—Hiciste que Sofía se volviera un alma en pena y a Ana la traste como…
—¡Como la bastarda que es! Tienes mucha valentía para venir a mi despacho a reclamarme por algo que…
—Que tu hiciste, eres un desgraciado, desde la universidad sabía que la palabra escrúpulos no estaba en tu diccionario, pero violar a tu esposa y retenerla a tu lado, tantos años bajo amenaza, eso es bajo hasta para una escoria como tu.
—No sabes lo que es caer bajo.
—En eso tienes razón. Yo tengo escrúpulos y respeto por la familia.
—Destruiste la mía, vaya manera de respetar la familia.
—Yo no destruí nada —Raúl chasco su lengua ya fastidiado por la tediosa conversación—. Fuiste tu quien la difamo y profano, cuando empezaste a acostarte con modelos, y prostitutas en las fiestas que tus amigos políticos o
—Si le avisan ella va a querer verlo.—¿Cómo puedes estar tan segura? —Cristóbal está empezando a impacientarse.—Pudo ser el peor padre del mundo, pero fue su padre —Katerina es firme.—Tiene razón —es la mamá de Ana quien habla, llega acompañada de un hombre que nunca antes habían visto.—Katerina —Martín se arrodilla frente a la joven— prometeme que las vas a mantener protegida y alejada de todo esto.Las manos de la mujer acariciaron el rostro preocupado y perdido del rubio su incipiente barba y colocó su frente sobre la de su cuñado que ahora era más su hermano.—Te prometo que haré lo que esté en mis manos, para que nada le pase. Seré la mejor tía del mundo y tú serás un grandioso papá, justo como tu hermano.Ir&oac
Las decisiones que tomamos día a día en nuestras vidas, nos enseñan grandes lecciones o nos dejan grandes triunfos.Mientras que los segundos son recordados con alegría y orgullo, las lecciones de la vida, nos pueden dejar secuelas grandes y dolorosas, algunas se recuerdan con rabia y rencor, mientras que otras veces esas lecciones nos dejan sin alma y en un proceso de recuperación tal que podemos olvidar quienes somos. Una mujer en la sala de un hospital tomó una decisión que le costó la vida a otra, tomó una decisión que le causó un dolor tal que dejó de sentirse viva por mucho tiempo. CRISTÓBAL Palidecí desde el primer momento en el que note la ausencia de Katerina, la conocía lo suficientemente bien, como para saber que había salido corriendo en la primera oportunidad que tuvo con dirección a Ana. El verdadero problema era que sólo ella sabía la ubicación de la rubia novia de mi hermano. Y tenía la extraña pero firme sensación de que a partir de ese momento todo lo que iba a s
ANA.Siempre en la vida, algunas sorpresas son más gratas que otras, personalmente no me gustan porque si algo sale mal o no es de mi agrado, no se como voy a reaccionar.No era muy tarde, el día en que llegó Katerina, pero estaba anocheciendo, se me hizo extraño y me asuste, porque absolutamente nadie había vendio hasta el momento, con la excepción del chico de seguridad que cada 3 horas venía y hacía un barrido del lugar, era joven pero amable. Además cada vez que venía traía consigo el mejor pan de chocolate para mi. Cuando la puerta se abrió y me dejo ver a Katerina junto con la pequeña Isabella en sus brazos, me lancé como loca y la abracé. —¿Qué haces aquí? Sucedió algo verdad —termino de secar las lágrimas de alegría que rodaron por mis mejillas. —No, para nada —Katerina arrugó la nariz y torció un poco su boca—. Bueno en realidad si, pero no se como explicarte.—Martín, ¿está bien? —Si, en realidad todos lo estamos y conocimos a Raúl —Katerina observa el lugar y sonríe, ac
Si había algo que le gustaba a Katerina desde siempre, era la música, amaba bailar y sentirse libre con el sonido, sentir como ese sonido invadía su cuerpo y la llenaba de emociones que realmente no podía explicar.Pero amaba aún más el baile, porque fue el modo por el que conoció al que era su esposo, bailando de manera espontánea en la calle y siendo ella, sin pedirle permiso a nadie. Nada en la vida, la había preparado para perderse a ella misma, en sus años había visto la muerte de primera mano, sin intermediarios o arandelas que le mostraran el lado dulce de la misma. Frente a sus ojos murió Alex a quién no pudo auxiliar, frente a sus ojos murió Agustín porque el destino lo quiso así, pero también frente a sus ojos había dado vida y para ella por sobre todo y lo más importante, estaba la vida.Katerina valoraba la vida de todos y cada uno de los seres vivos que habitaban el mismo planeta que ella, le parecía inconcebible que algunos vivieran para matar, o que se dedicaran a eso.
—¡Quiero que se vayan! —gritaba Simón, con la poca fuerza que tenía en la habitación de la que un día fue una gran mansión y ahora parecía algo más a una casa embrujada. —No nos vamos a marchas, puedes gritar tanto como quieras, nadie más allá de la enfermera y la señora de la cocina te van a escuchar. La rubia, que ahora tenía una panza prominente debido a sus 6 meses de embarazo, caminaba alrededor de la cama en la que estaba postrado el hombre que un día le dijo ser su padre. Era más una sombre de lo que un día fue un hombre imponente con una vida prominente, desde que había quedado invaldio, parecía que sus amigos habían desaparecido, nadie venía a visitarlo, nadie le hacía compañía, eso demostraba no solo la poca fidelidad de sus allegados, también demostraba lo mucho que lo despreciaban por su actitud pedante y orgullosa. —No necesito a nadie alrededor.—Espero que sepas, que a pesar de tus intentos Stephen volvió a conseguir patrocinadores, aunque se va a retirar del deport
Una hora después Katerina había logrado salir de la casa, dejando a su pequeña en manos de la niñera, había decidido que necesitaba estar con Ana, necesitaba un tiempo para ella y Ana por supuesto que la secundo.En lo que la castaña cambiaba su ropa y llegaba a la puerta para devolverse, la rubia envió un mensaje de texto a su cuñado y futuro esposo.“vamos de compras”Los ojos de Cristóbal se cristalizaron en medio de una importante reunión, no le dio pena, no sintió temor de soltar sus sentimientos, pues la esperanza de que su mujer estuviese contemplando salir de la casa eran pasos de gigante en su recuperación.Porque si se habían dado cuenta que las enfermedades físicas son tan fuertes y afectan a los que te rodean tanto como las mentales. Llevaba seis meses sufriendo por el dolor de su esposa, cuando la recogió aquel trágico día, era como si se tratara más bien de una niña, no abrió los ojos hasta doce horas después, donde sus ojos estaban perdidos, lo miró pero era como si es
Para Bryan dejar sola a Xiomara no había sido sencillo, pero fue una mujer de alta sociedad la que lo había empujado a tomar tan radical decisión, iba a ser padre y eso era algo que había cambiado su manera de pensar. Pero indudablemente había cambiado sus sentimientos, el día en que se dio el primer encuentro entre la pelirroja y el padre de Ana, mientras el joven aguardaba a que su compañera de toda la vida saliera de ese lugar, encendió un cigarrillo. —Señor aquí no puede fumar —el miedo en la voz de la asistente personal de Raúl, era perceptible. Pero es que como no sentirlo, frente a un hombre de poco más de 1.85 de altura, con las manos llenas de tatuajes y el cuello en igual proporción, sus ojos verdes eran invasivos y penetrantes, sus manos eran fuertes y sus músculos se marcaban a través de la camiseta negra de una banda de rock, los jean no estaban rotos, pero si gastados y las botas negras a medio amarrar, lo hacían diferente para el lugar en el que se encontraba y el c
—¡No podemos seguir así! No aquí Cristobal, respeta. —Tu me haces perder la cordura ¿qué estabas pensando cuando te colocaste ese vestido?Una risa coqueta invadió el silencioso lugar, estaban en una pequeña habitación de la cabaña que un día había pertenecido a los padres biológicos de Martín. La pareja de esposos, que ahora actuaban como recién casados, había llegado con un par de días de anterioridad, para estar al pendiente de cada detalle de la boda, si bien tanto Ana como su rubio prometido querían algo de lo más sencillo, ni la madre de la mujer y mucho menos la sofisticada Mariana, madre adoptiva del joven lo iban a permitir. La pareja había cedido en casi todas las peticiones de las futuras abuelas, pues lo único que a ellos les interesaba era estar unidos por la ley y Dios, aunque si dieron una negativa rotunda a una lista de invitados que parecía más bien un libro de 600 páginas. Ana fue clara.—Seremos 13 personas, ni una más ni una menos, no necesito personas desconoc