artemisa, o con cualquier otra loba, se decía de ti que eras un loboriego y resultó ser verdad, no tienes cara para venir y reclamarme nada, yo puedo follar con quién a mí se me
Después de observarla dormir por largo rato, el Alfa Salvatore, tomó a su luna en brazos, la había vestido con una pijama de seda en pantalón y camisa, habían hecho el amor tan intensamente que ella estaba en un sueño profundoEl lobo pronto llamó al cuarto de sus cachorros— ¡Levántate Lucian, están llamando a la puerta, ese de seguro que es papá, viene por nosotros para llevarnos a su manada! Los cachorros saltaron de la cama y abrieron la puerta, en efecto ahí estaba su padre de pie frente a ellos con su madre en los brazos— Vamos es hora de irnos, no es necesario que lleven nada, yo les proveeré todo cuando lleguemos a la manada Luna de Plata Al bajar y salir de la mansión, el beta Camilo ya los estaba esperando, el mano derecha y amigo leal de Luciano había conseguido dos coches, uno era para llevar a los cachorros y en otro el Alfa llevaría dormida en la parte de atrás a su luna, pero losq cachorros no quisieron separarse de su padre y se acomodaron en el asiento del copiloto
Isabella seguía sentada en la parte de atrás del coche, estaba furiosa por el atrevimiento de Luciano, por todoooo el atrevimiento de hecho El ruido del estómago de Isabella se escuchó, ella estaba hambrienta, el Alfa estiró la mano y tomó el sándwich para dárselo a la loba — ¡No lo quiero, no tengo hambre! — Tu estómago gruñe, debes comer, los cachorros necesitan de toda tu energía, además no voy a secuestrarte, así que no es necesario que hagas una huelga de hambre, come, después de follar como lo hicimos necesitas alimentarte Después de un intenso sexo la luna estaba muy hambrienta y necesitada de algo que le proporcionara energía — !Cállate, eso pasó por qué usaste tu poder de Alfa, no debiste, no debimos tener sexo! ¡eso fué un error, tu y yo no estamos juntos ni lo estaremos de nuevo nunca más! — Primera cosa en la que estamos de acuerdo, tu solamente serás la madre de mis cachorros, no eres digna de ser mi luna, un poco tarde pero comprendí que la única loba que merecía
Isabella se volvió a encontrar cara a cara con la responsable de su desgracia en el pasado, no le extrañaba que estuviese viviendo en el castillo Salvatore, eso era lo que quería, quedarse con Luciano y tomar su lugar Los cachorros sintieron la hostilidad de la loba rubia hacia su madre, también la sintieron hacía ellos, eran unos lobeznos muy listos, Luciano no sabía la que le esperaba con ellos — !No te voy a permitir que me faltes al respeto delante de mis hijos, la trampa que me tendiste aquella vez con la ayuda de ese lobo miserable, no tiene nada que ver conmigo! así que te recomiendo que cuides tus palabras — ¡Ja... la zorra va a venir a plantarse en mi casa como si fuera una inocente paloma, eres una cualquiera, Isabella, una que no pudo mantener sus piernas cerradas a un atractivo semental! Artemisa no supo en qué momento Isabella llegó hasta ella y la cacheteó con las garras de fuera, la cara de la actual luna quedó rasguñada y ensangrentada — ¡Te lo advertí! delante de