Me encierro en mi despacho porque ya me harte de recibir a todo el mundo, necesito un espacio para mi, ya que mi palacio está siendo invadido otra vez por los invitados que están llegando, sus sonrisas y entusiasmo me empalagan… Quise ignorar todo eso pero ya es inevitable. El fatídico día llegó a pesar que no me involucre en nada de la preparación, mi lobo se ha negado rotundamente aceptarla, por eso me mantengo despierto solo con las cosas de trabajo y las responsabilidades de la manada. Debido a ese compromiso con mi manada, me vi obligado a anunciar una fecha, las noches se volvieron más oscuras para mí, rogando que este día no llegará; Porque con la única que deseo decir la palabra ‘Acepto’ es con Alana… Y el momento en la que la diga frente a Marta, la perderé para siempre. Aprieto los puños desconcertado, desde que se fue, he tenido que luchar internamente con mi lobo para que no estrangule a la pobre chica que él culpa sin razón. Marta solo intenta acercarse a mí día tras d
Quise enfocarme en el rostro de la mujer que está parada frente a mi jurando un amor eterno o lo que dure nuestra existencia, pero solo veo una mancha borrosa, extinguiendo lo poco que queda de mi. Miro al horizonte de ese paisaje, árboles rodear el palacio, decoraciones alegóricas con flores blancas en cada perímetro donde están los invitados, nada de esto me parece real. Busco una vez más sus ojos entre la multitud y mi lobo llora con amargura por no encontrarlo. Reacciona al tacto de sus manos frías, al notar sus ojos saltones… supe que inconscientemente esquivé su beso, arrepentido por las miradas inciertas y dudosas del público, me incline y como estocada en mi corazón dio fin al peor acto de mi vida. Me separé muy despacio de su rostro y vi su amplia sonrisa, satisfecha porque es la única que ha obtenido lo que desea. Mi hermana goza desde las gradas frente al escenario. Mi mirada recorrió cada perímetro de la multitud, todos sonreían feliz excepto de unas unidades. Marchalm
Las noches son temibles y frías, a pesar de eso estuve de pie toda la noche en el balcón, mirando a la nada. Me sentía miserable y vacío, aprieto el barandal con fuerza porque estoy preso en mis propias equivocaciones. No puedo salir de esta mierda y cada día que pasa me corroe como óxido al metal… el cielo se cubre con un manto celestial gracias a los primeros rayos del sol. Inhalo profundo para tranquilizarme, ya que si no me controlo mi lobo saldrá y nunca más me hará regresar. Mi cuerpo se tensa al sentir las necias manos de Marta por mi pecho, me abraza desde mi espalda, no puedo verla, pero por el sonido que hace se que está riendo. Por mucho que lo intente no creo que mi cuerpo acepte a otra mujer que no sea mi luna. Al tomarle las manos se que lastimar su ego en cuanto la separe, pero debo actuar de esa forma si quiero protegerla y mantenerla con vida. No me arriesgaré a que el animal que vive dentro de mi le haga un daño solo por rechazarla. Me safe de su abrazo y espere
En un avión que se aleja de la reserva de la manada jade, dos betas viajan en primera clase, sus miradas llenas de incertidumbre. se preguntan cada uno en su mente si están haciendo lo correcto. —Te sientes bien, después de retarlo. _La dulce voz lo sacó de sus profundos pensamientos. —Por supuesto que no Beyota, pero no había otra manera… El Alfa Isaac jamás me habría dejado ir de manada Jade. _ Respondió Kai con sus ojos decaídos. —Eres lo único que le quedaba, ojala no sea tan difícil para el Alfa Isaac y no pierda la cordura, dejando que esas dos arpías gobiernen la manada Jade a su gusto. _Kai muy cariñoso toma la mano de su mujer y la besó con ternura, para calmar sus angustias. —Tendremos que tomar el riesgo… Mi prioridad cambió desde que recibí la noticia de Alana, jamás abandonaría la manada Jade, pero mi deber es mantener a salvo el hijo del alfa. _Dijo Kai mirando a Beyota con firmeza. —Lo sé y sobre todo porque ella no quiere que el alfa Isaac se entere, y la verdad p
Camine hasta la ventana donde miro al cielo, este sentimiento de melancolía me esta comiendo, estoy cansada de esa sensación porque no puedo olvidarlo, mi mundo siente que se va acabar.Una lagrima sale de mi alma impetuosa y fría, reflejando como mi corazón sangra al saber que nunca mas tendre sus caricias, todo es mi culpa por rechazarlo y no darme cuenta a tiempo lo que sentía por él. Me volteo furiosa conmigo misma, es una sensación rara como si me arrepintiera de todos mis actos, no estoy segura si creer en eso que soy su luna… incluso no tengo ni idea de cómo se siente eso… pero lo que sí me consta es mi hijo que crece dia a dia dentro de mí, la sangre de Isaac está naciendo en mi vientre, agito mi cabeza porque todo esto me esta volviendo loca. Camine hasta el refrigerador, únicamente abrí la puerta para perder mi mirada en toda esa comida, no podía enfocarme en nada, ni siquiera se porque la abrí, tomó un envase con agua y la tomó apresurada. Respiro profundo porque no se q
Los siguientes días me mantuve trabajando, le doy las gracias porque he vuelto a sentir la energía de mi loba, ya no me siento tan cansada como anteriormente, se que ella está cuidando de mi embarazo. —Ya saben no lleguen tarde a la apertura. –Les dije a todos al levantarme de la mesa donde todos estábamos desayunando. —Alana aguarda… Voy a volver a enviar a los de seguridad, y por favor no los regresen a su casa. –Pongo los ojos en blanco, mientras que Marchal me mira feroz. —Está bien, aunque no se porque hay tanta seguridad. –respondí con un puchero al fruncir los labios, haciendo rabieta por su sobreprotección. —Es una orden y debes mantenerla. —soltó con firmeza. Moví mis manos con un gesto vago al darle la espalda a todos y salir del restaurante, a veces me siento libre en la manada Rubi, otras me hacen sentir como si estuviera lidiando con Isaac. Pero hoy nada arruinaría mi día, todo está listo… cuando llegue al local, repace que todo se mantuviera en orden, Joset se moví
Estaba tan atemorizada que mi sangre ya no corría por mis venas, tenía el cuerpo hecho un hielo… pero no se lo demostraria, aunque mis ojos se hayan puesto vidriosos. —Joset llama a Marchal… corre. –Le ordene en cuanto abrió la puerta espantado del hombre frente a mi. —Alana, preciosa porque alarmar al joven de esa manera… ¡No te muevas! –pronunció Carter con una voz feroz, el asustado Joset se detiene a medio camino. —¿Qué pretendes hacer?… volverás arrastrarte por intentar gobernar otra manada. –Lo miro con desprecio para distraerlo y así deje en paz a Joset, y al ver su ceño fruncido supe que lo logre.—No voy a caer en tu jueguito… Porque no me interesan sus inútiles manadas. –Quiso componerse al mirarme desafiante. —Entonces qué harás, si nunca has tenido el valor de hacer algo por tu propia cuenta. siempre serás un imbécil. –con una mirada de soberbia, lo escanee de pies a cabeza, estaba vestido con un traje azul, pero su falla era tan desagradable que parecía un alcohólico.
¡Mierda! porque de pronto siento mucho calor, abro mis ojos de golpe, un gruñido sale de mi garganta involuntariamente, agito mi cabeza para concentrarme, no puedo permitirle que se apodere de mi. Mi interior se enciende como bosque en llamas, quema e intenta controlar brutalmente mi mente, salgo de la cama para alejarme de esa habitación, pero esa sensación en mi pecho se hace pesada y caigo de rodilla en el suelo. Se me hace imposible controlar a mi propio lobo, la lucha que tengo en mi interior duele, nubla mi mente como páramo, no comprendo qué sucede. Los gruñidos se hacen más fuertes, la conexión con mi lobo se está volviendo dolorosa, al punto que me está bloqueando. —Alfa Isaac estas bien… Isaac que te ocurre. –Grita Marta al ver que me revuelco en el suelo. —Lárgate. –Es lo único que logro decir, ya que mi lobo está tomando control de mi cordura. —Isaac… necesitas ayuda… dime… –insiste ella, tocando mi hombro. —Que te largues, es lo único que necesito. –Me exalte apartá