Los padres, del cachorrito estaban inconsolables, no se hacían a la idea de perder a uno de sus hijos, Luciano, sentía que todo se le salía de las garras, tenía tanto poder y lo que más le importaba en la vida no lograba conservarlo o mantenerlo a salvó Después de sacar un poco su dolor, Isabella, se quedó dormida, ella seguía muy delicada todavía, no estaba recuperada ni al cuarenta por ciento, El Alfa la dejó descansar, él salió de la habitación para ir a ver a su travieso cachorro, era ya la hora del almuerzo — Papá, ¿en dónde estabas? ¿viste a mamá? yo quiero verla, quiero ir con mamá — Ella está descansando ahora, más tarde cuando despierte te llevaré a que la veas, ahora iremos al castillo, necesito darme una ducha y cambiarme de ropa — Papá, el cachorro tengo hambre, pero no puedo comer en la mansión, Lucian dijo que no podíamos comer nada que fuera de papá, tío Camilo, cómprame algo de comer al cachorro, me están matando de hambre — Landers, ya perdona a papá, él está haci
Un aullido de dolor fué soltado desde el profundo pecho del rey lobo, caro estaba pagando haber sido tan ciego en el pasado, solo se tomó unos momentos para sumirse en su tristeza, no podía en esos momentos dejarse vencer A Isabella la estaban atendiendo lo mejor que podían, ella misma se había provocado mucho daño para salvar a su cachorro, no lo iba a dejar morir, si algo amaba en el mundo la reina de la manada era a sus hijos y a su Alfa, aunque a él no lo perdonara todavía — Papá... ¿qué hago aquí? ¡quitenme esto, me está doliendo, que me lo quiten, papá! — Lucian despertó de su inconsciencia, el cachorro estaba como si nunca le hubiera pasado nada — ¡Quitenle la intravenosa a mi cachorro! apúrese, ¿qué no ve que le está doliendo? — Pero Alfa, por la intravenosa le estamos pasando la medicina que necesita, ¿está seguro de su órden? — preguntó la enfermera El gran lobo recorrió con la mirada al lobezno, pudo ver qué estaba en perfecto estado — ¡Estoy seguro, hágalo de prisa!
El gran Alfa abrazó por unos momentos a sus hijos, después levantó la mirada para dirigirse al Alfa Franco — ¡Da gracias a la diosa que mis cachorros están presentes, ellos son pequeños aún y hay cosas que no deben ver todavía, pero eso no significa que te voy a permitir ver o estar cerca de mi luna, está es la última vez que te lo advierto, lárgate de mi territorio, no tienes nada que hacer aquí! — ¡No me voy a ir, esperaré hasta que la misma Isabella, te pida verme! — Vamos, Franco, este no es momento para que molestemos al Alfa Salvatore — el beta Rogelio, intervino, cada vez se convencía más que debían estar en el territorio de la manada Luna de Plata En esos momentos llegaba un lobo alto y musculoso, se trataba del Delta Dracko Luan, él ya había llevado a cabo la etapa más importante del plan — Alfa, estoy aquí para darle mi informe de la misión que se me encomendó — Adelante, acompáñame a la cafetería, sirve que alimento a mis cachorros El Alfa pidió dos caldos de pollo
El Delta volvió y ya no encontró a los cachorros, busco y buscó por todas partes y nada, no sabía que le preocupaba más, si los lobeznos o que se perdiera la información que le traía a su Alfa, pronto dió con el beta Camilo y le dijo lo que estaba pasando — ¡Camilo, los cachorros... ellos... los dejé un momento para pedirles más caldo de pollo y cuando volví ya no estaban, ellos se llevaron mi portafolios, los muy diablillos se me escaparon! — Hay no... con lo importante que es esa información, vamos a buscarlos, no deben estar muy lejos, no te debiste confiar, esos dos cachorros son un par de demonios — Se veían tan adorables que no creí que fueran tan traviesos, el Alfa va a matarme por descuidar lo que le conseguí — No, él va a matarte si no encuentras a sus hijos, esos lobeznos lo tienen en sus manos, los adora, son su tesoro, si tienen un solo rasguño date por muerto — Vengan aquí cachorritos, el tío Dracko Luan, les comprará un rico postre si son buenos lobitos — el delta lo
El Alfa, el beta y el delta, estaban ultimando los detalles para atrapar a Loreto, mientras tanto había ordenado que trajeran a Artemisa, ante él Los centinelas tocaron la puerta del despacho, con ellos traían a la rubia loba que no entendía lo que estaba pasando — Luciano, ¿qué está pasando aquí? estos labos me han traído aquí casi a la fuerza, ¿cómo se atreven a tratar a su luna de esta manera? — Para nosotros nuestra única luna se llama Isabella — dijeron los guerreros — ¿Lo ves? ¡están siendo muy irrespetuosos conmigo, Luciano! — Esperen afuera, quiero hablar con esta loba — ordenó el Alfa — ¿Qué pasa? ¿qué es todo esto? — ¿En verdad no lo sabes, Artemisa? qué tal si te refresco la memoria, regresemos a cuando Loreto, secuestró a Isabella y se la llevó a su cabaña del amor, como es que tú y él fueron cómplices en mantener a mi luna drogada por dos días, porqué que casualidad que tú supieras la ubicación exacta y me llevaste a ella no sin antes arrancarme una promesa, la de
En el territorio Masherano, Lizandro, enviaba a su hermano Paolo, al territorio Luna de Plata, necesitaba que fuera a traer al Alfa Franco, no era bueno para nadie que estuviera metido allá, él como su amigo debía hacerlo entender — Saldré en unos minutos con el Delta Jordano, espero tener éxito en la misión — Yo también lo espero, algunos de nuestros guerreros los acompañarán, no podemos confiarnos, los vampiros siguen atacando, y no puedo permitirme perder un hermano Fueron horas de cabalgata, los lobos estaban atentos a cualquier cosa extraña que ocurriera , fue ahí donde escucharon el grito de una mujer, ella estaba siendo atacada por un grupo de vampiros, en la pelea la habían lastimado y se le veía sangre y rasguños, estaban a punto de morder su cuello un vampiro de cada lado, cuando Paolo, bajó del caballo y se transformó en el aire en un gran lobo negro y gris, no era un Alfa pero era un príncipe, y eso pesaba de muchas maneras El, su delta y sus guerreros terminaron en una
Isabella estaba sorprendida, su gran amigo Paolo, por fin había encontrado a su alma gemela, estaba feliz por él — Me alegro muchísimo por ti, Paolo, pero... ¿Por qué estás en el hospital? — Mi mate está herida, la encontramos cuando unos vampiros la estaban atacando, ella está siendo atendida por el médico de la manada — Siento mucho escuchar eso, pero estoy segura que va a estar bien, la diosa luna la puso en tu camino y no te la va a quitar, la diosa debe tener en cuenta cuánto la has esperado — Eso espero, ahora disculpa que te deje, entraré a ver cómo van las cosas, apenas pueda iré al castillo Salvatore, dales un beso a los cachorros de mi parte — dicho eso el príncipe se retiró para entrar a la sala de urgencias, Isabella asintió y optó por regresar al castillo Dentro los doctores estaban haciendo lo suyo, habían curado las heridas de la bella mujer, pusieron una intravenosa en su mano para pasarle medicamentos, sobre todo para el dolor, ella se quejaba pero todavía no vol
La bella Elfa, parpadeaba sus ojos verdes claro tratando de entender lo que acababa de escuchar del apuesto lobo que seguía en su habitación, quería preguntarle si había escuchado mal — No me mires así, no estoy jugando, soy tu alma gemela, sé que puedes sentirlo, te sientes atraída a mí, puedo oler tu excitación, querida A Rocío se le pusieron rojas las mejillas, ¿cómo era eso posible, ¿y como era que su traicionero cuerpo reaccionaba de esa forma que nunca antes había sentido? solo por tener cerca al atractivo licántropo que tenía frente a ella — No... yo... — No tienes por qué apenarte, es normal que al encontrar la nuestros cuerpos quieran unirse, te aseguro que si no fuera por qué estás muy herida, yo ya estaría haciéndote el amor, pero no puedo forzar tu cuerpo o los puntos que te hicieron se abrirían — Oh, lo tienes todo calculado, pero no me has preguntado si yo quiero que me hagas el amor, parece que tenemos un lobo muy dominante aquí — ¡Mujer, te he esperado por siglos