El Delta volvió y ya no encontró a los cachorros, busco y buscó por todas partes y nada, no sabía que le preocupaba más, si los lobeznos o que se perdiera la información que le traía a su Alfa, pronto dió con el beta Camilo y le dijo lo que estaba pasando — ¡Camilo, los cachorros... ellos... los dejé un momento para pedirles más caldo de pollo y cuando volví ya no estaban, ellos se llevaron mi portafolios, los muy diablillos se me escaparon! — Hay no... con lo importante que es esa información, vamos a buscarlos, no deben estar muy lejos, no te debiste confiar, esos dos cachorros son un par de demonios — Se veían tan adorables que no creí que fueran tan traviesos, el Alfa va a matarme por descuidar lo que le conseguí — No, él va a matarte si no encuentras a sus hijos, esos lobeznos lo tienen en sus manos, los adora, son su tesoro, si tienen un solo rasguño date por muerto — Vengan aquí cachorritos, el tío Dracko Luan, les comprará un rico postre si son buenos lobitos — el delta lo
El Alfa, el beta y el delta, estaban ultimando los detalles para atrapar a Loreto, mientras tanto había ordenado que trajeran a Artemisa, ante él Los centinelas tocaron la puerta del despacho, con ellos traían a la rubia loba que no entendía lo que estaba pasando — Luciano, ¿qué está pasando aquí? estos labos me han traído aquí casi a la fuerza, ¿cómo se atreven a tratar a su luna de esta manera? — Para nosotros nuestra única luna se llama Isabella — dijeron los guerreros — ¿Lo ves? ¡están siendo muy irrespetuosos conmigo, Luciano! — Esperen afuera, quiero hablar con esta loba — ordenó el Alfa — ¿Qué pasa? ¿qué es todo esto? — ¿En verdad no lo sabes, Artemisa? qué tal si te refresco la memoria, regresemos a cuando Loreto, secuestró a Isabella y se la llevó a su cabaña del amor, como es que tú y él fueron cómplices en mantener a mi luna drogada por dos días, porqué que casualidad que tú supieras la ubicación exacta y me llevaste a ella no sin antes arrancarme una promesa, la de
En el territorio Masherano, Lizandro, enviaba a su hermano Paolo, al territorio Luna de Plata, necesitaba que fuera a traer al Alfa Franco, no era bueno para nadie que estuviera metido allá, él como su amigo debía hacerlo entender — Saldré en unos minutos con el Delta Jordano, espero tener éxito en la misión — Yo también lo espero, algunos de nuestros guerreros los acompañarán, no podemos confiarnos, los vampiros siguen atacando, y no puedo permitirme perder un hermano Fueron horas de cabalgata, los lobos estaban atentos a cualquier cosa extraña que ocurriera , fue ahí donde escucharon el grito de una mujer, ella estaba siendo atacada por un grupo de vampiros, en la pelea la habían lastimado y se le veía sangre y rasguños, estaban a punto de morder su cuello un vampiro de cada lado, cuando Paolo, bajó del caballo y se transformó en el aire en un gran lobo negro y gris, no era un Alfa pero era un príncipe, y eso pesaba de muchas maneras El, su delta y sus guerreros terminaron en una
Isabella estaba sorprendida, su gran amigo Paolo, por fin había encontrado a su alma gemela, estaba feliz por él — Me alegro muchísimo por ti, Paolo, pero... ¿Por qué estás en el hospital? — Mi mate está herida, la encontramos cuando unos vampiros la estaban atacando, ella está siendo atendida por el médico de la manada — Siento mucho escuchar eso, pero estoy segura que va a estar bien, la diosa luna la puso en tu camino y no te la va a quitar, la diosa debe tener en cuenta cuánto la has esperado — Eso espero, ahora disculpa que te deje, entraré a ver cómo van las cosas, apenas pueda iré al castillo Salvatore, dales un beso a los cachorros de mi parte — dicho eso el príncipe se retiró para entrar a la sala de urgencias, Isabella asintió y optó por regresar al castillo Dentro los doctores estaban haciendo lo suyo, habían curado las heridas de la bella mujer, pusieron una intravenosa en su mano para pasarle medicamentos, sobre todo para el dolor, ella se quejaba pero todavía no vol
La bella Elfa, parpadeaba sus ojos verdes claro tratando de entender lo que acababa de escuchar del apuesto lobo que seguía en su habitación, quería preguntarle si había escuchado mal — No me mires así, no estoy jugando, soy tu alma gemela, sé que puedes sentirlo, te sientes atraída a mí, puedo oler tu excitación, querida A Rocío se le pusieron rojas las mejillas, ¿cómo era eso posible, ¿y como era que su traicionero cuerpo reaccionaba de esa forma que nunca antes había sentido? solo por tener cerca al atractivo licántropo que tenía frente a ella — No... yo... — No tienes por qué apenarte, es normal que al encontrar la nuestros cuerpos quieran unirse, te aseguro que si no fuera por qué estás muy herida, yo ya estaría haciéndote el amor, pero no puedo forzar tu cuerpo o los puntos que te hicieron se abrirían — Oh, lo tienes todo calculado, pero no me has preguntado si yo quiero que me hagas el amor, parece que tenemos un lobo muy dominante aquí — ¡Mujer, te he esperado por siglos
Paolo regresó al hospital, no quería dejar por mucho tiempo sola a su mate, ella parecía estar muy vulnerable y renuente a separarse de él, eso era muy normal entre destinados que recién se encontraban, pero antes pasó por la posada donde se hospedaba el Alfa Franco y su beta Rogelio El principe tocó la puerta, conocía el olor de ese par de lobos ellos estaban ahí — Pero que tenemos aquí, ¿ustedes dos todavía no han tenido suficiente? dijo Paolo, al entrar — Príncipe Masherano, ¿qué haces aquí? ¿hay algún problema con la manada Diamont Moon? — No, la manada está excelente, el problema son ustedes dos aquí, están invadiendo el territorio del Alfa Salvatore, y además, Franco, estás pretendiendo seguir lo que tenías con Isabella, ella ha vuelto a ser la luna de esta manada, Luciano, ha matado ya a esa loba que años atrás inculpó a Isabella, la deuda está cobrada, ellos y los cachorros han vuelto a ser una familia, tú no tienes cabida ahí, compréndelo y márchate, hazlo por el bien de
Al día siguiente, como los cachorros seguían castigados y no podían salir del castillo a menos que salieran con su tío Camilo, el cual estaba huyendo de ellos revisando los puestos de los centinelas, decidieron invitar a unos cuantos amiguitos El Alfa le había hecho el amor a su luna hasta altas horas de la madrugada, Isabella seguía durmiendo profundamente, la actividad había sido bastante intensa y su cuerpo estaba agotado En cambio el rey estaba más vivo y con más energías que nunca, hacerle el amor a su reina lo revitalizaba, en ese momento estaba en una reunión con los lobos importantes de su manada, el jefe de la familia de carpinteros, el de herreros, médicos, Maestros, lobos de excelente linaje — Alfa, nos hemos enterado que la verdadera luna de nuestra manada ha vuelto, y que sus cachorros después de haber sido heridos cuentan con excelente salud — Así es Boris, mi familia estuvo en peligro porque Artemisa, le puso precio a la cabeza de Isabella, lobos ambiciosos traiciona
A Camilo, casi se le saltan los ojos, el Alfa había dicho que él sería la carnada, no tenía idea de que estaba tramando pero fuera lo que fuera no quería participar, mucho menos de carnada — ¡¿Qué dijiste?! yo no quiero ser la carnada, esos dos demonios me van a comer, quiero algún día encontrar a mi mate y casarme, aunque creo que le pediré que no tengamos cachorros, no quiero que me pase lo que a tí, tus cachorros casi destruyen este antiguo castillo, hicieron llorar a tu luna y a ti están por volverte loco De pronto y sin que el beta se lo esperaba, la mano de Luciano, estaba en su hombro — ¡Ayúdame! no sé que castigo ponerles, los castigué sin salir y aún así se las ingeniaron para invitar a esos traviesos lobeznos y hacer de las suyas — ¡Es que... no soy padre, no sé cómo se crían a los cachorros! lo único que se me ocurre es que los mantengas ocupados, ponlos a hacer algún trabajo — ¿No te parece que son muy pequeños? además, ¿en dónde podría ponerlos? — Hmmm... puede se