Un aullido de dolor fué soltado desde el profundo pecho del rey lobo, caro estaba pagando haber sido tan ciego en el pasado, solo se tomó unos momentos para sumirse en su tristeza, no podía en esos momentos dejarse vencer A Isabella la estaban atendiendo lo mejor que podían, ella misma se había provocado mucho daño para salvar a su cachorro, no lo iba a dejar morir, si algo amaba en el mundo la reina de la manada era a sus hijos y a su Alfa, aunque a él no lo perdonara todavía — Papá... ¿qué hago aquí? ¡quitenme esto, me está doliendo, que me lo quiten, papá! — Lucian despertó de su inconsciencia, el cachorro estaba como si nunca le hubiera pasado nada — ¡Quitenle la intravenosa a mi cachorro! apúrese, ¿qué no ve que le está doliendo? — Pero Alfa, por la intravenosa le estamos pasando la medicina que necesita, ¿está seguro de su órden? — preguntó la enfermera El gran lobo recorrió con la mirada al lobezno, pudo ver qué estaba en perfecto estado — ¡Estoy seguro, hágalo de prisa!
El gran Alfa abrazó por unos momentos a sus hijos, después levantó la mirada para dirigirse al Alfa Franco — ¡Da gracias a la diosa que mis cachorros están presentes, ellos son pequeños aún y hay cosas que no deben ver todavía, pero eso no significa que te voy a permitir ver o estar cerca de mi luna, está es la última vez que te lo advierto, lárgate de mi territorio, no tienes nada que hacer aquí! — ¡No me voy a ir, esperaré hasta que la misma Isabella, te pida verme! — Vamos, Franco, este no es momento para que molestemos al Alfa Salvatore — el beta Rogelio, intervino, cada vez se convencía más que debían estar en el territorio de la manada Luna de Plata En esos momentos llegaba un lobo alto y musculoso, se trataba del Delta Dracko Luan, él ya había llevado a cabo la etapa más importante del plan — Alfa, estoy aquí para darle mi informe de la misión que se me encomendó — Adelante, acompáñame a la cafetería, sirve que alimento a mis cachorros El Alfa pidió dos caldos de pollo
El Delta volvió y ya no encontró a los cachorros, busco y buscó por todas partes y nada, no sabía que le preocupaba más, si los lobeznos o que se perdiera la información que le traía a su Alfa, pronto dió con el beta Camilo y le dijo lo que estaba pasando — ¡Camilo, los cachorros... ellos... los dejé un momento para pedirles más caldo de pollo y cuando volví ya no estaban, ellos se llevaron mi portafolios, los muy diablillos se me escaparon! — Hay no... con lo importante que es esa información, vamos a buscarlos, no deben estar muy lejos, no te debiste confiar, esos dos cachorros son un par de demonios — Se veían tan adorables que no creí que fueran tan traviesos, el Alfa va a matarme por descuidar lo que le conseguí — No, él va a matarte si no encuentras a sus hijos, esos lobeznos lo tienen en sus manos, los adora, son su tesoro, si tienen un solo rasguño date por muerto — Vengan aquí cachorritos, el tío Dracko Luan, les comprará un rico postre si son buenos lobitos — el delta lo
El Alfa, el beta y el delta, estaban ultimando los detalles para atrapar a Loreto, mientras tanto había ordenado que trajeran a Artemisa, ante él Los centinelas tocaron la puerta del despacho, con ellos traían a la rubia loba que no entendía lo que estaba pasando — Luciano, ¿qué está pasando aquí? estos labos me han traído aquí casi a la fuerza, ¿cómo se atreven a tratar a su luna de esta manera? — Para nosotros nuestra única luna se llama Isabella — dijeron los guerreros — ¿Lo ves? ¡están siendo muy irrespetuosos conmigo, Luciano! — Esperen afuera, quiero hablar con esta loba — ordenó el Alfa — ¿Qué pasa? ¿qué es todo esto? — ¿En verdad no lo sabes, Artemisa? qué tal si te refresco la memoria, regresemos a cuando Loreto, secuestró a Isabella y se la llevó a su cabaña del amor, como es que tú y él fueron cómplices en mantener a mi luna drogada por dos días, porqué que casualidad que tú supieras la ubicación exacta y me llevaste a ella no sin antes arrancarme una promesa, la de
En el territorio Masherano, Lizandro, enviaba a su hermano Paolo, al territorio Luna de Plata, necesitaba que fuera a traer al Alfa Franco, no era bueno para nadie que estuviera metido allá, él como su amigo debía hacerlo entender — Saldré en unos minutos con el Delta Jordano, espero tener éxito en la misión — Yo también lo espero, algunos de nuestros guerreros los acompañarán, no podemos confiarnos, los vampiros siguen atacando, y no puedo permitirme perder un hermano Fueron horas de cabalgata, los lobos estaban atentos a cualquier cosa extraña que ocurriera , fue ahí donde escucharon el grito de una mujer, ella estaba siendo atacada por un grupo de vampiros, en la pelea la habían lastimado y se le veía sangre y rasguños, estaban a punto de morder su cuello un vampiro de cada lado, cuando Paolo, bajó del caballo y se transformó en el aire en un gran lobo negro y gris, no era un Alfa pero era un príncipe, y eso pesaba de muchas maneras El, su delta y sus guerreros terminaron en una
Isabella estaba sorprendida, su gran amigo Paolo, por fin había encontrado a su alma gemela, estaba feliz por él — Me alegro muchísimo por ti, Paolo, pero... ¿Por qué estás en el hospital? — Mi mate está herida, la encontramos cuando unos vampiros la estaban atacando, ella está siendo atendida por el médico de la manada — Siento mucho escuchar eso, pero estoy segura que va a estar bien, la diosa luna la puso en tu camino y no te la va a quitar, la diosa debe tener en cuenta cuánto la has esperado — Eso espero, ahora disculpa que te deje, entraré a ver cómo van las cosas, apenas pueda iré al castillo Salvatore, dales un beso a los cachorros de mi parte — dicho eso el príncipe se retiró para entrar a la sala de urgencias, Isabella asintió y optó por regresar al castillo Dentro los doctores estaban haciendo lo suyo, habían curado las heridas de la bella mujer, pusieron una intravenosa en su mano para pasarle medicamentos, sobre todo para el dolor, ella se quejaba pero todavía no vol
La bella Elfa, parpadeaba sus ojos verdes claro tratando de entender lo que acababa de escuchar del apuesto lobo que seguía en su habitación, quería preguntarle si había escuchado mal — No me mires así, no estoy jugando, soy tu alma gemela, sé que puedes sentirlo, te sientes atraída a mí, puedo oler tu excitación, querida A Rocío se le pusieron rojas las mejillas, ¿cómo era eso posible, ¿y como era que su traicionero cuerpo reaccionaba de esa forma que nunca antes había sentido? solo por tener cerca al atractivo licántropo que tenía frente a ella — No... yo... — No tienes por qué apenarte, es normal que al encontrar la nuestros cuerpos quieran unirse, te aseguro que si no fuera por qué estás muy herida, yo ya estaría haciéndote el amor, pero no puedo forzar tu cuerpo o los puntos que te hicieron se abrirían — Oh, lo tienes todo calculado, pero no me has preguntado si yo quiero que me hagas el amor, parece que tenemos un lobo muy dominante aquí — ¡Mujer, te he esperado por siglos
Paolo regresó al hospital, no quería dejar por mucho tiempo sola a su mate, ella parecía estar muy vulnerable y renuente a separarse de él, eso era muy normal entre destinados que recién se encontraban, pero antes pasó por la posada donde se hospedaba el Alfa Franco y su beta Rogelio El principe tocó la puerta, conocía el olor de ese par de lobos ellos estaban ahí — Pero que tenemos aquí, ¿ustedes dos todavía no han tenido suficiente? dijo Paolo, al entrar — Príncipe Masherano, ¿qué haces aquí? ¿hay algún problema con la manada Diamont Moon? — No, la manada está excelente, el problema son ustedes dos aquí, están invadiendo el territorio del Alfa Salvatore, y además, Franco, estás pretendiendo seguir lo que tenías con Isabella, ella ha vuelto a ser la luna de esta manada, Luciano, ha matado ya a esa loba que años atrás inculpó a Isabella, la deuda está cobrada, ellos y los cachorros han vuelto a ser una familia, tú no tienes cabida ahí, compréndelo y márchate, hazlo por el bien de