Las noches son temibles y frías, a pesar de eso estuve de pie toda la noche en el balcón, mirando a la nada. Me sentía miserable y vacío, aprieto el barandal con fuerza porque estoy preso en mis propias equivocaciones. No puedo salir de esta mierda y cada día que pasa me corroe como óxido al metal… el cielo se cubre con un manto celestial gracias a los primeros rayos del sol. Inhalo profundo para tranquilizarme, ya que si no me controlo mi lobo saldrá y nunca más me hará regresar. Mi cuerpo se tensa al sentir las necias manos de Marta por mi pecho, me abraza desde mi espalda, no puedo verla, pero por el sonido que hace se que está riendo. Por mucho que lo intente no creo que mi cuerpo acepte a otra mujer que no sea mi luna. Al tomarle las manos se que lastimar su ego en cuanto la separe, pero debo actuar de esa forma si quiero protegerla y mantenerla con vida. No me arriesgaré a que el animal que vive dentro de mi le haga un daño solo por rechazarla. Me safe de su abrazo y espere
En un avión que se aleja de la reserva de la manada jade, dos betas viajan en primera clase, sus miradas llenas de incertidumbre. se preguntan cada uno en su mente si están haciendo lo correcto. —Te sientes bien, después de retarlo. _La dulce voz lo sacó de sus profundos pensamientos. —Por supuesto que no Beyota, pero no había otra manera… El Alfa Isaac jamás me habría dejado ir de manada Jade. _ Respondió Kai con sus ojos decaídos. —Eres lo único que le quedaba, ojala no sea tan difícil para el Alfa Isaac y no pierda la cordura, dejando que esas dos arpías gobiernen la manada Jade a su gusto. _Kai muy cariñoso toma la mano de su mujer y la besó con ternura, para calmar sus angustias. —Tendremos que tomar el riesgo… Mi prioridad cambió desde que recibí la noticia de Alana, jamás abandonaría la manada Jade, pero mi deber es mantener a salvo el hijo del alfa. _Dijo Kai mirando a Beyota con firmeza. —Lo sé y sobre todo porque ella no quiere que el alfa Isaac se entere, y la verdad p
Camine hasta la ventana donde miro al cielo, este sentimiento de melancolía me esta comiendo, estoy cansada de esa sensación porque no puedo olvidarlo, mi mundo siente que se va acabar.Una lagrima sale de mi alma impetuosa y fría, reflejando como mi corazón sangra al saber que nunca mas tendre sus caricias, todo es mi culpa por rechazarlo y no darme cuenta a tiempo lo que sentía por él. Me volteo furiosa conmigo misma, es una sensación rara como si me arrepintiera de todos mis actos, no estoy segura si creer en eso que soy su luna… incluso no tengo ni idea de cómo se siente eso… pero lo que sí me consta es mi hijo que crece dia a dia dentro de mí, la sangre de Isaac está naciendo en mi vientre, agito mi cabeza porque todo esto me esta volviendo loca. Camine hasta el refrigerador, únicamente abrí la puerta para perder mi mirada en toda esa comida, no podía enfocarme en nada, ni siquiera se porque la abrí, tomó un envase con agua y la tomó apresurada. Respiro profundo porque no se q
Los siguientes días me mantuve trabajando, le doy las gracias porque he vuelto a sentir la energía de mi loba, ya no me siento tan cansada como anteriormente, se que ella está cuidando de mi embarazo. —Ya saben no lleguen tarde a la apertura. –Les dije a todos al levantarme de la mesa donde todos estábamos desayunando. —Alana aguarda… Voy a volver a enviar a los de seguridad, y por favor no los regresen a su casa. –Pongo los ojos en blanco, mientras que Marchal me mira feroz. —Está bien, aunque no se porque hay tanta seguridad. –respondí con un puchero al fruncir los labios, haciendo rabieta por su sobreprotección. —Es una orden y debes mantenerla. —soltó con firmeza. Moví mis manos con un gesto vago al darle la espalda a todos y salir del restaurante, a veces me siento libre en la manada Rubi, otras me hacen sentir como si estuviera lidiando con Isaac. Pero hoy nada arruinaría mi día, todo está listo… cuando llegue al local, repace que todo se mantuviera en orden, Joset se moví
Estaba tan atemorizada que mi sangre ya no corría por mis venas, tenía el cuerpo hecho un hielo… pero no se lo demostraria, aunque mis ojos se hayan puesto vidriosos. —Joset llama a Marchal… corre. –Le ordene en cuanto abrió la puerta espantado del hombre frente a mi. —Alana, preciosa porque alarmar al joven de esa manera… ¡No te muevas! –pronunció Carter con una voz feroz, el asustado Joset se detiene a medio camino. —¿Qué pretendes hacer?… volverás arrastrarte por intentar gobernar otra manada. –Lo miro con desprecio para distraerlo y así deje en paz a Joset, y al ver su ceño fruncido supe que lo logre.—No voy a caer en tu jueguito… Porque no me interesan sus inútiles manadas. –Quiso componerse al mirarme desafiante. —Entonces qué harás, si nunca has tenido el valor de hacer algo por tu propia cuenta. siempre serás un imbécil. –con una mirada de soberbia, lo escanee de pies a cabeza, estaba vestido con un traje azul, pero su falla era tan desagradable que parecía un alcohólico.
¡Mierda! porque de pronto siento mucho calor, abro mis ojos de golpe, un gruñido sale de mi garganta involuntariamente, agito mi cabeza para concentrarme, no puedo permitirle que se apodere de mi. Mi interior se enciende como bosque en llamas, quema e intenta controlar brutalmente mi mente, salgo de la cama para alejarme de esa habitación, pero esa sensación en mi pecho se hace pesada y caigo de rodilla en el suelo. Se me hace imposible controlar a mi propio lobo, la lucha que tengo en mi interior duele, nubla mi mente como páramo, no comprendo qué sucede. Los gruñidos se hacen más fuertes, la conexión con mi lobo se está volviendo dolorosa, al punto que me está bloqueando. —Alfa Isaac estas bien… Isaac que te ocurre. –Grita Marta al ver que me revuelco en el suelo. —Lárgate. –Es lo único que logro decir, ya que mi lobo está tomando control de mi cordura. —Isaac… necesitas ayuda… dime… –insiste ella, tocando mi hombro. —Que te largues, es lo único que necesito. –Me exalte apartá
Gire sobre mis talones y entre al auto sin importarme su cara de incomodidad. Tenía que apresurarme y llegar a esa ciudad lo más rápido que el cielo me permitiera. No solo por la sensación que calcina mi interior, sino porque ahora mi prioridad es salvar la vida de mi hijo y la única mujer a la que he amado. Nos bajamos a toda prisa atravesando todo el pasillo del aeropuerto, el único que me acompaña es mi abuelo y se que es porque también aprecia mucho a Alana, a pesar que no le he mencionado nada, él asume que algo muy malo está pasando. Las recepcionistas solo me ven y abren las puertas de seguridad de inmediato. el avión esperaba listo para mi. en cuanto me senté y abroche mi cinturón este se puso en vuelo. el largo camino me torturo todo el tiempo. Lo único bueno fue que me dio tiempo de explicarle al abuelo Bruce, todo lo que vi a través de los ojos de Alana. su reacción fue igual de hostil que la mía, entendía que tenía que ir por mi hijo. Agradecí en silencio que no me in
Cada vez me siento más ansioso, hemos corrido lo suficiente para alejarnos de los territorios de la manada Rubi, me detengo para rebuscar en los pensamientos de Alana. Puedo percibir su debilidad, distorsionadas imágenes de un catre, la puerta de un granero. Abrí mis ojos y Marchal esperaba inquieto mis órdenes, visualice todo el área buscando ese granero, pero no había nada parecido. —Y si esto es una emboscada. –Menciona Marchal mentalmente. —Por Alana, tomaré cualquier riesgo. –Respondí al entrar a su mente. Moví la cabeza y comenzamos a correr, no estaba cansado pero empezaba a desesperarme, entramos a uno que otra granja, me daba igual que fuera de día y humanos llegaran a vernos. Hasta que lo encontramos, un granero bastante abandonado, la madera podrida a duras penas sostenía esa gigantesca estructura, nos acercamos sigilosos… definitivamente era el lugar, el olor de esas bestias estaba por todo el aire. Marchal se atraviesa para que no continúe caminando, al parecer vio